miércoles, 18 de marzo de 2020

Reflexiones en torno al coronavirus





Recientemente, el 14 de marzo de 2020, Monseñor José Ignacio Munilla Aguirre, Obispo de San Sebastián, España, grabó este mensaje en video, que permite conocer un análisis desde el punto de vista espiritual, del corona virus que azota actualmente a numerosos países en el mundo. Su contenido invita a una reflexión acerca de cómo vivir este momento.

Monseñor Munilla es un teólogo español. obispo conocido por sus artículos, primero en la prensa vasca, antes de ser nombrado obispo, y posteriormente por sus colaboraciones semanales en el Diario Palentino, y mensuales en El Norte de Castilla, mantiene una intensa actividad en la prensa escrita. Además, tiene un programa semanal en Radio María llamado "Sexto continente" donde explicó durante varios años el Catecismo de la Iglesia Católica,​ y donde ha comentado el Youcat, el catecismo joven de la iglesia católica. 

domingo, 15 de marzo de 2020

SANTA MISA DE HOY CON EL PAPA FRANCISCO - DOMINGO 15 DE MARZO/2020

Informaciòn de contacto con la parroquia de San Cipriano



Casa cural
Dirección:  Cr 54 No. 167 - 90  Teléfono:  6 78 12 88
Templo
Dirección:  Cr 54 No. 167 - 90  E-mail: psancipriano@arquibogota.org.co
Párroco
Padre Carlos Mario Charry Rodríguez
Diácono: Carlos Alberto Ruiz

Horarios de Eucaristías:
Lúnes a sábado: 6:00 p.m.
Domingo: 7:00 a.m., 10:00 a.m., 12:00 m, 5:00 p.m. y 7:00 p.m.

Dìa del Señor de los Milagros:
Si el día 14 del mes cae entre semana, hay las Eucaristías de 12:00 m, 5:00 p.m. y 7:00 p.m.
Si cae en  día domingo, se celebra en las misas descritas para dominicales.





Una guía minuto a minuto para una Hora Santa de Adoración

Oratorio con el Santísimo en la Parroquia de San Cipriano


Todo lo que necesitas es un tabernáculo con la lámpara del santuario encendida, una Biblia y quizás un Compendio del Catecismo de la Iglesia Católica…
Para rezar una hora santa de Adoración de la Eucaristía, todo lo que necesitas es un tabernáculo con la lámpara del santuario encendida, una Biblia y quizás un Compendio del Catecismo de la Iglesia Católica (disponible en Internet).

Tres reglas
1. Silencio. No recites mecánicamente las oraciones o revises en silencio el estrés de tu vida. Mantén un silencio y una calma en tu exterior e interior.
2. Atención. No es una mera hora de lectura; leer debería ser un punto de entrada a la oración.
3. Buena disposición. Siéntate, ponte de pie o arrodíllate, pero con respeto. Consejo rápido: si sientes somnolencia, ¡ponte de pie!

