EL SIGNIFICADO DE LA COMUNION PARA EL ENFERMO
La primera condición para que un enfermo reciba la Sagrada Comunión es que la solicite a sus familiares o cuidadores.
El dolor y el sufrimiento que acompaña a las enfermedades, hace que nos acerquemos más a Dios. Entender que el Dueño de la Vida es el Señor y que somos de Él. En tal razón y en virtud de la fe un enfermo puede experimentar la sed de Dios y la necesidad de recibirlo en su lecho de enfermedad.
Sentir que Jesucristo es para él vida, incluso en su cuerpo adolorido y diisminuido por la enfermedad y el gran signo de la salvación para sí mismo y para todo el mundo. Para que el enfermo haga conciencia de esto es necesario que sus familiares más cercanos o cuidadores, no dejen solo al enfermo. Lo acompañen en su habitación de reclusión o convalescencia. Es una excelente ocasión para evangelizarlo y ayudarle a acercarse a Dios. Leerle la Palabra y compartir con él espacios de discernimiento de ella, con la correspondiente edificación espiritual. Debemos escuchar con atención y ayudar a entender la Voluntad del Señor.