domingo, 31 de mayo de 2009

Los Santos en nuestra Iglesia


Para la Iglesia Católica, los santos forman la llamada Iglesia triunfante e interceden ante Dios por la humanidad, por los vivos en la Tierra y por los difuntos en el Purgatorio: es la llamada comunión de los santos. Todos ellos, incluso los que han sido oficialmente reconocidos como tales, tiene su festividad conjunta en el Día de Todos los Santos, que se celebra el 1 de noviembre y que para los católicos representa que, más allá del número de personas canonizadas (es decir, de las cuales la santidad se afirma sin ambigüedad y se les puede dirigir el culto), hay abundantes cristianos (e incluso no cristianos en sentido estricto, como Abraham, Moisés, David, Job), que han alcanzado el ideal de comunión con Dios.


El llamado a la santidad es un mandato divino, así por ejemplo en el libro del Levítico (19,2); encontramos el siguiente enunciado: “Sean ustedes santos, pues yo, el Señor su Dios, soy santo” Dios hace los santos y la Iglesia reconoce a quienes vivieron la santidad en heroica virtud. El profeta Isaías escribió: “Santo, santo, santo es el Señor” (6,3)
Los cristianos que están en gracia de Dios participan de este privilegio de ser santos y por eso San Pablo en sus epístolas usa la palabra “santo” para referirse a los fieles ( 2 Corintios 13,12; Efesios 1,1; Filipenses 1,1); ya que por el bautismo somos liberados del pecado y unidos en Cristo Jesús, quien es el “Santo de los santos” (Hebreos 7,26). Los santos en sumo grado son aquellos que son reconocidos por la Iglesia Católica y se presentan como modelos de conducta e intercesores ante Jesucristo.


El proceso para reconocer que una persona vivió plenamente en santidad es bastante profundo. El papa Sixto V, creó en el año 1588 la Congregación para la Causa de los Santos, quienes investigan cuidadosamente todos los detalles de la vida, los escritos y los milagros de los presuntos siervos de Dios.
Este proceso consta de tres partes:
La primera es la confirmación de las virtudes heroicas del postulante tales como las teologales: fe, esperanza y caridad; así como también los frutos del Espíritu Santo: el amor, la fe, la prudencia, la justicia, la templanza, la fortaleza y demás (Gálatas 5,22-23); que se hace después de cinco años de su muerte, y es llevado a cabo por un promotor (persona o grupo) quien se dirige al obispo de la respectiva diócesis. Cuando los tribunales de Roma verifican que la vida cristiana del postulado fue heroica, y por lo menos dos teólogos hayan examinado con lupa de detalles cada palabra, de a cuerdo con la ortodoxia doctrinal, lo denominan “Venerable”. Para esta primera parte no existe una ceremonia especial
El segundo paso es la “beatificación”, que se cumple en un lapso de tiempo no menor de veinte años, y es realizado en la Curia Romana por la Congregación destinada para tal fin, En esta etapa es necesario distinguir las dos categorías de santos que existen: los mártires y los confesores; los primeros que fueron los que derramaron su sangre por Cristo, no necesitan inicialmente de un milagro, mientras que para los segundos si se cumple esta norma, que tiene que ser autorizado por un grupo de científicos y médicos destacados de diferentes universidades e institutos, muchos de los cuales no son católicos. Ya después de cumplidos todos los requisitos es llamado “bienaventurado”, y puede recibir un culto restringido de su imagen y reliquias en ciertas iglesias o regiones, aunque en algunas ocasiones específicas esta autorización tiene un alcance a todo el mundo católico
La tercera fase es la “canonización”, que se da después de una revisión general de la vida del beato(a), más la confirmación de un nuevo milagro que es obligatorio para ambas categorías. Posteriormente, el Papa como jefe supremo de la Iglesia de Cristo, y haciendo uso del derecho de la infalibilidad pontificia, lo eleva a los altares a la categoría de “santo”, muchas veces en la propia basílica de San Pedro del Vaticano, y lo anota en el catálogo del libro de los santos. El Romano Pontífice también destina la fiesta litúrgica del santo(a), que se da el día de su muerte, pues teológicamente es el paso de esta vida terrenal a la recompensa final en el reino de los cielos.
Clases de culto sagrado:
a. Latría (o adoración), es exclusividad de Dios (Éxodo 20,3; Deuteronomio 6,13)
b. Hiperdulía (o veneración especial), se le da a la Virgen María (Lucas 1,28.42.48)
c. Dulía (o veneración), a los santos(as) (Salmo 97,11-12; Proverbios 10,7)

