De Miguel Angel Aragon H. Pbro.
Padre mío,
la luz del día cedió a la noche.
Ahora que las voces se silenciarony los clamores se apagaron,
en este lecho mi alma se eleva hasta Ti, para decirte:
Creo en Ti, espero en Ti, te amo con todas mis fuerzas;
Gloria a Ti, oh Dios.
Deposito en tus manos, la fatiga y la lucha,
las alegrías y desencantos de este día que quedó atrás.
Si los nervios me traicionaron, si los
impulsos
egoístas me dominaron, si di entrada al rencoro a la tristeza, ¡Perdón, Señor!. Ten piedad de mí.
Si he sido infiel, si pronuncié palabras vanas,
si me dejé llevar por la impaciencia.
Si fui espina para alguien ¡Perdón, Señor!
No quiero esta noche entregarme al sueño, sin
sentir
sobre mi alma la seguridad de tu misericordia,tu dulce misericordia, enteramente gratuita, Señor.
Te doy gracias, Padre mío, porque has sido la
sombra
fresca que me ha cobijado durante todo este
día.Te doy gracias porque, invisible, cariñoso, envolvente,
me has cuidado a lo largo de estas horas.
Señor, a mi alrededor ya todo es silencio y
calma.
Envía el ángel de la paz a esta casa. Relaja mis nervios,
sosiega mi espíritu, suelta mis tensiones,
inunda mi ser de silencio y serenidad..
Vela sobre mí, Padre querido, mientras me
entrego
confiado al sueño, como un niño que duermefeliz entre tus brazos.
En tu nombre Señor, descansaré tranquilo.
Amén!