miércoles, 27 de octubre de 2010

Al “maestro” de las vocaciones sacerdotales

Luego de 42 años de infatigable vida sacerdotal al servicio de las vocaciones sacerdotales, hoy 27 de Octubre del 2010, ha terminado su carrera, ha sido fiel en el combate, ha mantenido la fe, ahora está listo para recibir la corona inmarcesible que merecen los que han trabajado fielmente, predicando con la palabra y el ejemplo el Reino de Dios.

Fue por diciembre de 1978 que encuentro por primera vez al Padre Máximo Asencios Pablo m.s.a., por entonces Rector del Centro de Formación Sacerdotal de los Misioneros de los Santos Apóstoles. Tuvimos unos quince minutos de entrevista en la casa del Señor José Thorne en Miraflores. Me preguntó porque quería ser sacerdote, luego me dijo que el sacerdote antes que predicar la palabra de Dios con sabiduría la debe predicar con la propia vida, con el ejemplo. Me preguntó si estaba dispuesto a ser un sacerdote santo, supongo que le respondí bien lo que esperaba, porque me dijo que me esperaba el 2 de Enero de 1979 en el Seminario en Chacrasana.



Este fue solamente el comienzo de dos años y medio de un trabajo fuerte y entregado de su parte, quería moldearme, como lo hace un buen alfarero, a veces con firmeza, otras veces con dulzura, pero siempre buscando sacar de mi lo mejor que estaba escondido, me ayudaba a descubrirme, a poner mis talentos al servicio de Dios. Era muy exigente en algunos aspectos de la vida de formación como por ejemplo la vida de oración, siempre estaba a las 5 a.m. rezando en la capilla una hora antes que todos los seminaristas, quería que aprendiéramos a dialogar con Dios. Siempre de rodillas con el rosario en la mano, que bello ejemplo, pero en ese entonces, que exigente, nosotros queríamos dormir un poquito más. Luego con mucha devoción celebraba la Eucaristía. Las Horas Santas de rodillas fueron experiencias inolvidables, las vigilias. Siempre el primero en todo, decía hay que trabajar, él estaba al frente, hay que jugar futbol, el nos esperaba cambiado en la cancha, aunque a veces sufría las consecuencias del juego.

Fueron dos años en la Escuela de Jesús, orar, trabajar, estudiar eran los tres elementos que insistía. Tanta entrega nos hacía ser más responsables compartiendo sus responsabilidades, pidiendo donaciones, enseñando en la academia Pre-Universitaria, construyendo el muro del seminario, cosechando en el campo, trabajando en la pastoral en los pueblos jóvenes de entonces. Mucha disciplina, siempre hay que estar a tiempo, mucha dedicación.

Algo que siempre me impactó en la vida fue su gran amor por cada uno de sus seminaristas, quería dar sacerdotes a la Iglesia, pero quería que estos fueran santos, y para ello se entregaba totalmente, todos sus bienes los compartía con ellos. Eran sus hijos espirituales. Sus consejos sobre las buenas amistades, el llevar una vida casta y pobre, el amar la iglesia y a los superiores, fueron tremendas clases que impactaron en nuestras vidas.

Aún hoy cuando miro hacia atrás y veo mis experiencias de formación, he tenido tantos formadores, de entre ellos el que queda en mi memoria con gratitud es el nombre del Padre Máximo Asencios, por ello es justo calificarlo de “el maestro de las vocaciones”, porque aún entrado en años, cuando visitaba el Seminario Los Santos Apóstoles de USA siempre pasaba su día libre con nosotros para empaparse de la presencia de las vocaciones y poder dirigirlos espiritualmente si alguno le pedía la confesión. Luego entrado en años cuando regresa al Perú, se fue a recorrer el Perú buscando las vocaciones en los sitios más inimaginables, cuantas son sus vocaciones actualmente, han perseverado y han sido ordenados, no tenía tiempo que perder, iba a buscarlos allá donde se encontraban, a pulso limpio se ganó el título de “maestro” de las vocaciones. Ahora que se ha separado por un momento de nosotros, estoy seguro que seguirá pidiéndole a Jesús que siga enviando operarios a su mies, ahora junto con los otros MSA que le precedieron, ciertamente en compañía del Padre Menard seguirán orando por nosotros.