Los santos en el
martirologio romano son los declarados por la Iglesia Católica como indudablemente presentes en el Cielo y, por tanto, pueden ser objetos del culto público, el llamado culto de dulía, a diferencia del culto de latría, que no debe dirigirse más que a Dios. Una excepción en estas categorías del culto representa la Virgen María, receptora de la hiperdulía que se celebra en los lugares de apariciones marianas.
Al invocar a los santos siempre contemplaremos las virtudes que obró Dios en ellos. Dios debe estar siempre en el trasfondo de nuestra invocación o veneración a los santos. Los santos no nos alejan de Dios, sino que nos invitan a ponernos directamente en contacto con El, con la sola mediación de Jesucristo. El camino a la santidad es una posibilidad abierta a todos!

jueves, 28 de mayo de 2009

SACERDOTES: SÒLIDA VIDA INTERIOR, ENTREGADOS A LAS ALMAS

CIUDAD DEL VATICANO, 23 MAY 2009 (VIS).-El Santo Padre recibió esta mañana a los alumnos de la Pontificia Academia Eclesiástica, encabezados por su presidente, el arzobispo Beniamino Stella.
El Papa dijo a los sacerdotes que el servicio en las nunciaturas apostólicas para el que se están preparando "se puede considerar, en cierto modo, una vocación sacerdotal específica, un ministerio pastoral que comporta estar en el mundo y participar en sus problemas, a menudo muy complejos, de carácter social y político".


"El diálogo con la modernidad y el contacto con las personas e instituciones que representan, exigen una fuerte estructura interior y una solidez espiritual capaz de salvaguardar y aún más, de manifestar cada vez mejor vuestra identidad cristiana y sacerdotal" para evitar "los efectos negativos de la mentalidad mundana y no dejarse atraer ni contaminar por lógicas demasiado terrenas".


Benedicto XVI aconsejó a los presbíteros que "en los momentos de oscuridad y de dificultad interior" dirigieran la "mirada a Cristo", y que recordaran siempre que en su ministerio "es esencial y fundamental mantener la unión personal con Jesús. El quiere que seamos sus "amigos", amigos que buscan su intimidad, siguen sus enseñanzas y se esfuerzan por hacerlo conocer y amar por todos.
"El Señor -continuó- nos quiere santos, es decir, todos "suyos", no preocupados de construirnos una carrera humanamente interesante o cómoda, sin buscar el éxito y el aplauso de la gente, sino totalmente entregados al bien de las almas, dispuestos a cumplir hasta el final nuestro deber, con la conciencia de ser "siervos inútiles", alegres de poder ofrecer nuestra pobre aportación a la difusión del Evangelio".


El Santo Padre pidió a los sacerdotes que fueran, "en primer lugar, hombres de oración intensa, que cultivan una comunión de amor y de vida con el Señor. Sin esta sólida base espiritual, cómo sería posible -preguntó- perseverar en vuestro ministerio? Quien trabaja así en la viña del Señor sabe que lo que realiza con dedicación, con sacrificio y por amor, nunca se pierde".
El Año Sacerdotal, que inicia el próximo 19 de junio, "es una ocasión preciosa -aseguró- para renovar y reforzar vuestra respuesta generosa a la llamada del Señor, para intensificar vuestra relación con El. (...) Valorad al máximo esta oportunidad para ser sacerdotes según el corazón de Cristo, como San Juan María Vianney, el santo cura de Ars, de quien vamos a celebrar el 150 aniversario de su muerte".

miércoles, 27 de mayo de 2009

¿Qué es la renovación en el Espíritu Santo?



