domingo, 12 de julio de 2009

Calendario de Actividades - Segundo Semestre 2009

Publicamos los Calendarios de las Eucaristías de Pequeñas Comunidades de la Parroquia de San Cipriano, durante los últimos 5 meses del presente año. Por el carácter participativo de las celebraciones, se establecen los temas con los cuales participará cada Comunidad. Se agradece completa y puntual asistencia de todos los integrantes.

Igualmente se incluye el Calendario de Reuniones, en las cuales el Padre Frey Martín Mancera L. M.S.A. Párroco de San Cipriano, recibe en el Salón Parroquial a cada una de las Pequeñas Comunidades. Las enseñanzas que imparte en estas reuniones nuestro Párroco, conjuntamente con los demás elementos de la reunión, constituyen un grato momento de comunión, de formación, integración y relación fraterna.

jueves, 9 de julio de 2009

Las grandes novedades de la encíclica “Caritas in Veritate”

ROMA, miércoles, 8 julio 2009 (ZENIT.org).- Desde hace más de un año, los medios de comunicación de todo el mundo han tratado de dar avances y detalles de la encíclica social de Benedicto XVI. En muchos casos, han contado cosas inventadas. Ahora que la encíclica ha salido, hay que valorar sus novedades y precisar sus desafíos. En particular, ha explicado su proyecto cultural y sus relevantes novedades el arzobispo Giampaolo Crepaldi, secretario del Consejo Pontificio Justicia y Paz, apenas nombrado por el Santo Padre arzobispo de Trieste.

Interviniendo en la Sala de Prensa vaticana el 7 de julio, monseñor Crepaldi señaló la gramática de la encíclica con la frase "el recibir precede al hacer", explicando que la Caritas in Veritate propone una verdadera "conversión" hacia una nueva sabiduría social. En el contexto en el que de los deberes nacen los derechos, el nuevo arzobispo de Trieste afirmó que "hay que convertirse a ver la economía y el trabajo, la familia y la comunidad, la ley natural depositada en nosotros y la creación puesta ante nosotros y para nosotros, como una llamada" porque, según la doctrina cristiana, el desarrollo es una "vocación" que implica "una asunción solidaria de responsabilidad hacia el bien común".

Para hacer que la sociedad sera una verdadera comunidad, cuyas relaciones sean dictadas por la fraternidad, la Caritas in Veritate considera que la verdad y el amor tienen una fuerza social fundamental La encíclica de Benedicto XVI sostiene que "la sociedad tiene necesidad de verdad y amor" y "el cristianismo es la religión de la Verdad y del Amor", por este motivo "la mayor ayuda que la Iglesia puede dar al desarrollo es el anuncio de Cristo". Verdad y amor son fundantes para la organización social y desempeñan una función de "purificación" para la economía y la política. Monseñor Crepaldi subrayó que, por primera vez en una encíclica social, el derecho a la vida y a la libertad religiosa encuentran una explícita y consistente colocación en relación al desarrollo. En la Caritas in Veritate (en los puntos 28, 44 y 75) la llamada "cuestión antropológica" se convierte a título pleno en "cuestión social". "La procreación y la sexualidad -añadió--, el aborto y la eutanasia, las manipulaciones de la identidad humana y la selección eugenésica son valorados como problemas sociales de principal importancia que, si son gestionados según una lógica de pura producción, deforman la sensibilidad social, minando el sentido de la ley, corroen la familia y hacen difícil la acogida del débil.

