sábado, 2 de junio de 2012

Retiro para los Ministerios Litúrgicos

Hoy, junio 2 de 2012, los integrantes de los ministerios litúrgicos de nuestra Parroquia, nos reunimos en un retiro, en las instalaciones del Colegio de las Hermanas de Nazareth,  bajo la dirección de los Padres John Henry Buitrago y Pompilio Moreno, ambos MSA, así como con el apoyo del Hno. Juan Carlos Torres, MSA, actualmente Ministro Acólito dentro de su proceso de formación sacerdotal en el Seminario. La reunión transcurrió entre las 9:00 a.m. y las 3:00 p.m.

Como muy bien lo explicó nuestro Párroco, el Padre John Henry, el retiro tuvo por propósito proveer un espacio de reflexión entre todos sus participantes, que permitiera formularnos preguntas y respuestas al sentido de nuestra labor y servicio en la Iglesia; especialmente en los momentos actuales en que las realidades del mundo actual registran fuertes cambios en el ejercicio de la vida espiritual de las personas.

Iniciamos con unas dinámicas a través de ejercicios, orientadas por el Hno. Juan Carlos, que nos dispusieron en estado de alerta al desarrollo del programa previsto. Posteriormente y bajo la orientación del Padre Moreno, realizamos un ejercicio identificado como “La espiral de la vida”, que nos permitió a todos los participantes, hacer una rápida revisión de vida con todos sus altibajos, o momentos de alegría y tristeza, hasta llegar al  presente y dejarnos clara la meta que todos tenemos de encuentro con nuestro Creador. El ejercicio fue muy revelador de la presencia de Dios en todos los instantes de nuestra existencia.


Luego de un receso, fuimos divididos en tres grupos, que rotamos en tres espacios de reflexión así: con el Padre Moreno, trabajamos el tema de la elección de los 12 apóstoles por parte de Jesús y luego, el trabajo en equipo mediante un ejercicio práctico.


Con el Hno. Juan Carlos trabajamos el tema de la fe y la confianza en el Señor. En este punto vimos un interesante video y realizamos un ejercicio práctico sobre pensamientos, actitudes y acciones.


Con el Padre John Henry, a partir de escuchar una grabación de un cuento infantil, se construyó un espacio de reflexión muy importante, que nos permitió revisar nuestro grado de compromiso con el Evangelio y nuestra Iglesia en la vida cotidiana. Se resaltó allí los pecados de omisión en que todos incurrimos –y que no confesamos- frente a las diferentes dificultades que nos plantea el ejercicio de nuestra fe.  Este ejercicio nos invita a ser más despiertos, activos y comprometidos en la transformación del mundo, a través de modificar y mejorar nuestros hábitos y trabajo personal en la relación con los demás. El mundo nadie nos lo va a cambiar. Los cambios los hacemos entre todos. Muchos de los problemas sociales que vivimos actualmente corresponden a pecados de omisión de las personas que permitieron el surgimiento de dichos problemas sin hacer nada para evitarlos. La responsabilidad del cristiano es de unos por otros. Es decir, todos somos responsables de todos, y quien calla ante la destrucción de principios y valores sociales, pasa luego a ser víctima de su omisión comportamental. Visibilizar nuestra fe frente a los demás nos puede llevar al camino de la cruz –igual que Jesús- pero nos hará coherentes con la misión y gratos a los ojos de Dios.

Damos gracias a Dios por este retiro y por la presencia y acompañamiento de nuestros sacerdotes en su desarrollo. El espíritu igual que el cuerpo necesita de estos ejercicios.

En la foto, de izquierda a derecha, el Padre Pompilio Moreno, el Hno. Juan Carlos y nuestro Párroco Padre John Henry Buitrago, todos MSA.

martes, 29 de mayo de 2012

ORACION AL ESPIRITU SANTO PARA PEDIR SUS 7 DONES


¡Oh Espíritu Santo! Llena de nuevo mi alma con la abundancia de tus Dones y Frutos. Haz que yo sepa con el Don de Sabiduría, tener este gusto por las cosas de Dios que me haga apartar de las terrenas.

Que sepa, con el Don del Entendimiento, ver con fe viva la importancia y la belleza de la verdad cristiana.

Que, con el Don del Consejo, ponga los medios más conducentes para santificarme, perseverar y salvarme.

Que el Don de Fortaleza me haga vencer todos los obstáculos en la confesión de la fe y en el camino de la salvación.