El día de Pentecostés, se cumplió la promesa de Jesús; fue derramado el Espíritu Santo sobre los discípulos que en compañía de María, la madre de Jesús estaban reunidos en oración.Desde el comienzo de la Iglesia, es el Espíritu la fuerza que la mueve y que le da poder de hacer las cosas que Jesús hizo en su Nombre y es quien la capacita para realizar su misión.A lo largo de toda la historia de la Iglesia el Espíritu Santo ha dirigido su desarrollo y su caminar, renovándola y reavivando en distintos momentos el espíritu de aquella primera Iglesia nacida el día de Pentecostés.

En este momento de la historia, Dios está derramando el Espíritu Santo de una manera nueva. Estamos experimentando una actualización del fuego de Pentecostés. "Para un mundo así, cada vez más secularizado, no hay nada más necesario que el testimonio de esta renovación espiritual que el Espíritu suscita hoy visiblemente en las regiones y ambientes más diversos". (Pablo VI, 19 de mayo de 1975)."El vigor y la fecundidad de la Renovación atestiguan ciertamente la poderosa presencia del Espíritu Santo que actúa en la Iglesia... la Renovación Carismática es una elocuente manifestación de esta vitalidad hoy". (Juan Pablo II, mayo de 1987).La Renovación en el Espíritu Santo -podemos afirmar- es una acción del Espíritu Santo hoy renovando a toda la Iglesia.

¿QUÉ ESTÁ HACIENDO HOY EL ESPÍRITU SANTO?

Está llevando a las personas a un encuentro y a una relación personal profunda con Cristo Vivo Señor y Salvador.Jesús sigue enriqueciendo a su Iglesia con sus dones y carismas. El primero y mayor de todos los dones es el mismo Espíritu Santo. La Iglesia es enriquecida con estos dones y carismas para transformar la faz de la tierra.

NACIMIENTO Y EXPANSIÓN DE LA RENOVACIÓN

El 29 de enero de 1959 el Papa Juan XXIII hacía una declaración sorprendente. El Espíritu Santo le había inspirado convocar un concilio, el Segundo Concilio Vaticano. En Pentecostés de ese mismo año terminaba su alocución con esta oración:"Oh Espíritu Santo! tu presencia conduce infaliblemente a la Iglesia. Derrama, te lo pedimos, la plenitud de tus dones sobre este Concilio Ecuménico. Renueva tus maravillas en nuestros días como en un nuevo Pentecostés".El 8 de diciembre de 1965 terminó el Concilio.

Los acontecimientos que sobrevinieron después se han valorado diversamente. El programa de renovación propuesto por el Concilio comenzó a ponerse en práctica no sin serias dificultades que llevaron la duda y la angustia a muchos.En 1966, varios hombres católicos de la Universidad de Duquesne del Espíritu Santo, en Pittsburgh, se reunían frecuentemente para conversar acerca de la vitalidad de su vida de fe y para orar en común. Aquellos profesores se habían dedicado durante muchos años al servicio de Cristo, entregándose a varias actividades apostólicas... A pesar de todo eso, iban sintiendo que algo faltaba en su vida cristiana personal.Aunque no podían especificar el porqué, cada uno reconocía que había un cierto vacío, una falta de dinamismo, una debilidad espiritual en sus oraciones y actividades. Era como si su vida cristiana dependiera demasiado de sus propios esfuerzos, como si avanzaran bajo su propio poder y motivados por su propia voluntad...

Decidieron hacer un compromiso: cada día orarían unos por otros con la Secuencia de la Misa dePentecostés:"Ven Espíritu Divino..."Corría el mes de febrero de 1967 cuando vieron sus deseos realizados al recibir una nueva efusión del Espíritu Santo. La Renovación Carismática o Renovación en el Espíritu Santo había nacido. Todo comenzó con una chispa en Pittsburgh, a partir de agosto de 1966. Gracias a la fuerza incontenible del Espíritu, esa chispa se ha propagado como incendio sobre paja y ha invadido los cinco continentes. En 1992, Veinticinco años después, se calcula que más de 10 millones de católicos se reúnen semanalmente en grupos de oración alrededor de todo el mundo. El Espíritu ha suscitado esta renov-ación para fortalecer y servir a la misión de la misma Iglesia: "evangelizar con el poder del Espíritu Santo", equipándola con los carismas que le son necesarios. "...dice Dios, derramaré mi Espíritu sobre toda la humanidad" (Hch.2,17).