Minuto a minuto
No hay una única forma de hacer una hora santa. La siguiente estructura podría ayudarte si te pierdes durante la hora, pero tienes libertad para reconfigurarla como mejor se adapte a tus necesidades.
:00-:05 – Inicio  - Primeros 5 minutos: Pide al Espíritu Santo que te ayude, luego haz actos de fe, esperanza y caridad. Di a Dios cómo crees, confías y sientes amor por Él. Pide más fe, esperanza y amor.  Consejo rápido: Hay estupendas oraciones al Espíritu Santo y Actos de Fe, Esperanza y Amor en el Compendio.
:05-:15 – Adoración - Próximos 10 minutos: Adora a Dios. Él sostiene el universo como una semilla en la palma de su mano. Él es todopoderoso, todo bondad, más hermoso de lo que podemos imaginar y más real que las pequeñas cosas que percibimos tan fácilmente. Imagina a Cristo sentado a tu lado.  Y dile: “Oh Dios mío, adoro tu divina grandeza desde la profundidad de mi pequeñez; eres tan grande y yo tan pequeño”; o reza el Gloria Patri. Repite cuantas veces creas necesario. Consejo rápido: Prueba el Te Deum que está en el Compendio. Otras ayudas de la Escritura para la adoración: Éxodo 33,18-23; Cantar de los cantares 2,8-17; Mateo 2,1-11; Juan 1,1-18; Colosenses 1,15-20; Filipenses 2,6-11.
:15-:25 – Contrición - Próximos 10 minutos: Ofrece reparación. Lo que salva no es tu amor por Dios, sino Su amor por ti. Examina tu conciencia. Ofrece reparación por los pecados del mundo. Reza: “Oh Jesús mío, lo siento mucho. Perdóname”. (Imagina a Jesús en la cruz; besa cada llaga).Consejo rápido: Escrituras para contrición: 1 Corintios 13,4-7; Colosenses 3,5-10; 1 Timoteo 1,12-17; Santiago 3,2-12; 1 Juan 1,5 y 2,6; Salmos penitenciales: 6, 32, 38, 51, 102, 130, 142.
:25-:40 – Meditación - Próximos 15 minutos: Contempla la acción de Dios. Quizás quieras rezar meditativamente las Estaciones de la Cruz o un Rosario. O también:
Meditación de la Escritura. Lee un pasaje breve del Evangelio. Imagina la escena. Fíjate en las reacciones de Cristo. Piensa en tres formas en que ese pasaje se pueda aplicar a tu propia vida. Medita sobre cada línea.
Meditación doctrinal. Lee pasajes de la Escritura o del Catequismo que se apliquen a una doctrina de la Iglesia. Valora el plan de Dios y encuentra formas en que se aplique a ti. (Quizás: domingo, Resurrección; lunes, Encarnación; martes, Misericordia/Confesión; miércoles, Espíritu Santo; jueves, Eucaristía; viernes, Pasión; sábado, María).
Meditación vital. Observa tu propia vida profundizando en tu examen de conciencia. ¿En qué tipo de orgullo sueles caer más? Egoísmo (valorarte a ti por encima de todo), Vanidad (valorar por encima de todo las opiniones de los demás), Sensualidad (valorar primero la comodidad). Reza por las virtudes opuestas: Caridad (servir primero a los demás), Fidelidad (poner primero la opinión de Cristo), Disciplina (aceptar tus cruces).
:40-:50 – Acción de gracias - Próximos 10 minutos: Expresa gratitud por todos los dones de Dios. No te creó solamente a ti, sino que sostiene tu existencia por amor en cada momento.
Agradécele literalmente todo y sé específico: comida, techo, ropa, salud, familia, amigos, maestros, colegas de trabajo y, sobre todo, los dones espirituales: fe, esperanza, amor, este momento de oración, la fe católica, los discípulos que te llegaron. Da gracias a Dios por las respuestas a la oración. Agradécele las cruces. Agradécele haberte creado y preocuparse tanto por ti que murió por ti. Consejo rápido: Escrituras para agradecimiento: Génesis 1; Génesis 8,15-22; Job 1,13-22; Daniel 3,46 ss.; Mateo 6,25-34; Lucas 17,11-19; Salmos: 8, 65, 66, 100, 111.
:50-:55 – Petición a Dios - Próximos 5 minutos: Pide a Dios por tus necesidades y las de otros. Él es el rey del universo. Él lo controla todo, incluso cuando no resulta tan obvio. Reza por la Iglesia, por las intenciones del Papa, por aquellos que sufren, por los sacerdotes y obispos, por los religiosos y religiosas, por las vocaciones, por tu país, por tu familia, por lo que más necesites en tu vida espiritual. Reza por la paz y la protección de la institución de la familia. Reza por quienes te han pedido oraciones.
:55-1:00 - Finales 5 minutos: Haz una resolución de actuar a la luz del Espíritu Santo que has recibido: algo realizable y comprobable. Pide a la Santa Madre que te ayude, quizás con oraciones marianas del Compendio.


sábado, 14 de marzo de 2020

Nuevo Pàrroco en San Cipriano



Desde el mes de julio de 2019, fué designado como Párroco de la Parroquia de San Cipriano, dentro de la Vicaría Episcopal Territorial de San Pedro, el Padre Carlos Mario Charry Rodríguez, quien con anterioridad se había desempeñado como Párroco en la Parroquia de Santa Maria Madre de Jesús.

El Padre Carlos Mario, naciò en Medellín el 20 de octubre de 1973 y cursó sus estudios en el Seminario Mayor de Bogotá. La comunidad parroquial de San Cipriano ha expresado su acogida al nuevo Párroco, quien rápidamente ha entrado en contacto con sus fieles y los grupos pastorales. Desde este blog damos gracias a Dios por su llegada y le acompañamos con nuestras oraciones.


martes, 10 de marzo de 2020

Tratar a Jesucristo

Tomado de la obra "Es Cristo que pasa" de San Jose María Escrivá de Balaguer, destacamos las siguientes líneas, que invitan a una reflexiòn, propia del tiempo litúrgico que vivimos.

No ama a Cristo quien no ama la Santa Misa, quien no se esfuerza en vivirla con serenidad y sosiego, con devoción, con cariño. El amor hace a los enamorados finos, educados; les descubre para que los cuiden, detalles a veces mínimos, pero que son siempre expresión de un corazón apasionado. De este modo hemos de asistir a la Santa Misa. Por eso he sospechado siempre, que los que quieren oír una misa corta y atropellada, demuestran con esa actitud poco elegante también, que no han alcanzado a darse cuenta de lo que significa el Sacrificio del altar.

El amor a Cristo, que se ofrece por nosotros,nos impulsa a saber encontrar, acabada la Misa, unos minutos para una acción de gracias personal, íntima, que prolongue en el silencio del corazón esa otra acción de gracias que es la Eucaristía.¿Cómo dirigirnos a Él?, ¿còmo hablarle?  ¿Cómo comportarse?

No se compone de normas rígidas la vida cristiana, porque el Espíritu Santo no guía a las almas en masa, sino que, en cada una,  infunde aquellos propósitos, inspiraciones y afectos que le ayudarán a percibir y a cumplir la Voluntad del Padre. Pienso, sin embargo, que en muchas ocasiones el nervio de nuestro diálogo con Cristo, de la acciòn de gracias después de la Santa Misa, puede ser la consideraciòn de que el Señor es, para nosotros, Rey, Médico, Maestro, Amigo.