El domingo 12 de enero de 2014, mediante celebración
Eucarística presidida por Mons. Rubén Salazar, Arzobispo de Bogotá y Primado de
Colombia, nuestra Parroquia de San Cipriano celebró la festividad del Bautismo
del Señor, con la cual terminamos el tiempo litúrgico de la navidad e iniciamos
el denominado tiempo ordinario. Esta celebración también fue ocasión para
presentar a toda la comunidad de fieles, la terminación de la primera etapa de
la remodelación de nuestro templo.
Como se recordará, este proyecto fue preparado y gestionado
por el anterior Párroco Padre John Henry Buitrago M.S.A. y fue ejecutado por el
Padre Alejandro Olivera Manjarrés, sacerdote diocesano nombrado desde el 16 de
agosto como nuevo Párroco de San Cipriano. El Padre Alejandro tomó posición
formal de su cargo el 8 de septiembre, mediante Eucaristía presidida por Mons.
Alberto Ojalvo e inmediatamente asumió el encargo de llevar a buen término la
remodelación del templo, la cual inició obras civiles a mediados del mes
octubre, con un propósito inicial que era instalar un cielo raso en dry-wall en todo el templo.
Anterior aspecto interior del templo
Inicio de la instalación del dry-wall
Remodelación sobre el presbiterio
Se va dando un nueva apariencia
Aspecto interior al 11 de enero
Un nuevo Sagrario
El entusiasmo del Padre Alejandro respecto de esta obra y el
respaldo de la comunidad de fieles, lo motivó a ampliar los alcances del
proyecto, al incluir en la remodelación: reubicación de la sacristía,
reubicación del coro, reubicación del baptisterio, remodelación del Sagrario, remodelación
de la sede, cambio del sistema de sonido, así como la consecuencial adecuación
de redes eléctricas, de iluminación y sonido.
La ejecución de todo este trabajo, puso a prueba a los
fieles, tal como lo anunciábamos en nota de este blog del 27 de noviembre
pasado, ya que tuvieron que acomodarse a todas las incomodidades que produjeron
la ubicación constante de andamios, la presencia de polvo permanente,
movimiento de sillas y todo lo demás propio de la realización de obras civiles.
Aun así las Eucaristías mantuvieron un nivel de asistencia de fieles, que le
dieron la señal al Párroco de contar con un respaldo real de la comunidad, con
sus donaciones de láminas de dry-wall
y de materiales de construcción para el efecto. En estas circunstancias, fue común
la celebración de Eucaristías con andamios puestos encima del presbiterio, que
le dieron en tal momento a la celebración un ambiente de construcción que
envolvía a todos los fieles presentes.
La realización de estos trabajos fue posible no sólo debido
al respaldo de la comunidad, sino del Diácono Jaime Montealegre y de los laicos
comprometidos de la Parroquia, que colaboramos con igual propósito en muchas de
las tareas de aseo y disposición del templo para cada una de las Eucaristías.
En el último mes, la necesidad de movilización temporal de diversos elementos
del templo, la sacristía, el despacho parroquial y el sagrario, hizo necesario
ocupar el salón de reuniones, con lo cual se afectó temporalmente la
realización de reuniones de algunos grupos de la Parroquia. Las ventas de
alimentos en la carpa a la salida del templo, representaron igualmente un apoyo
económico importante en este objetivo. Se incluyen con esta nota varias
fotografías que muestran la evolución de esta remodelación.
A la Eucaristía del día de ayer, igualmente fue invitado el
Padre Humberto Zapata, sacerdote diocesano quien fue nuestro primer Párroco y a
quien correspondió hacer la construcción inicial de este templo. El Padre Zapata
fue concelebrante de la Eucaristía presidida por el Señor Cardenal de Colombia.
Mons. Salazar presidiendo la Eucaristía
El templo ya remodelado muestra una apariencia de mayor amplitud
y sobriedad, ocasionada por el color blanco de todas sus paredes y cielo raso.
Se han reducido el número de imágenes y de mobiliario de nichos para dichas
imágenes, que producen una sensación visual de mayor espacio interior. La
remodelación de la pared del fondo del presbiterio, que fue cubierta con losas donadas,
de piedra de origen hindú de colores oscuros, hace un bonito contraste con la
claridad de todo el recinto interior del templo. Naturalmente, quedan
pendientes algunos detalles que están previstos en acabados en la sede, en la
sacristía y en el espacio para el coro, pero se considera que son obras que
podrán completarse en un breve plazo.
En compañía de Mons. Rubén Salazar
Toda esta obra física del templo, realizada en un poco más
de 3 meses, tiene su razón de ser en una
mejor disposición del lugar en el que la comunidad nos congregamos para alabar,
adorar a nuestro Dios y celebrar nuestra vida sacramental. Con estas nuevas
posibilidades, lo que esperamos vivir es un mayor crecimiento de la obra
espiritual de nuestra Parroquia, para salir al encuentro de los alejados, de
quienes aún no han recibido el mensaje evangelizador, mediante la realización
del Plan E que ha lanzado la Arquidiócesis de Bogotá. Igualmente, atender el
llamado de S.S. el Papa Francisco para trabajar unidos sacerdotes y laicos en
la obra de la evangelización.