Que sepa con el Don de Ciencia, discernir claramente entre el bien y el mal, lo falso de lo verdadero, descubriendo los engaños del demonio, del mundo y del pecado.

Que, con el Don de Piedad, ame a Dios como Padre, le sirva con fervorosa devoción y sea misericordioso con el prójimo.

Finalmente, que con el Don de Temor de Dios, tenga el mayor respeto y veneración por los mandamientos de Dios, cuidando de no ofenderle jamás con el pecado. Lléname sobre todo, de tu amor divino. Que sea el móvil de toda mi vida espiritual; que, lleno de unción, sepa enseñar y hacer entender, al menos con mi ejemplo, la belleza de tu doctrina, la bondad de tus preceptos y la dulzura de tu amor.  Amén

domingo, 27 de mayo de 2012

Homilia Monseñor Roberto Ospina. Los Discípulos de Emaús.



Homilia pronunciada por Monseñor Jose Roberto Ospina, Obispo de la Zona Pastoral de San Pedro, con ocasión de la festividad de Santo Domingo Savio en la parroquia que lleva el mismo nombre.

Formación de los laicos para la política


Por Ramiro Pellitero - Instituto Superior de Ciencias Religiosas, Universidad de Navarra - 11 mayo 2012
Fuente:
www.encuentra.com

Cuando nos acercamos a un sínodo sobre la nueva Evangelización, conviene tener en cuenta la importancia de los fieles laicos, los “cristianos corrientes”. Ellos están llamados a participar, según su propia condición de ciudadanos y cristianos, en la nueva Evangelización. Para eso requieren una adecuada formación.

Lo ha señalado Benedicto XVI ante un grupo de obispos estadounidenses, en el contexto de una reflexión sobre su tarea en el momento actual, concretamente para defender los principios éticos de la ley natural, como garantía de humanidad y de progreso.

“En el corazón de cada cultura –afirma el Papa-, sea o no percibido, existe un consenso acerca de la naturaleza de la realidad y el bien moral, y así acerca de las condiciones para la prosperidad humana”. Pero hoy existen corrientes culturales que erosionan esos principios éticos que, junto con otros procedentes de la tradición judeocristiana y de la fe cristiana, están en las raíces de nuestra civilización. (Y esto que está dicho para Estados Unidos, sirve también para otros muchos lugares, sobre todo de Europa y de América Latina).

Claves para la felicidad y el progreso

Respecto a los valores morales perennes, que la Iglesia propone como claves para la felicidad y el progreso, “en la medida que algunas tendencias culturales actuales contienen elementos que podrían restringir la proclamación de esas verdades, sea constriñéndolas en los límites de una racionalidad meramente científica, o suprimiéndolas en el nombre del poder político o la regla de la mayoría (esas tendencias), representan una amenaza no sólo para la fe cristiana, sino también para la humanidad misma y para la verdad profunda acerca de nuestro ser y vocación últimos, nuestra relación con Dios”

Notemos que no se trata de una afirmación gratuita y menos de una obsesión de los católicos, sino de un argumento de experiencia al que Benedicto XVI acude con frecuencia. “Cuando una cultura intenta suprimir la dimensión del misterio último, y cerrar las puertas a la verdad trascendente, inevitablemente se empobrece y cae presa, como vio claramente en sus últimos años Juan Pablo II, de lecturas reduccionistas y totalitarias sobre la persona humana y la naturaleza de la sociedad”.

Justicia y razón abierta al espíritu

En consecuencia, continúa, la Iglesia juega un papel decisivo al oponerse a esas “tendencias culturales que, sobre la base de un individualismo extremo, intentan proponer nociones de libertad separadas de la verdad moral”. Subraya el Papa actual que “nuestra tradición no habla desde la fe ciega, sino desde una perspectiva racional que vincula nuestro compromiso por la edificación de una sociedad justa, humana y próspera, con nuestra definitiva certeza de que el cosmos posee una lógica interior accesible al razonamiento humano”. Por eso la ley natural no es una amenaza a la libertad, sino más bien un “lenguaje” que nos capacita para entendernos a nosotros mismos y la verdad de nuestro bien (diríamos, como un potente ipad que nos permite contemplar y leer, en su contexto, las maravillas de los seres que nos rodean y a nosotros mismos). De esta manera la enseñanza moral no es un mensaje de constricción sino de liberación, y la base para edificar un futuro seguro.