Autor: Diácono Luis Entrialgo. – Tomado de: http://www.encuentra.com/.


(Este sábado 30 de mayo de 2009, a partir de las 7:00 p.m. haremos una Vigilia de Pentecostés en el templo de la Parroquia de San Cipriano. Están todos invitados!)

domingo, 24 de mayo de 2009

Avanza preparación para la Misión Continental





El pasado sábado 23 de mayo se realizó una reunión de todas las comunidades de laicos que integran los grupos pastorales de la Parroquia de San Cipriano, convocados por su Párroco el Padre Frey Martin Mancera M.S.A., en el salón comunal de Vista Bella, en la cual se hizo eco de la reunión de laicos que convocó el Cardenal Pedro Rubiano Sáenz el 9 de mayo pasado, de la cual se publica una nota informativa en este mismo blog.

En desarrollo de la reunión, el Padre Martín presentó un Video sobre la V Conferencia Episcopal Latinoamericana y del Caribe, celebrada en mayo de 2007, en la ciudad de Aparecida, Brasil. Recordó los fundamentos de la espiritualidad del Buen Pastor Samaritano, que orientó desde el Sínodo Arquidiocesano la elaboración del Plan Global de Pastoral Arquidiocesano de Bogotá, previsto inicialmente para el período 1999 - 2008.
Igualmente, el Sr. Héctor León Coordinador de Pequeñas Comunidades, conjuntamnte con la Sra. Marina Lombana, presentaron una visión global del contenido de la reunión de mayo 9 de 2009 convocada por Mons. Pedro Rubiano Sáenz. Así mismo se presentó una síntesis de la interrelación entre el Plan Global de Pastoral Arquidiocesano y el Documento Conclusivo de Aparecida. Se comunicaron a todos los asistentes las 9 preguntas básicas de reflexión y evaluación planteadas desde la Arquidiócesis, para ser respondidas y analizadas en una nueva reunión.
Finalmente, el Diácono Jaime Montealegre presentó brevemente una visión de la espiritualidad que se busca proyectar dentro de la Misión Continental para la cual nos estamos preparando.
Se anunció para la próxima reunión de los grupos pastorales de la Parroquia una presentación más detenida y amplia de este último tema.

domingo, 17 de mayo de 2009

La participación de todos, una clave del buen desarrollo de una Pequeña Comunidad



Cuando nos integramos a una Pequeña Comunidad hay una serie de condiciones nuevas que representan retos para alcanzar no solo una buena convivencia, sino además un progresivo crecimiento personal y maduración de la fe. Entre los principales retos encontramos:

  • Lograr una rápida integración humana al grupo de personas que conforman la comunidad, en la que regularmente hay una amplia diversidad de características en sus integrantes, tales como la edad, la estructura familiar de la cual procede (algunos son casados, otros viudos y otros solteros), las experiencias previas de vida, tanto en lo espiritual como en lo ocupacional. Es una muestra en pequeño de lo que se encuentra en grande en la sociedad en general. Todo ello plantea el desarrollo de habilidades para construir relaciones interpersonales positivas y de apoyo mutuo.

  • Tomar una decisión personal para hacer parte de un grupo de personas que comparten una misma esperanza, una misma fe, una misma Iglesia y una fuente principal de inspiración: La Palabra de Dios y el Magisterio de la Iglesia Católica.

  • Poner al servicio de la Comunidad habilidades personales de la buena escucha de los otros, del respeto por sus ideas, por su manera de ser y entender el disenso no como una ocasión de disgustos, sino como una oportunidad de la búsqueda conjunta de la verdad a la luz de la Palabra de Dios.