La encíclica subraya que "no será ya posible implementar programas de desarrollo sólo de tipo económico-productivo que no tengan sistemáticamente en cuenta también la dignidad de la m ujer, de la procreación, de la familia y de los derechos del concebido". Otro de los temas nuevos es el del medio ambiente. El secretario del Consejo Pontificio Justicia y Paz sostuvo que "la ecología medioambiental debe librarse de algunas hipotecas ideológicas (presentes en muchas versiones del ecologismo) que consisten en descuidar la superior dignidad de la persona humana y en considerar la naturaleza sólo de modo materialista, producida por la casualidad o la necesidad". "El empeño por el medio ambiente --afirmó monseñor Crepaldi-- no será plenamente fructífero si no se asocia sistemáticamente al derecho a la vida de la persona humana, primer elemento de una ecología humana que haga de marco de sentido para una ecología medioambiental". Novedad absoluta también el tratamiento de la encíclica del problema de la técnica que a menudo desemboca en una mentalidad que puede llamarse "tecnicidad". "El riesgo --subrayó monseñor Crepaldi-- es que la mentalidad exclusivamente técnica reduzca todo a puro hacer y se una a la cultura nihilista y relativista".

Para el nuevo arzobispo de Trieste, la Caritas in Veritate es una gran propuesta cultural y de mentalidad al servicio del auténtico desarrollo, porque los recursos a utilizar para el desarrollo no son sólo económicos, sino inmateriales y culturales, de mentalidad y de voluntad. En este contexto, se requiere una nueva perspectiva sobre el hombre que sólo el Dios que es Verdad y Amor puede dar. Monseñor Crepaldi precisó que "verdad y amor son gratuitos, superan la simple dimensión de la viabilidad y nos abren a la dimensión de lo no disponible". Se trata del principio según el cual la reciprocidad propia de la fraternidad entra plenamente dentro de los mecanismos económicos y es motivo de redistribución, de justicia social y de solidaridad no después o detrás de los mismos. En este contexto, la gratuidad de la verdad y del amor conducen hacia el verdadero desarrollo también porque eliminan reduccionismos y visiones interesadas.

En conclusión, monseñor Crepaldi constató que la encíclica tiene el gran mérito de quitar de en medio visiones obsoletas, esquemas de análisis superados, simplificaciones de problemas complejos, tales como: un excesivo reduccionismo Norte-Sur de los problemas del desarrollo, tras la caída del reduccionismo Este-Oeste; una frecuente infravaloración de los problemas cultur ales del subdesarrollo; un ecologismo a menudo separado de una completa visión de la persona humana; la atención hacia los problemas económicos en sentido estricto más que hacia aquellos institucionales; una visión asistencialista y no subsidiaria del desarrollo. La atención se dirige una vez más al hombre concreto, objeto de verdad y de amor y él mismo capaz de verdad y amor. A la pregunta sobre por qué se ha tenido que esperar tanto para la salida de la encíclica, monseñor Crepaldi contó que la Centesimus Annus, la última encíclica social publicada por Juan Pablo II, tardó cinco años en salir, mientras que la Caritas in Veritate ha tardado sólo dos años y medio. Sobre por qué el tema de la paz no haya sid o afrontado a fondo, el secretario del Consejo Pontificio respondió que se trata de "una encíclica y no de una enciclopedia". Por otra parte, cuando se celebró el aniversario de la Pacem in Terris de Juan XXIII, a la petición de escribir una eventual encíclica, el entonces pontífice Juan Pablo II respondió que los Mensajes anuales de la Paz son ya una consistente encíclica.
Por Antonio Gaspari
(Publicado en http://www.zenit.org/)

domingo, 5 de julio de 2009

Mensaje del Canal Cristovisión:



Apreciado Héctor Enrique, reciba nuestro saludo cordial y nuestro agradecimiento por las palabras de apoyo para esta obra de la Iglesia católica Cristovisión.

Es muy importante poder contar con todas las comunidades y que ellas, convencidas por la nueva evangelización, sean voceras del Canal, agradecería que en el bonito blog que tienen pudieran colgar nuestra página
www.cristovision.org ya que también nuestra señal está en internet.

Nos gustaría mucho que visitara el Canal y que las comunidades pudieran participar en el Canal, tal vez celebrando una Eucaristía desde la parroquia, orando en el programa "caminante" etc

Claro que una de las prioridades del Canal será profundizar mucho más en la misión Continental.

Bendiciones
Padre Ramón Zambrano E - Director Canal Cristovisión



sábado, 4 de julio de 2009

¡No fue en vano Señor!