De ahí deduce Benedicto XVI que el testimonio de la Iglesia es por naturaleza público, y propone argumentos racionales en la plaza pública. La legítima separación entre Iglesia y Estado no debe significar que la Iglesia permanezca en silencio ante determinados temas, o que el Estado no pueda dialogar con las voces de creyentes comprometidos en la determinación de valores que configurarán el futuro de la nación.

Libertad de los laicos en las cuestiones opinables

En efecto. Todo ello es muy oportuno en el actual momento de debate ético sobre las cuestiones fundamentales que afectan a las personas y a la sociedad. El camino para todos sólo puede ser el respeto a la ley natural, que precisamente por ser natural está abierta a la verdad trascendente, y no cerrada en las realidades meramente empíricas y en las decisiones voluntaristas. Por otra parte, cabe recordar la libertad de los fieles laicos a la hora de mantener sus opiniones como ciudadanos: pueden tomar, y de hecho lo hacen, opciones diversas en los temas políticos, sociales y culturales, siempre que no estén en contra del lenguaje que la naturaleza imprime en la creación. Es claro que los fieles laicos no representan oficialmente a la Iglesia, por lo que ni sus opiniones ni sus actuaciones han de ser tomadas por las “opiniones de la Iglesia” o actuaciones de la Iglesia institucional. Los laicos hacen presente el misterio de la Iglesia en la sociedad civil, pero esto no les priva de su libertad en las cuestiones opinables, y no implica una uniformidad de pareceres o caminos concretos entre los católicos, tampoco por tanto entre los que se dedican a la política.

Con este transfondo que sin duda tiene presente, Benedicto XVI considera imperativo que los católicos se opongan al “secularismo radical” que amenaza los ámbitos político y cultural. Particularmente, dice, deben oponerse a los intentos de limitar la libertad religiosa, por ejemplo negando el derecho a la objeción de conciencia por parte de personas o instituciones respecto a la cooperación con prácticas intrínsecamente malas; o también intentado “reducir la libertad religiosa a una mera libertad de culto sin garantizar el respeto a la libertad de conciencia”

Laicos, política y nueva evangelización

El Papa declara la necesidad de la formación de fieles laicos dotados de un “fuerte sentido crítico” frente a estos aspectos de la cultura dominante relacionados con un “secularismo reductivo”. Y señala que la preparación de líderes laicos comprometidos y la presentación de una convincente articulación de la visión cristiana del hombre y la sociedad, aparece como una tarea primordial.

La formación de los laicos para la política, entiende Benedicto XVI, debe considerarse como “un componente esencial de la nueva evangelización”. Por tanto ha de “configurar el enfoque y las metas de los programas catequéticos en todos los niveles” (léase: para todas las edades, no sólo para los niños y jóvenes, sino también para los adultos, y en cualquiera de los ámbitos de la formación: escuela y familia, parroquia, grupos y realidades eclesiales, etc.).

Insiste el Papa en la formación de los laicos, especialmente los que se dedican a la política, en lo que se refiere a los grandes temas morales de nuestro tiempo: “el respeto por el don divino de la vida, la protección de la dignidad humana y la promoción de los derechos humanos auténticos”. Teniendo en cuenta la libertad en lo temporal y el respeto a una justa autonomía de la esfera secular, subraya que “no hay ningún ámbito de los asuntos humanos que pueda ser retraído del Creador y su dominio” (cf. GS 36).

Conviene tomar nota de esta llamada de atención para la formación de los laicos, que implica a toda la comunidad cristiana, comenzando por sus pastores. Éstos deben impulsar, en efecto, una educación que prepare a todos, en concreto, para los desafíos éticos de nuestro tiempo.


Diócesis católicas y organizaciones llevan a la Administración Obama a los tribunales


WASHINGTON, D.C, jueves 24 mayo 2012 (ZENIT.org).- El lunes 21 de mayo, el arzobispo de Nueva York, cardenal Timothy Dolan, la Universidad de Notre Dame y 41 instituciones más presentaron 12 demandas contra el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, por obligarles a suscribir seguros de salud que cubren obligatoriamente la anticoncepción y “toda la gama de servicios de salud reproductiva” que incluye aborto y fármacos abortivos, el llamado mandato HHS.

“Hemos tratado de negociar con la Administración y los legisladores en el Congreso, y vamos a seguir en ello, pero todavía no hay solución al problema. El tiempo se acaba, y el valor de nuestro ministerio y nuestros derechos fundamentales están en juego, así que, ahora, tenemos que recurrir a los tribunales”, manifestó el cardenal Dolan.  La Iglesia católica no estuvo sola en esta lucha, cristianos protestantes, cristianos ortodoxos y judíos ortodoxos, cuyas creencias no se oponen a la contracepción, se unieron a la Iglesia, entendiendo que es un ataque contra la libertad religiosa.