Muchas gracias “maestro” de las vocaciones, hasta pronto, con afecto,

P. Luis Luna Barrera m.s.a.

Correo




De: "William-Frank T"
A: Blog de Pequeñas Comunidades de San Cipriano


Miércoles, octubre 27, 2010, 8:33 am


"Morir es entrar en la alegría del Señor. Entrar en el Reino de Dios, y en el encuentro con todos los Santos del pasado que nos han precedido en el camino de la eternidad: María y los Apóstoles, los mártires, los Santos de todos los tiempos, por fin todos los que hemos amado en la tierra". (R.P. Eusebio Menard)



El R.P. MAXIMO ASENCIOS,msa , pasó a la Casa de Dios Padre HOY 27 de octubre de 2010, en Lima Perú.
El P. Máximo nació el 15 de abril de 1918 en Perú. Fue ordenado presbítero en Colombia por Su Santidad Pablo VI el 22 de agosto de 1968.
Ha ejercido su ministerio en Perú, Colombia y Estados UnidosQue Dios le reciba en su Reino y que interceda por nuestra Comunidad ante Dios nuestro Padre.


P. Isaac-C. Martínez-Chuquizana, M.S.A.
Animateur général

Nota de la Administración de este Blog:

Imploramos humildemente tu misericordia Señor, para que nuestro hermano el R.P. Máximo Asencios M.S.A. que entregó su vida al servicio del Evangelio y con fidelidad a su ministerio, alcance el premio de tu Reino. Es un ruego de las Pequeñas Comunidades de San Cipriano.

De Grecia:

Gracias Héctor por la información que me mandas, felicitaciones por los nuevos Padres que los van a guiar en la comunidad de San Cipriano y muchas bendiciones

Un abrazo

Haydee (Marín)

martes, 26 de octubre de 2010

El Papa convoca a un Sínodo sobre la Nueva Evangelización

Ciudad del Vaticano, 25 Oct. 10 (AICA)

El Papa Benedicto XVI convocó este domingo a una próxima Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, en 2012, sobre el tema “La nueva evangelización para la transmisión de la fe cristiana".

El Pontífice explicó que en el reciente Sínodo de los Obispos de Medio Oriente “se subrayó a menudo la necesidad de volver a proponer el Evangelio a las personas que lo conocen poco, o que incluso se alejaron de la Iglesia”.

“A menudo – prosiguió – se evocó la urgente necesidad de una evangelización también para Oriente Medio. Se trata de un tema muy difundido, sobre todo en los países de antigua cristianización”.

Por último, Benedicto XVI precisó que “también la reciente creación del Consejo Pontificio para la Promoción de la Nueva Evangelización responde a esta profunda exigencia”.

Reflexión comunitaria


El pasado sábado 23 de octubre, miembros de las Pequeñas Comunidades de nuestra Parroquia celebraron una Eucaristía, presidida por el Padre Enzo –de nacionalidad argentina y quien adelanta estudios en el ITEPAL actualmente- en la capilla del Colegio de las Hermanas de Nazaret.
Esta ocasión especial representó un espacio de reflexión sobre nuestro caminar en la vida comunitaria, que fue providencialmente favorecido por un trabajo de lectio divina, realizado en grupos dentro de la misma celebración (luego de la proclamación de la Palabra y antes de la homilía), en el que el discernimiento de la Palabra y su confrontación frente a nuestra vida fraterna nos dejó un llamado del Señor a la constancia y perseverancia en los compromisos que voluntariamente hemos asumido, como respuesta al llamado de Dios y de la Iglesia.


El Evangelio que suscitó esta interiorización es Hechos de los Apóstoles 2. 42-47.