  • Promover la participación de todos los miembros de la Pequeña Comunidad en los temas que integran cada reunión semanal: oración, alabanza, lectura y discernimiento de la Palabra, formación catequética, edificación espiritual y solidaridad. No es preciso que absolutamente todos los miembros hablen en todos los temas de la reunión. Pero si debe promoverse que quienes quieran expresar algo... lo puedan hacer y la comunidad los escuche. Las intervenciones deben ser en lo posible cortas y precisas, para que la hora y media de reunión no se consuma en la participación de unos pocos. Quien no se siente escuchado y tomado en cuenta puede llegar a abandonar su comunidad. Los responsables de cada una de ellas deben ser muy cuidadosos de esto.

  • Aun cuando al inicio parezca un objetivo difícil, es necesario abrirnos mental y espiritualmente a la acción de Dios en nosotros, para aprender a ver en el otro la presencia de Jesús e ir descubriendo una nueva relación bajo la orientación de la fe, la esperanza y la caridad, lo que en un plazo relativamente corto nos conduce al amor fraterno. Con la ayuda del Espíritu Santo esto es realmente posible. Recordemos 1 Cor. 13, 4-7 "tener amor es saber soportar; es ser bondadoso; es no tener envidia ni ser presumido ni orgulloso, ni grosero ni egoista; es no enojarse ni guardar rencor; es no alegrarse de las injusticias, sino de la verdad. Tener amor es sufrirlo todo, creerlo todo, esperarlo todo, soportarlo todo".

  • Abrir nuestra sensibilidad para aprender a percibir y degustar lo invisible a nuestros ojos, para no vivir esclavos del mundo material que nos rodea y que frecuentemente nos aleja de nuestra relación con Dios. Educar esta sensibilidad nos permite aprender a "ver" con los ojos de la fe, descubrir los pasos de Jesús a nuestro alrededor y su amorosa compañía en todos los momentos de nuestra vida, lo cual finalmente produce claros efectos en el mundo visible. Todos nuestros hermanos de Comunidad están para ayudarnos a edificar esa fe y mostrarnos el rostro de Jesús en ellos!. ¡Bendito Dios que nos regala una Comunidad para hacer parte de ella y como instrumento de salvación!.

Llegó la hora de los fieles laicos - Tomado de El Catolicismo del 16 al 29 de mayo de 2009.




La Asamblea de laicos, del pasado 9 de mayo, y la que se realizará el próximo 19 de mayo con todo el clero arquidiocesano, hacen parte de la fase criteriológica, y por lo tanto están organizadas con una pedagogía que ayude al establecimiento de criterios que encaucen los esfuerzos de la Iglesia para la Misión continental.


Es la solicitud de Aparecida para entrar en estado permanente de Misión, ya que "la conversión pastoral de nuestras comunidades exige que se pase de una pastoral de mera conservación a una pastoral decididamente misionera"


Se prevé obtener una relectura de la parábola del buen samaritano como fundamento de la misión evangelizadora en la ciudad de Bogotá, la elaboración de criterios de evangelización y la elaboración de orientaciones generales y del objetivo a largo plazo.

Estas últimas fotos fueron tomadas por celular, por lo que se ofrecen disculpas por su calidad. En la primera de ellas aparece Monseñor Pedro Rubiano Sáenz y la Sra. Marina Lombana de la Parroquia de San Cipriano. Las demás fotos son vistas generales del evento.

miércoles, 13 de mayo de 2009

La Misión al interior de la familia



EL SIGNIFICADO DE LA COMUNION PARA EL ENFERMO

La primera condición para que un enfermo reciba la Sagrada Comunión es que la solicite a sus familiares o cuidadores.

El dolor y el sufrimiento que acompaña a las enfermedades, hace que nos acerquemos más a Dios. Entender que el Dueño de la Vida es el Señor y que somos de Él. En tal razón y en virtud de la fe un enfermo puede experimentar la sed de Dios y la necesidad de recibirlo en su lecho de enfermedad.

