Por Nieves San Martín
MADRID, 14 de abril
de 2013 (Zenit.org) - La primera decisión de calado que toma el papa
Francisco ha suscitado innumerables reacciones. Los comentaristas coinciden en
señalar que es un paso más en la línea postconciliar de la colegialidad
iniciada por Pablo VI con la creación de las conferencias episcopales, seguida
por Juan Pablo II con la creación de los sínodos y continuada por Benedicto
XVI.
Francisco ha querido no sólo afrontar colegiadamente la
reforma de la Curia Romana, que ya es, sino que además da un paso trascendental
al afirmar que quiere que este, podríamos llamarle "Senado", le ayude
a gobernar la Iglesia "de modo continuado", subrayó el portavoz
vaticano. Es decir, es un consejo lo más parecido posible a un consejo de
ministros pero con la diferencia de que sus titulares no son ni presidentes ni
secretarios de dicasterio (lo más parecido a un ministerio en la Iglesia) sino
personas experimentadas, de una cierta edad, con probada experiencia de
gobierno pastoral y de Curia procedentes de todo el orbe. Por tanto, se
aproxima más a un Senado, elegido dentro del Colegio de Cardenales.
Escuchó a las
Congregaciones Generales
Con la creación de este Consejo de cardenales, Francisco
"ha querido dar una señal y mostrar que ha recibido las sugerencias que se
habían manifestado en las Congregaciones anteriores al cónclave", destacó
el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, tras el anuncio.
La reacción no se hizo esperar ayer, y en general calificada
de modo muy positivo. Los diarios españoles se limitaban a reproducir la
noticia de la agencia Efe (un sábado, fin de semana, las redacciones están disminuidas...).
Sin embargo titulaban con grandes caracteres: "La revolución de
Francisco". "El papa Francisco comenzó hoy su esperada revolución con
la creación de un grupo de ocho cardenales, procedentes de los cinco
continentes, para estudiar cómo reformar la Curia romana tras los últimos
escándalos", decía Efe.
"El ex arzobispo de Buenos Aires, que justo hoy hace un
mes fue elegido papa, ha realizado ya gestos considerados revolucionarios, por
su carácter humilde y cercano a los fieles, pero aún no había tomado decisiones
sobre la organización de la Iglesia --añade el despacho de agencia--. La
reforma de la Curia romana fue uno de los principales temas de preocupación en
las Congregaciones previas al cónclave, cuando aún estaba latente el caso
Vatileaks, el robo de documentos de los que surgieron la existencia de
divisiones entre sus miembros".
"Pero, además --subraya--, sobre el ministerio del papa
Jorge Mario Bergoglio pesaba la necesidad de dar mayor colegialidad,
transparencia y fiabilidad al aparato vaticano, además de otro de los temas que
preocupan al pontífice: reducir las cargas económicas que implican".
Función asesora
Destaca que Lombardi quiso precisar que el consejo tendrá
funciones de "asesoramiento" y no "tomará decisiones", ante
algunas informaciones relativas a que "restaría poderes a la actual
Secretaría de Estado". Agregó que este grupo ha sido designado para
"aconsejar" y "ayudar" al papa y pidió que se eviten
discursos relativos a que la "Curia queda en un segundo plano o se reducen
sus responsabilidades".
"La Curia continuará con su trabajo --insistió
Lombardi--, que destacó el hecho de que la primera reunión del consejo tenga lugar
dentro de varios meses, lo que no da 'sensación de emergencia', al tiempo que
matizó que no se ha indicado 'la periodicidad con la que se celebrarán los
encuentros'".
El papa Francisco "continúa su trabajo de conocimiento
de la Curia" con los encuentros que mantiene con los jefes de dicasterios
y organismos para que en octubre próximo "tenga ya su visión" de la
situación, según el portavoz.
Romper moldes
El diario madrileño El Mundo titulaba ayer “Las revoluciones
de Francisco”, afirmando que el papa argentino "comenzó a romper moldes
desde el mismo instante en que, vestido con una simple sotana blanca y un
crucifijo plateado sobre el pecho, se asomó al balcón central de la Basílica de
San Pedro y anunció al mundo que quería llamarse Francisco, como san Francisco
de Asís, el santo de los pobres".
"Desde entonces el papa llegado 'del fin del mundo'
--añade el diario- no sólo se ha metido en el bolsillo a la mayoría de la gente
(las encuestas señalan que al 92% de los italianos les gusta) sino que ya está
llevando a cabo una pequeña revolución que hace presagiar que el suyo será un
pontificado de fuerte cariz reformador y purificador".
Y enumera algunas de las innovaciones llevadas a cabo por
Francisco en su primer mes como Papa: 1.
El Papa de los pobres; quiere una Iglesia "pobre y para los pobres".
