Reconozco que la primera vez que
intenté ver ese film de la pasión de Cristo, sentí repulsión por la violencia y
la cantidad de sangre... creí que la salvación era un asunto que iba más allá
de la hemoglobina... Sin embargo, con el tiempo pude ver el film y meditar las
palabras de Jesús en otro contexto. Es la continuación y el sacrificio supremo
del siervo sufriente que anunció el Reino y lo realizó con obras y palabras
amando hasta el extremo. Si, el extremo, incluyendo la sangre y lo que a veces
no queremos ver. El ministerio de Cristo cambió muchas cosas y se lo hicieron
pagar con la vida. A él y a los discípulos de ayer y de hoy. Jesús, siendo
quien era, "se rebajó hasta someterse a una muerte de cruz". Y eso no
es una novela donde uno se pueda limitar a decir o pensar
"pobrecito"...
Si ves por enésima vez en tv alguna película
religiosa, ve más allá del esnobismo... igual si lees de nuevo la Pasión en san
Juan o participas de una celebración religiosa o un acto de piedad. No te
conformes con la forma. Ve al fondo, a lo que da sentido a esas manifestaciones
y desbordes de discursos y representaciones.
Ojalá alguna de estas y de otras
reflexiones te ayuden a vivir este viernes santo.
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Todos los signos de bendición del Antiguo
Testamento son en contradicción con el Hijo de Dios agonizante en la cruz. El
Nazareno vivió itinerante haciendo el bien, evangelizando y muere joven, solo,
sin descendencia, sin propiedades ni riquezas, abandonado, ridiculizado,
anonadado como verdadero "varón de dolores"... parece una antítesis
del génesis... lo bueno creado por Dios Padre, sublimado en Cristo, sostenido
por el Espíritu, ahora es destruido por la humanidad en la hora de las
tinieblas.
La verdad y la bondad generan la
injusticia y el odio del malvado.
Frente a la barbarie quedan el amor de la
Madre y la presencia del discípulo amado para recordarnos que el amor salva del
odio y ofrece un futuro con el perdón. El amor lo cree todo, lo espera todo, lo
soporta todo. Supera lo razonable, lo políticamente correcto.
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Cruces hay de todas las formas, colores,
dimensiones, materiales, gustos y sabores...
Se llevan, se traen, se ponen, se clavan, se inciensan,
se transportan por todos lados...
Podemos acostumbrarnos a verlas sin mirarlas y
no conmovernos...
La cruz sola, sin Cristo, será significativa
después de la Pascua. Antes era solamente instrumento de tortura y de muerte.
Después de Cristo es signo de identidad del
discípulo.
Es necesario despertar... reaccionar... para
no "acostumbrarnos" al calvario del Redentor y al de nuestro prójimo.
En los más pequeños y en los que sufren, la
pasión de Cristo se revela y llama.
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A tí, que puedes estar sufriendo, reflexiona,
medita, ora. Tu dolor puede servir para algo.
No te quedes postrad@ frente a él. Tus noches
en vela no han pasado en vano. No es el fin. Dios no ha dicho su última palabra
en ti. Tus lágrimas pueden ser rocío de liberación.
Míralo a él. No solamente la cruz. Míralo a
él!!!
Cuando sientas el nudo en la garganta y
quisieras como "desaparecer"; cuando experimentas que solo el
silencio es mejor que cualquier palabra, cuando quisieras que todo lo que te
hace daño pase rápido, acuérdate de la soledad y del silencio de Cristo en la
Cruz... Solamente algunas palabras pudo decir Jesús antes de volver a su Padre.
Esas palabras quizás puedan ser también las tuyas. Léelas. Escúchalas de nuevo
en tu interior. Abandónate en Dios. El silencio del viernes y del sábado santo es
la antesala del grito del júbilo de Pascua.
La Vida, sí, con Mayúscula, reina más allá del
dolor, la soledad, la frustración, la tristeza, la enfermedad, la crisis, el
sinsentido, el hastío y toda otra forma de muerte.
Nuevas formas de opresión y de pobreza se
apoderan de toda la creación, incluida la humanidad. Se impone el deber de
defender la vida. Hoy donde el relativismo encuentra argumentos y falacias para
legitimarlo todo, es necesario que la Buena Noticia de Cristo y el testimonio
de los creyentes hagan cambiar las cosas. No más muerte.
Reinar con Jesús es comprometerse con él y con
los pequeños que él defendió: los empobrecidos, marginados, discriminados. Hoy
es necesario recordar el respeto a la vida. Luchar por la igualdad, por los
derechos humanos, por la ecología. Reinar con Jesús implica estar dispuestos a
soportar el rechazo, la calumnia y la violencia de los poderosos y de aquellos
a los cuales la verdad del Evangelio les repulsa.
Desde la Pascua las palabras y las obras de
Cristo adquieren un eco especial. Mirando la cruz, recuerda las grandes
enseñanzas del Maestro. Vive el silencio y anhela la Pascua. La de este año y
la definitiva. La victoria de Cristo es también la nuestra. La esperanza es
signo de salvación e invitación constante a descubrir el rostro humano y divino
de cada persona en cada momento de su paso por este mundo. No te olvides de
meditar en el Amor que da sentido a toda entrega, sacrificio. El de Cristo y el
tuyo. "No me quitan la vida, yo la doy". Feliz Pascua.
Miguel Ángel Aragón Herrera
Pbro.
Paris, Marzo 28 de 2013.
Paris, Marzo 28 de 2013.