Por: Padre Alfonso Navarro Castellanos – MSpSC (+)
La comunidad es una vida, no sólo una reunión. Las reuniones
son expresiones de su vida, y significan momentos de fomento y construcción de
la comunidad. La vida de la comunidad se manifiesta y realiza más allá de los
momentos de reunión, por un frecuente
contacto, comunicación, estar pendiente del otro, atento a servirlo,
acompañarse y ayudarse en necesidades y problemas. Es más importante la
vida, en todos los momentos y lugares, que la reunión formal.
La pequeña comunidad tiene una reunión semanal formal, y
otras informales. A la reunión semanal básica deben siempre asistir
puntualmente todos, y participar positiva
y constructivamente.
Además de ésta hay que tener otras reuniones informales para
oración, retiro, integración, a las que hay que ir invitando a toda la familia
de cada miembro de la comunidad, de tal manera de lograr ir haciendo
comunidades de familias, con reuniones no tan frecuentes y sin un formato
rígido, y sin insistir en lo religioso y espiritual, sino buscando la
integración y el apoyo mutuo de todos.
Tanto en la vida como en las reuniones formales se deben
vivir y compartir varios elementos importantes y esenciales, que no son otros
sino las dimensiones de la vida y de la misión de la Iglesia, en las tres
dimensiones: profética, sacerdotal y
regia, y esta subdividida en
comunional y social, lo cual nos da cuatro elementos básicos de la vida
y de la misión:
PALABRA + ORACIÓN + EDIFICACIÓN ESPIRITUAL + SOLIDARIDAD
SOCIAL y celebrar juntos la Eucaristía,
cuando sea posible.
Palabra, oración y
Eucaristía es lo propio de una comunidad cristiana; edificación y solidaridad son la esencia y la clave en cuanto
comunidad.
Koinonía es la palabra del Nuevo Testamento que significa
comunión, participación, solidaridad, comunidad, que se vive y se expresa por
la edificación y la solidaridad.
Cuatro son los elementos que tienen que vivirse:
·
Oración de alabanza y de intercesión, es un
elemento importante en el que participan todos juntos
·
Palabra de Dios estudiada juntos y profundizada
en la Doctrina, en formación bíblica y catequética
·
Edificación espiritual, por la que se alimenta
la comunión, y se ayudan para el crecimiento espiritual
·
Solidaridad como palabra y elemento clave en la
dimensión social y material.
En esta foto, miembros de la Pequeña Comunidad
"Pescadores de Hombres" al final de su reunión
semanal el martes 17 de febrero.
Sobre el Padre Alfonso Navarro Castellanos: (29 de Septiembre de 1935 - 2 de junio de
2003, en la Ciudad de México). Fue ordenado sacerdote el 30 de Septiembre de
1962, en la Casa General de los Misioneros del Espíritu Santo en el Altillo,
Coyoacán. Destacado por sus estudios en Filosofía y Teología en países como
España, Roma, Italia y Friburgo Suiza. Se desempeñó como Secretario Ejecutivo
de la Comisión General de Pastoral de los Misioneros del Espíritu Santo.
Trabajó incansablemente por la renovación de la Iglesia.
Iniciador y director del Sistema Integral de Nueva Evangelización. Este sistema
de evangelización se extendió en casi todos los Centros de Renovación de la
República Mexicana y posteriormente en Diócesis y parroquias de México, Centro
de América y sur de Estados Unidos, España, Inglaterra y Ucrania. El breve
texto aquí publicado hace parte de su obra “Diócesis en Misión y Pastoral
Integral”.