En una maniobra que intentaba dividir ese frente, la Administración de Obama excluía a las organizaciones religiosas de la obligación de suscribirlo, pero no así a sus obras: hospitales, escuelas, universidades, centros asistenciales…  A pesar de que la prensa intentó presentar el asunto como una “cuestión de unos pocos católicos”, con peculiares puntos de vista, los líderes de otras confesiones volvieron a mostrar su apoyo, como dijo Mike Huckabee, exgobernador de Arkansas y pastor bautista: “ahora todos somos católicos”.

Los juicios señalan básicamente que el mandato federal establecido por la secretaria de Salud y Servicios Humanos, Kathleen Sebelius, viola la libertad religiosa.

El mandato abortista recibió una dura crítica por parte de muchos obispos de Estados Unidos, que animaron, entre otras cosas, a estar preparados “para ir a la cárcel” o recordando que “si hemos sobrevivido a los nazis, sobreviviremos a Obama”.  Las querellas fueron presentadas por varias diócesis, hospitales, universidades y organizaciones católicas de diversa índole. Estas 43 organizaciones presentaron en total 12 querellas a lo largo y ancho del país. Entre las universidades que se han sumado a esta causa están la Catholic University of America, la University of Notre Dame y la Franciscan University of Steubenville. El rector de Notre Dame, padre John Jenkins, dijo que el juicio fue presentado “ni a la ligera o alegremente, sino con una sobria determinación”.

“No buscamos imponer nuestras creencias religiosas a otros”, explicó en un correo electrónico a los trabajadores de la Universidad, “sino que simplemente pedimos al gobierno que no imponga sus valores a la Universidad cuando esas perspectivas están en conflicto con nuestra enseñanza religiosa”.

La archidiócesis de Washington lanzó un sitio web especial, Preserve Religious Freedom (www.preservereligiousfreedom.org), en el que se explica detalladamente la demanda, se facilitan noticias y se mantiene comunicación sobre los hechos relacionados.

sábado, 19 de mayo de 2012

Eduardo Verástegui Matrimonio es entre hombre y mujer lo otro llámalo c...



Eduardo Verástegui, actor y productor de cine mexicano, de convicciones católicas, expresa aquí su concepto sobre las uniones formales entre personas del mismo género.

DECÁLOGO ESPIRITUAL DEL MINISTERIO DE MÚSICA CATÓLICO


Jesucristo Rey de Reyes y Señor de Señores,
a Él, honor y la gloria por los siglos

1.       Adorar al Señor de la música y no a la música del Señor. El músico católico, ha puesto más esfuerzo en los arreglos, ensayos, ritmo, al qué dirá la gente, al gozo que produce la música; olvidando lo más importante: el Señor de la música, el Rey de nuestras vidas, el Rey del universo. La música es solamente un instrumento para acercarnos a Él.

2.       No cantar un canto, si no sale del corazón. No tiene sentido, cantar por cantar, o porque un canto es bonito, porque me gusta o le gusta a la gente y nada más. Tu canto debe salir de lo más profundo de tu corazón. A Dios hay que entregarle lo mejor. Cómo decir “Qué alegría cuando me dijeron, vamos a la casa del Señor”, y estamos de mal genio o si en lugar de gozar en este momento, de la presencia de Dios, estamos mirando la niña de en frente.

3.       No robar la gloria a Dios, porque sólo a Él le pertenece; a nosotros el trabajo. Muchas personas sólo cantan con la intención de sobresalir, mostrarse o hacerse famosas. El peligro está en que se convierten en el músico o grupo espectáculo, queriéndole robar la gloria a Dios. Cuidado con los ministerios de alabanza que son muy bendecidos, porque son los que más tienen que cuidarse y no dejarse llevar por la vanidad. Todo el honor y honra es para Dios. El Señor exalta a los humildes y no soporta los soberbios. Si tú quieres que te aplaudan o te levanten un monumento, estás equivocado. El ministerio de música debe ser el más humilde, más que el que lava los baños; porque este, es más difícil que caiga en orgullo.