Cuando miramos la realidad en que vivimos actualmente toda la humanidad, con sus más sorprendentes cambios, unos muy positivos, como los avances en las ciencias, las artes, la educación y en general el conocimiento de la creación; otros muy negativos, como el relativismo en el que el hombre quiere sumergir al hombre, haciéndole perder el norte de sus principios, de sus valores y del verdadero sentido de la vida, nos produce la sensación que en buena parte es realidad, que la humanidad se hace cada vez más sorda e indiferente al plan de salvación de Dios.

Recordémoslo: Dios Padre hizo un pacto con Abram, cuando éste tenía 99 años:
“Yo soy el Dios todopoderoso; vive una vida sin tacha delante de mí, y yo haré un pacto contigo: haré que tengas muchísimos descendientes. Entonces Abram se inclinó hasta tocar el suelo con la frente, mientras Dios seguía diciéndole: Este es el pacto que hago contigo: Tú serán el padre de muchas naciones, y ya no vas a llamarte Abram. Desde ahora te llamarás Abraham, porque te voy a hacer padre de muchas naciones. Haré que tus descendientes sean muy numerosos; de ti saldrán reyes y naciones. El pacto que hago contigo, y que haré con todos tus descendientes en el futuro, es que yo seré siempre tu Dios y el Dios de ellos.” (Gen 17.1-7) Pero no todas las creaturas respetaron dicho pacto. Recordemos la destrucción de Sodoma y Gomorra, así como la adoración de ídolos.

Posteriormente, Dios Padre hace un pacto con el pueblo de Israel a través de Moisés, para sacarlos de Egipto y librarlos del sufrimiento que allí padecían, llevándolos al país de los cananeos, hititas, amorreos, ferezeos, heveos y jebuseos, a una tierra donde la leche y la miel corría como el agua. Después del paso por el Mar Rojo. En el Monte Sinaí Dios comunica a través de Moisés al pueblo israelita los Diez Mandamientos .les establece leyes para el altar, para los esclavos, contra acciones violentas, en caso de accidentes, leyes para reparar daños, leyes morales y religiosas, así como leyes para hacer justicia. (ver Éxodo 3 al 33). La primera respuesta del pueblo israelita fue hacer un becerro de oro para adorarlo. Por mediación de Moisés, Dios Padre perdona al pueblo y renueva el pacto con ellos (Éxodo 34, 10-17).

Luego Dios Padre ha enviado en diferentes momentos de la historia a los Profetas, entre ellos a Samuel, Isaías, Oseas, Joel, Amós, Jonás, Miqueas, Habacuc, Hageo, Zacarías, y Malaquías. A través de ellos el Dueño de la Vida siempre comunicó su voluntad y lo que quiere de cada uno de nosotros. En varias oportunidades fue desoído y fueron los Profetas quienes mediaron para apaciguar la ira del Señor y salvar al pueblo del castigo.

Esto demuestra hasta la saciedad, la bondad, el amor y la misericordia de Dios Padre para con sus creaturas. Con justicia nos dice la 2da. Carta de San Pedro 3,15 “Considerad que la paciencia de Dios es nuestra salvación”.

Como si lo anterior no hubiera sido suficiente para que la humanidad se haya dado por enterada y advertida, de lo que Dios espera de nosotros y del verdadero sentido que tiene nuestra existencia, Dios Padre hace un Nuevo Pacto con sus creaturas. Este Pacto se basa en las buenas noticias –que es lo que en griego quiere decir la palabra evangelio- de que Dios llega al hombre en la persona de Jesucristo y en Él ofrece la salvación a todos los hombres, de cualquier pueblo y nación que sean y que confíen en Él como Señor y Salvador.

