¡Oh Espíritu Santo! Llena de
nuevo mi alma con la abundancia de tus Dones y Frutos. Haz que yo sepa con el
Don de Sabiduría, tener este gusto
por las cosas de Dios que me haga apartar de las terrenas.
Que sepa, con el Don del Entendimiento, ver con fe viva la
importancia y la belleza de la verdad cristiana.
Que, con el Don del Consejo, ponga los medios más
conducentes para santificarme, perseverar y salvarme.
Que el Don de Fortaleza me haga vencer todos los
obstáculos en la confesión de la fe y en el camino de la salvación.
Que sepa con el Don de Ciencia, discernir claramente entre el
bien y el mal, lo falso de lo verdadero, descubriendo los engaños del demonio,
del mundo y del pecado.
Que, con el Don de Piedad, ame a Dios como Padre, le sirva
con fervorosa devoción y sea misericordioso con el prójimo.
Finalmente, que con el Don de Temor de Dios, tenga el mayor respeto y
veneración por los mandamientos de Dios, cuidando de no ofenderle jamás con el
pecado. Lléname sobre todo, de tu amor divino. Que sea el móvil de toda mi vida
espiritual; que, lleno de unción, sepa enseñar y hacer entender, al menos con
mi ejemplo, la belleza de tu doctrina, la bondad de tus preceptos y la dulzura
de tu amor. Amén
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