lunes, 10 de septiembre de 2012
Tantum ergo Sacramentum
Canto de Adoración Eucarística!
ESTATE SEÑOR CONMIGO-HIMNO Liturgia de las Horas Bello Poema a Jesus.wmv
Bellísimo himno tomado de la Liturgia de las Horas.
VIRGEN DE LOS DOLORES
Bajo el título de la Virgen de la
Soledad o de los Dolores se venera el 15 de septiembre a María en muchos
lugares.
Un poco de historia
Bajo el título de la Virgen de la
Soledad o de los Dolores se venera a María en muchos lugares. La fiesta de
nuestra Señora de los Dolores se celebra el 15 de septiembre y recordamos en
ella los sufrimientos por los que pasó María a lo largo de su vida, por haber
aceptado ser la Madre del Salvador.
Este día se acompaña a María en
su experiencia de un muy profundo dolor, el dolor de una madre que ve a su
amado Hijo incomprendido, acusado, abandonado por los temerosos apóstoles,
flagelado por los soldados romanos, coronado con espinas, escupido, abofeteado,
caminando descalzo debajo de un madero astilloso y muy pesado hacia el monte
Calvario, donde finalmente presenció la agonía de su muerte en una cruz,
clavado de pies y manos.
María saca su fortaleza de la
oración y de la confianza en que la Voluntad de Dios es lo mejor para nosotros,
aunque nosotros no la comprendamos.
Es Ella quien, con su compañía,
su fortaleza y su fe, nos da fuerza en los momentos de dolor, en los
sufrimientos diarios. Pidámosle la gracia de sufrir unidos a Jesucristo, en
nuestro corazón, para así unir los sacrificios de nuestra vida a los de Ella y
comprender que, en el dolor, somos más parecidos a Cristo y somos capaces de
amarlo con mayor intensidad.
¿Que nos enseña la Virgen de los Dolores?
La imagen de la Virgen Dolorosa
nos enseña a tener fortaleza ante los sufrimientos de la vida. Encontremos en
Ella una compañía y una fuerza para dar sentido a los propios sufri-mientos.
Cuida tu fe:
Algunos te dirán que Dios no es
bueno porque permite el dolor y el sufrimiento en las personas. El sufrimiento
humano es parte de la naturaleza del hombre, es algo inevitable en la vida, y
Jesús nos ha enseñado, con su propio sufrimiento, que el dolor tiene valor de
salvación. Lo importante es el sentido que nosotros le demos. Debemos ser
fuertes ante el dolor y ofrecerlo a Dios por la salvación de las almas. De este
modo podremos convertir el sufrimiento en sacrificio (sacrum-facere = hacer
algo sagrado). Esto nos ayudará a amar más a Dios y, además, llevaremos a
muchas almas al Cielo, uniendo nuestro sacrificio al de Cristo.
Oración:
María, tú que has pasado por un dolor tan grande y un sufrimiento tan
profundo, ayúdanos a seguir tu ejemplo ante las dificultades de nuestra propia
vida.
Escrito por Jesús Martí Ballester.
Tomado de catholic.net
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