Aunque la riqueza de la Palabra es muy amplia, porque a cada persona que la escucha le puede dar un mensaje diferente, fue particularmente resaltado en la reflexión comunitaria, y confirmado en la homilía, la meditación de los siguientes verbos del texto:

· “Se mantenían constantes en la enseñanza de los apóstoles, en la comunión, en la fracción del pan y en las oraciones”
· “Todos los creyentes estaban de acuerdo y tenían todo en común; vendían sus posesiones y sus bienes y los repartían entre todos, según la necesidad de cada uno
· “Acudían diariamente al templo con perseverancia y con un mismo espíritu. Partían el pan en las casas y tomaban el alimento con alegría y sencillez de corazón, alabando a Dios y gozando de la simpatía de todo el pueblo”.
· “Por lo demás, el Señor agregaba al grupo a los que cada día se iban salvando”.


En el contenido de los verbos anteriores y las sentencias que los acompañan, los participantes en esta Eucaristía identificamos las etapas de aridez espiritual, por las que en algunos momentos pasamos. En su homilía el Padre Enzo nos invitó a superar los momentos de desaliento en la vida fraterna, tomando muy en cuenta en la práctica diaria las armas del cristiano católico: la oración, la formación, la comunión de espíritu, la perseverancia en las reuniones y en el servicio, la alabanza agradecida al Señor, el ágape fraterno, lo que produce como resultado el crecimiento no solo espiritual sino en número de los integrantes.

Se sugiere a cada una de las Pequeñas Comunidades, una nueva reflexión sobre este texto en la próxima reunión de cada una de ellas. Revisarnos frente a esta enseñanza divina es conveniente y obrar en consecuencia una ganancia.


Las fotografías que se incluyen, muestran varios aspectos de esta especial celebración. Finalmente se confirmó la realización de la Eucaristía del próximo 2 de noviembre, en la cual se espera una completa y piadosa asistencia de todos sus integrantes.

lunes, 18 de octubre de 2010

NUEVO PARROCO Y VICARIO PARROQUIAL


Tal como lo habiamos anunciado a mediados del mes pasado en este blog, la Arquidiocesis de Bogota asigno a la Comunidad de Los Misioneros de los Santos Apostoles (M.S.A.) la administracion de la Parroquia de San Cipriano. Para el efecto fue nombrado el Padre John Henry Buitrago M.S.A. como nuevo Parroco, y el Padre Pompilio Moreno M,S,A,, como nuevo Vicario Parroquial.


Bajo esta nueva guia, la Parroquia de San Cipriano pasa a ser una obra de los M.S.A.


El Padre John Henry es actualmente Superior de los M.S.A. en Colombia e igualmente es Capellan del Colegio de las Hermanas de Nazareth, que esta ubicado en nuestra zona parroquial.

El carisma de los M.S.A. es promover, formar y acompanar a jovenes y adultos a las vocaciones sacerdotales y a las demas vocaciones existentes dentro de la Iglesia Catolica. En este sentido, el Padre John Henry expreso en reciente Consejo Parroquial que la Parroquia respeta las diferentes espiritualidades desde las que Dios ha hecho su llamado a cada uno de los fieles laicos y laicos comprometidos en nuestra iglesia particular. Aclaro que los M.S.A. haran mas que una direccion espiritual un acompanamiento espiritual.

Los horarios de atencion de nuestros nuevos sacerdotes y pastores sera asi:

Martes, viernes y sabado - Padre John Henry Buitrago M.S.A.

Miercoles, jueves y sabado - Padre Pompilio Moreno.

La atencion de los sabados se rotara entre ambos sacerdotes.

En la misma reunion, se creo el Consejo de Comunicaciones de la Parroquia, el cual sera responsable de elaborar la Hojita del Domingo y las diferentes comunicaciones que el Padre John Henry considere necesarias para mantener bien informados a todos los files de la Parroquia,

Este Consejo se reunira todos los lunes a partir del 25 de octubre proximo, a las 7:00 p.m. en el Salon Parroquial.

Desde este blog, deseamos a los Padres John Henry y Pompilio que su labor pastoral este colmada de bendiciones del nuestro Senor Jesucristo y la`Virgen Maria.

sábado, 18 de septiembre de 2010

S.S. BENEDICTO XVI: LOS ANCIANOS, UNA BENDICIÓN PARA LA SOCIEDAD


LONDRES, sábado 18 de septiembre de 2010 (ZENIT.org).- Ofrecemos a continuación el discurso que el Papa Benedicto XVI dirigió hoy a los huéspedes del asilo para ancianos St. Peter’s Residence, dirigida por las Hermanitas de los Pobres, en el barrio londinense de Lambeth.