4.       Alabar a Dios, como si hoy fuera tu último día, tu último canto. Es urgente alabar a Dios con todo nuestro sentimiento, porque el ministerio, así lo exige. Recuerda que no sólo es un sentimiento, es el Espíritu Santo que está obrando en nosotros y que por lo tanto, debemos tener una actitud humana que participe. Para Dios, no es necesario que imitemos a otros grupos, de hecho nos hizo diferentes; lo importante es cantarle con el corazón, dejando que el Espíritu Santo fluya en nosotros.

5.       Alabar siempre al Señor con lo mejor, dando lo mejor y mostrando humildad. Podemos conjugar estos dos elementos, dando lo mejor al Señor, prestando un servicio y una alabanza de excelencia con humildad. Para ello, necesitamos una actitud de excelencia como la Virgen María: primero con una gran humildad y segundo haciendo que la comunidad no ponga los ojos en nosotros sino en el Señor. De los grupos de música católica, la comunidad critica que son orgullosos y rebeldes. Recordar que los talentos recibidos, son para llevar al pueblo de Dios a la presencia Jesucristo, así tengamos que cargarlos.

6.       Cantar con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas. En este momento el Señor está delante de nosotros, tenemos que entregarle lo mejor y estar de rodillas ante Él. No dejarnos llevar por la emoción, porque nos sale bien un canto o porque nos aplauden y nos felicitan. No olvidar que lo más importante, no es cómo suena tu canto; sino, como sale de tu corazón cuando lo alabas. Dios no escucha lo que dicen tus labios, sino lo que hay en tu corazón. Dios sabe si estás cantando con tu corazón, si realmente estás lleno de su amor o si cantas sólo por compromiso, porque te quieres hacer famoso utilizando la palabra y los misterios de Dios o porque te invitaron.

7.       No olvidar que tú lucha y competencia es contra el reino de las tinieblas. Los ministerios de música no pueden ni deben competir, porque la competencia es contra Satanás. Nosotros somos compañeros y estamos en el mismo lado. La lucha no es contra el grupo al que tú le pediste un favor y no te lo hizo, entonces, tú quedaste enojado. Esto es lo que quiere el enemigo, dividir. Tenemos que olvidar rencores, ofensas y estar unidos haciendo la voluntad del Señor y no nuestra voluntad; de esto tenemos que rendir cuentas al Señor. Recordar que nuestra guerra es espiritual.

8.       No desear, ni el don, ni el instrumento de tu prójimo. Dios tiene un don especial para cada uno. Usar la fortaleza que Dios te ha dado y ve a cumplir la misión. Tú tienes que darle cuenta a Dios de tu vida, tu ministerio y de los dones recibidos. Meditar hasta qué punto, si estás apreciando lo que Dios te dio. Tenemos a nuestra esposa y estamos mirando la mujer del otro. Siempre estamos comparándonos con los demás y Dios mira es nuestro corazón. Somos injustos con Dios cuando nos sentirnos menos que otros, porque despreciamos los dones que Él nos ha dado. Lo que tú no hagas en esta vida, quedará sin hacer por toda la eternidad.  Cántale a Dios con todas tus fuerzas, quizá Dios escuche más tu canto, así sea el más desafinado.

9.       No matar el gozo en ningún hermano con tu anti testimonio. Habrá escándalos, pero hay de aquellos que provoquen el escándalo. No somos perfectos, pero tenemos una responsabilidad ante el pueblo de Dios. Hay de nosotros si escandalizamos a un alma; lo que cuesta traerla a Jesucristo, ahora usted, no puede darse el lujo de espantar el rebaño de Dios, porque haría lo mismo que Caín con Abel, lo mató.  Matamos el gozo de nuestro hermano por ejemplo, con un anti testimonio. Nuestra misión es entregarle a Dios una alabanza que le agrade y matamos el gozo de nuestro hermano, cuando cantamos sin ganas con el ceño fruncido, alegando y reclamándonos nosotros mismos.

10.     No adulterar la alabanza. Cuando no entregamos un sacrificio de alabanza auténtico, estamos adulterando la alabanza. Somos impostores, estamos usurpando un lugar que no nos pertenece. Como ministerios de alabanza, estamos llamados a no quedarnos con nada, todo es de Dios. Hay de ti que quieres gloriarte a ti mismo de la bendición que Dios te ha dado. El honor, la fuerza y el poder le pertenecen a Cristo Jesús y nosotros como hijos de Dios, no vamos a adulterar la alabanza. Toda la alabanza es para Dios.

Colaboración de Marco Tulio Tuberquia
Miembro del Ministerio de Alabanza de la P. de San Cipriano