Y está actuando en coherencia, rehuyendo ostentación; 2. No al apartamento pontificio: Dice que es demasiado grande para
él y, sobre todo, que ahí se sentiría aislado. Sigue viviendo en Santa Marta,
la residencia donde paran muchos obispos y monseñores a su paso por Roma; 3. Almuerza en el comedor común: El
papa come en el mismo comedor de la residencia Santa Marta. Hace unos días, de
hecho, salió a relucir una foto que hizo con su teléfono móvil monseñor Franco
Agnesi y colgó la foto en su cuenta de Facebook; 4. Misas abiertas al público. Francisco oficia misa en la capilla
de la residencia Santa Marta y está abierta a cualquier empleado del Vaticano.
Concluida la ceremonia, suele saludar uno por uno a los asistentes y a veces se
sienta con ellos en los bancos a hablar. 5.
Obispo de Roma, no papa. Esa actitud de humildad ha hecho que un patriarca de
Constantinopla, el actual Bartolomé I, acudiera a la misa de inicio de su
pontificado por primera vez desde 1054, cuando la Iglesia ortodoxa se separó de
la católica; 6. Lavatorio de pies a
presos juveniles (incluidas mujeres y musulmanas) el pasado Jueves Santo; 7. No se sienta en la sede pontificia; 8. No lleva el crucifijo y el anillo de
oro; 9. Sus gastados zapatos negros; 10. Gesticula, besa, abraza, toca; Se
mueve entre la plaza de San Pedro en un jeep abierto. Además, se baja muchas
veces del vehículo para saludar a la gente (sobre todo a los enfermos y a los
discapacitados). Trae de cabeza a los servicios de seguridad del Vaticano; 11. Sin terciopelo ni armiño; 12. Lenguaje claro, directo y desde
el corazón; 13. Respeto hacia los
ateos: Durante el encuentro que celebró con los 5.300 periodistas que cubrieron
el cónclave les ofreció una bendición silenciosa para no ofender a los no
creyentes ni a los que practican otras religiones.
Pasa a la acción
Por su parte el diario argentino La Mañana de Neuquén
afirmaba ayer que "con esta importante decisión, el papa latinoamericano,
que hasta ahora no se había pronunciado públicamente sobre el tema, pasa a la
acción, tal como habían exigido los casi 90 cardenales de los 115 que lo
eligieron como pontífice en el cónclave del pasado 13 de marzo".
El diario también argentino Clarín decía: "En el día en
que cumple un mes de su pontificado, el papa argentino partió a la grande en la
reforma de la Curia Romana, con la designación de un grupo de ocho cardenales
que lo 'aconsejen en el gobierno de la Iglesia universal'. Los cardenales también
deberán estudiar un proyecto para revisar la Constitución Apostólica Pastor
bonus sobre la Curia Romana, que es el gobierno central de la Iglesia".
"Se trata de un gesto --añade- que da un notable
impulso al principio de colegialidad que Francisco se propone hacer realidad en
la Iglesia, con una apertura sin precedentes para aumentar la colaboración en
el manejo del catolicismo mundial a obispos, cardenales y también a los Sínodos
Mundiales episcopales, que se reúnen cada dos años en el Vaticano".
¿Bertello nuevo
secretario de Estado?
Sobre un inminente nombramiento de nuevo secretario de
Estado, el diario argentino coincide con otros influyentes medios en indicar
que "insistentes versiones señalaron que Bertello tiene las mejores
chances para ser el nuevo s de Estado, el 'primer ministro' del papa, como
sucesor del actual en fase de retiro, cardenal Tarcisio Bertone". Sin
embargo, ya se sabe para lo que sirven las quinielas, a juzgar por los resultados
del último Cónclave. Afirma también que en esta decisión del papa Francisco han
influido las luchas de poder en la Curia y las filtraciones de documentos
privados del anterior pontífice.
Señala este medio que, además del cardenal Bertello, entre
los otros siete purpurados del grupo de consejeros hay dos latinoamericanos: el
chileno Francisco Javier Errazuriz Ossa, cardenal emérito de Santiago y el
hondureño Oscar Andrés Rodríguez Maradiaga, arzobispo de Tegucigalpa, Honduras,
con funciones de coordinador del grupo. Los otros "también pesos pesados
de la Iglesia mundial. Los cardenales Reinhard Marx, arzobispo de Munich,
Alemania; Oswald Gracias, arzobispo de Bombay, India; Laurent Monsegwo Pasinya,
arzobispo de Kinshasha, Republica Democrática del Congo; el franciscano Sean
Patrick O'Malley, arzobispo de Boston, el principal "papable"
norteamericano en el Cónclave que eligió a Bergoglio. Por último está el
cardenal arzobispo de Sydney, Australia, George Pell".