Sentir que Jesucristo es para él vida, incluso en su cuerpo adolorido y diisminuido por la enfermedad y el gran signo de la salvación para sí mismo y para todo el mundo. Para que el enfermo haga conciencia de esto es necesario que sus familiares más cercanos o cuidadores, no dejen solo al enfermo. Lo acompañen en su habitación de reclusión o convalescencia. Es una excelente ocasión para evangelizarlo y ayudarle a acercarse a Dios. Leerle la Palabra y compartir con él espacios de discernimiento de ella, con la correspondiente edificación espiritual. Debemos escuchar con atención y ayudar a entender la Voluntad del Señor.

martes, 12 de mayo de 2009

Novedades Bibliográficas



Nuestro querido hermano Gustavo Salazar Gutierrez, quien es el responsable principal de la catequésis de adultos para las Pequeñas Comunidades de la Parroquia, de formación teológica y quien ha sido miembro de la Orden de Predicadores Laicos Dominicanos, acaba de publicar la obra cuya carátula aparece aquí.

Se trata de EL AMOR según Santo Tomás de Aquino. Una publicación en la que el autor reune textos referentes al amor, extractados de la Suma Teológica y de la Suma Contra Gentiles, de Santo Tomás de Aquino, que contiene los siguientes temas: Del amor en general, Causas del amor, Clases del amor, Intenciones del amor, Efectos del amor, y el Amor a Dios. Un material valioso para los estudiantes de la filosofía en una edición agradable de leer.

Precio Especial para seguidores de este blog: $30.000 unidad.
Pedidos a los teléfonos: 6727085 o 6706849.

lunes, 11 de mayo de 2009

Aportación Económica Responsable



En la enseñanza bíblica y en la tradición cristiana encontraremos los criterios y principios sobre la forma verdaderamente cristiana de la búsqueda y uso de los bienes materiales, y por tanto los criterios para una aportación económica responsable al centro pastoral al que pertenecemos y somos alimentados.

Jesús es el Señor.Cada uno de nosotros le pertenecemos, ya que nos rescató de la esclavitud al precio de su vida y de su sangre. Todo lo que tenemos es de Él y nosotros somos administradores, sin olvidar que las podemos usar sólo según sus normas, estando disponibles para dedicar alguna cantidad para su Obra y para los necesitados.

Las finanzas de una parroquia o de un centro de evangelización, son el reflejo y el resultado de su pastoral. Una pastoral centrada en el culto, obtiene sus ingresos predominantemente de colectas e intenciones de misas, celebraciones especiales y bazares.

En una parroquia que sea comunidad evangelizadora, los ingresos se obtienen principalmente por aportaciones mensuales voluntarias de los evangelizados, conscientes de ser Iglesia como Pueblo de Dios y Cuerpo de Cristo, donde se tienen co-responsables de toda la obra pastoral, haciéndola suya y motivados por la enseñanza bíblica.

Los evangelizados en cambio, al interior de sus comunidades, dan su aportación generosa cuando reciben su ingreso. Todos queremos tener templos y sitios confortables de congregación para celebrar nuestra fe. Los pobres de la parroquia esperan recibir ayuda en alimentos y medicinas. El funcionamiento de la Iglesia tiene unos costos que deben ser cubiertos con las ofrendas de sus fieles. Hay que dar con alegría y el Señor siempre devuelve al 100 por uno!.

De la Liturgia de las Horas

HIMNO:

Estáte, Señor, conmigo, siempre, sin jamás partirte, y
cuando decidas irte llévame Señor contigo;
porque el pensar que te irás me causa un terrible miedo
de si yo sin ti me quedo, de si tú sin mí te vas.

Llévame en tu compañía donde tú vayas Jesús,
porque bien sé que eres tú la vida del alma mía;
si tú vida no me das yo sé que vivir no puedo,
ni si yo sin ti me quedo, ni si tú sin mí te vas.

