El lunes 4 de febrero, un muy
querido miembro de la comunidad parroquial de San Cipriano, cumple –a Dios
gracias- 90 años de vida. Se trata de Gustavo Salazar, un laico comprometido
con el Señor Jesús y nuestra Iglesia Católica.
La vinculación de Gustavito –como
cariñosamente lo tratamos- con nuestra parroquia, data de comienzos de la
década de los años 90, cuando bajo el trabajo pastoral del Padre Humberto
Zapata, fue erigida canónicamente la Parroquia de San Cipriano, mediante el
decreto número 381 del día 23 de abril del año 1991, firmado por el Emmo. Sr.
Cardenal Mario Revollo Bravo, Arzobispo de Bogotá. La insaciable búsqueda de la
verdad que Gustavito ha perseguido siempre, así como su estudio y
discernimiento de la Palabra de Dios lo llevó a participar en las actividades
comunitarias de nuestra iglesia particular, habiendo sido el animador de una
Pequeña Comunidad identificada como “Antioquía”. Allí, nuestro personaje de
esta nota, dio rienda suelta a su vocación dominicana del estudio y la
formación de grupos nuevos de laicos que se vinculaban a la Iglesia.
Gracias a esta vocación,
Gustavito se desempeñó durante más de 14 años, como catequista de adultos y
animador permanente de procesos de evangelización. Su testimonio de conversión
a la fe cristiana católica, luego de haber transitado varios años en el ateísmo,
es una de las evidencias más bellas de búsqueda de la verdad, que ha sido escuchado por muchas de los laicos que hoy
integran los grupos pastorales de nuestra parroquia. Su hábito por la lectura
lo llevó igualmente a escribir pequeñas publicaciones que han servido para
fundamentar la fe de muchos de sus lectores. En el momento de escribir esta
nota, recordamos dos publicaciones tituladas: “Jesús ¿es Dios?” y “¿Para qué vino Cristo?”.
Gustavito además de ser
catequista y haber animado una Pequeña Comunidad, fue Ministro extraordinario
de la Sagrada Comunión, igual que su hija María Isabel, quien se le recuerda
como coordinadora de este Ministerio en
nuestra Parroquia en años anteriores.
Amante del diálogo sobre temas
teológicos, hoy Gustavito obligado por las naturales restricciones de su edad,
gusta de establecer reuniones virtuales por internet con otros laicos y añora
crear una verdadera comunidad virtual para el intercambio de ideas en los temas
relacionados con la fe. Es verdaderamente ejemplar y estimulante para quienes
se comunican periódicamente con Gustavito, observar que con la bondad del
Señor, el paso de los años no ha frenado el interés y entusiasmo de él por
saborear los frutos del conocimiento y de la fe en Dios. Isabelita, su esposa,
su hija y todos los miembros de su amada familia se expresan agradecidos con el
Dueño de la Vida, por la existencia de Gustavito entre nosotros.
Una de las citas bíblicas preferidas
de Gustavito es Juan 3, 16: “Tanto amó Dios al mundo que no paró hasta
entregarle su hijo unigénito. Para que todo el que crea en Él, no perezca sino
que tenga vida eterna”.
Desde este Blog de Pequeñas
Comunidades, le hacemos llegar a Gustavito nuestro cariñoso saludo de hermanos
en Cristo Jesús y le damos gracias a Dios por su vida y su testimonio de amor
por la Iglesia. Dios lo continúe bendiciendo!