Mis queridos hermanos y hermanas:

Me alegra mucho estar entre vosotros, los residentes de San Pedro, y agradezco a la Hermana Marie Claire y a la Señora Fasky sus amables palabras de bienvenida de parte vuestra. Me complace saludar también al Arzobispo Smith de Southwark, así como a las Hermanitas de los Pobres y al personal y voluntarios que os atienden.

Puesto que los avances médicos y otros factores permiten una mayor longevidad, es importante reconocer la presencia de un número creciente de ancianos como una bendición para la sociedad. Cada generación puede aprender de la experiencia y la sabiduría de la generación que la precedió. En efecto, la prestación de asistencia a los ancianos se debería considerar no tanto un acto de generosidad, cuanto la satisfacción de una deuda de gratitud.

Por su parte, la Iglesia ha tenido siempre un gran respeto por los ancianos. El cuarto mandamiento: «Honra a tu padre y a tu madre, como el Señor tu Dios te ha mandado» (Deut 5,16), está unido a la promesa, «que se prolonguen tus días y seas feliz en la tierra que el Señor tu Dios te da» (Ibid). Esta obra de la Iglesia por los ancianos y enfermos no sólo les brinda amor y cuidado, sino que también Dios la recompensa con las bendiciones que promete a la tierra donde se observa este mandamiento. Dios quiere un verdadero respeto por la dignidad y el valor, la salud y el bienestar de las personas mayores y, a través de sus instituciones caritativas en el Reino Unido y otras partes, la Iglesia desea cumplir el mandato del Señor de respetar la vida, independientemente de su edad o circunstancias.

Como dije al inicio de mi pontificado: «Cada uno de nosotros es querido, cada uno es amado, cada uno es necesario» (Homilía en el solemne inicio del Ministerio Petrino del Obispo de Roma, 24 de abril 2005). La vida es un don único, en todas sus etapas, desde la concepción hasta la muerte natural, y Dios es el único para darla y exigirla. Puede que se disfrute de buena salud en la vejez; aun así, los cristianos no deben tener miedo de compartir el sufrimiento de Cristo, si Dios quiere que luchemos con la enfermedad. Mi predecesor, el Papa Juan Pablo II, sufrió de forma muy notoria en los últimos años de su vida. Todos teníamos claro que lo hizo en unión con los sufrimientos de nuestro Salvador. Su buen humor y paciencia cuando afrontó sus últimos días fueron un ejemplo extraordinario y conmovedor para todos los que debemos cargar con el peso de la avanzada edad.

En este sentido, estoy entre vosotros no sólo como un padre, sino también como un hermano que conoce bien las alegrías y fatigas que llegan con la edad. Nuestros largos años de vida nos ofrecen la oportunidad de apreciar, tanto la belleza del mayor don que Dios nos ha dado, el don de la vida, como la fragilidad del espíritu humano. A quienes tenemos muchos años se nos ha dado la maravillosa oportunidad de profundizar en nuestro conocimiento del misterio de Cristo, que se humilló para compartir nuestra humanidad.

A medida que el curso normal de nuestra vida crece, con frecuencia nuestra capacidad física disminuye; con todo, estos momentos bien pueden contarse entre los años espiritualmente más fructíferos de nuestras vidas. Estos años constituyen una oportunidad de recordar en la oración afectuosa a cuantos hemos querido en esta vida, y de poner lo que hemos sido y hecho ante la misericordia y la ternura de Dios. Ciertamente esto será un gran consuelo espiritual y nos permitirá descubrir nuevamente su amor y bondad en todos los días de nuestra vida.
Con estos sentimientos, queridos hermanos y hermanas, me complace aseguraros mi oración por todos vosotros, y pido vuestras oraciones por mí. Que Nuestra Señora y su esposo San José intercedan por nuestra felicidad en esta vida y nos obtengan la bendición de un tránsito tranquilo a la venidera.

Que Dios os bendiga a todos!