Por eso, más que a la muerte temo, Señor, tu partida,
y quiero perder la vida, mil veces más que perderte;
pues la inmortal que tú das, se que alcanzarla no puedo,
cuando yo sin tí me quedo,
cuando tú sin mi te vas!
Amén.

domingo, 10 de mayo de 2009

Enlaces o links relacionados:

Sugerimos consultar los siguientes enlaces relacionados con nuestra opción pastoral:

www.rednuevaevangelizacion.com (Colombiana)
www.sinecentral.org (Mexicana)
www.buenasnuevas.com (Argentina)
www.encuentra.com (Mexicana)
www.zenit.org (Española).

Encuentro Arquidiocesano alrededor del Plan Global Arquidiocesano de Bogotá y el llamado de Aparecida

Bajo la presidencia de Mons. Pedro Rubiano Sáenz, Cardenal de Colombia; Mons. Fernando Sabogal de la Comisión Arquidiocesana para la aplicación de Aparecida; Padre Victor Moreno responsable de la logística del Encuentro; Padre Carlos Solórzano, Maestro de Ceremonia y la asistencia de numerosos sacerdotes y más de 1.000 laicos se desarrolló el pasado 9 de mayo de 2009, el Encuentro Encuentro Arquidiocesano alrededor del Plan Global de Pastoral y el llamado de Aparecida. Este evento se realizó en las instalaciones del Colegio Calasanz Femenino de Bogotá.
Se abordó la evaluación del Plan Global de Pastoral Arquidiocesano, preguntándonos qué llamadas hemos recibido del Espíritu Santo. Se nos invitó a hacer memoria de lo vivido en cada una de las Parroquias y dentro del Plan Global. La evaluación se hizo en las tres fases: Planeación (Criteriología), Planificación y Programación que contemplaba inicialmente el Plan.
Algunos de los planteamientos que se hicieron de este Encuentro, cuyos resultados oficiales aún están en preparación, son los siguientes:
  • Se requiere establecer una Escuela de Evangelizadores que prepare con un grupo timón a los Misioneros en cada Parroquia, con base en directrices que emanarán de la Arquidiócesis de Bogotá.
  • Los enfasis de la acción pastoral deben ir dirigidos al conocimiento de la Palabra, a la conformación de Pequeñas Comunidades y al servicio a los menos favorecidos, dentro de la espiritualidad samaritana del Plan Global Arquidiocesano.
  • Los nuevos métodos de evangelización urbana deben consultar las nuevas realidades de la ciudad y deben comenzar por la misión en el ámbito familiar.

En representación de la Parroquia de San Cipriano asistieron el Diácono Jaime Montealegre, la Sra. Marina de Lombana de la Pastoral Vocacional y el Sr. Héctor Enrique León Coordinador de Pequeñas Comunidades.

A pesar de que el Plan Global Arquidiocesano fué concebido para el período 1999 a 2008, se considera que sigue vigente bajo el llamado de la 5a. Conferencia Episcopal de Aparecida hace 2 años. El próximo 19 de mayo de 2009 se llevará a efecto en el Seminario Menor de Bogotá un Congreso Presbiterial de la Arquidiocesis de Bogotá, en el que se le presentará a todos los asistentes las conclusiones de la evaluación realizada por los laicos en este Encuentro. Es decir, somos una Iglesia en camino a una Misión Continental!

En sintonía con la Palabra

En este espacio podemos compartir nuestra sintonía personal con la Palabra, así como testimonios cortos pero reales de cómo nos edifica espiritualmente.

La guía básica a seguir es el Ordo de la Iglesia Católica, para conocer la voluntad de Dios y meditar en ella.

Igualmente podemos compartir experiencias de las Pequeñas Comunidades de nuestra Parroquia acerca del discernimiento y riqueza de la Palabra de Dios.

Están invitados todos los miembros de nuestros equipos pastorales para escribir y publicar sus participaciones en este blog. Visitantes de este blog también son bienvenidos siempre que sean respetuosos de la pruralidad ideológica y espiritual de las personas.

Esperamos sus escritos!

Héctor Enrique León - Coordinador de Pequeñas Comunidades
Parroquia de San Cipriano - Bogotá - Colomba