Nuevamente recordemos lo que ocurrió. Se hizo uno de nosotros, nos enseñó el modelo de vida que debemos seguir de acuerdo con la Voluntad del Padre, enseñó con base en el amor, hizo milagros de toda índole, y pagó con su sangre y muerte de cruz, el precio de la salvación de toda la humanidad! Resucitó y antes de volver al Padre, nos dejó su Santo Espíritu, nos dejó a su Iglesia –nuestra Iglesia- como medio de salvación, nos dejó su Palabra y en el extremo de su amor, se quedó en las especies eucarísticas del pan y el vino consagrado con su autorización por los sacerdotes, para que nos hagamos uno con Él. “El que come mi cuerpo y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo lo resucitaré en el día último” (Jn 6, 54). Así como no hay palabras para calificar la misericordia del Señor, no existen palabras para calificar nuestra terquedad!

Hoy, una buena parte de los seres humanos se siguen alejando del Señor, mostrando indiferencia a su reiterado llamado en la historia. Incluso una parte de sus hijos niegan su existencia, lo ofenden diariamente con hechos que contrarían su Voluntad, atacan a su Iglesia desconociendo que la integran seres humanos pero bajo la protección de Él.

Seguimos preocupados por vivir una espiritualidad individual –que es importante- y no nos decidimos a vivir una espiritualidad social. Es decir en la relación con el otro. Necesitamos testimoniar nuestra fe en Jesús, practicando sus valores con los demás, en el trabajo, en el estudio, en la sana diversión, en la solidaridad con el que sufre al lado nuestro, en denunciar al que roba, estafa, persigue la vida, explota al pobre, engaña en los negocios, empobrece con la usura al que le presta… es decir necesitamos vestirnos de la dignidad de Hijos de Dios!

Solo así mostraremos que Su sacrificio en la cruz no fue en vano y que este último Pacto no lo queremos romper!. Santísima Trinidad: apiádate de nosotros y revístenos de la luz y la fortaleza para enderezar el camino. El tiempo se acaba…

Escribe: Héctor Enrique León

viernes, 3 de julio de 2009

HOMBRES DE CONCIENCIA


La conciencia nos permite actuar de acuerdo a las normas morales en todas las circunstancias de nuestra vida. ¿Sabías que existen varios tipos de conciencia según la formación que tiene la persona?

Para resolver los distintos problemas morales que se presentan en nuestra vida, es necesario conocer formar la conciencia. La rectitud moral de un hombre se manifiesta en el deseo de formar bien la propia conciencia que es quien ha de aplicar la ley divina. Puede haber una buena emisora, pero si el aparato receptor no es bueno, no se capta el mensaje emitido. Hay que procurar que sea de alta fidelidad.
El Concilio Vaticano II dice sobre la conciencia:«La fidelidad a la conciencia une a los cristianos con los demás hombres para buscar la verdad y resolver con acierto los numerosos problemas morales que se presentan al individuo y a la sociedad. Cuanto mayor es el predominio de la conciencia recta, tanta mayor seguridad tienen las personas y las sociedades para apartarse del ciego capricho y para someterse a las normas objetivas de moralidad. No rara vez, sin embargo, ocurre que yerre la conciencia por ignorancia invencible, sin que ello suponga la pérdida de su dignidad. Cosa que no puede afirmarse cuando el hombre se despreocupa de buscar la verdad y el bien y la conciencia se va entenebreciendo por el hábito de pecado» (GS, 16).Como Dios juzgará a cada uno según su conciencia, es importante conocer cómo puede ser una conciencia para que se procure corregir lo que en ella pueda haber de defectuoso.

Tipos de conciencia
Según su aspecto objetivo, la conciencia puede ser:
- Conciencia recta o verdadera: Es aquella cuyo juicio es conforme con la ley. Actuar según ella lleva a la acción moralmente recta.
- Conciencia errónea: Es aquella que indica mal lo que se debe hacer u omitir. Se llama también falsa. Admite dos casos:Venciblemente errónea, cuando no se han puesto los medios para conocer la verdad. Actuar según ella es pecado. invenciblemente errónea, cuando es imposible salir del error, sin culpa del sujeto. Seguirla no engendra culpabilidad. Nunca serán pecados culpables las acciones cometidas sin saber su maldad.
Por su aspecto subjetivo:
- Conciencia cierta, cuando juzga el acto sin temor a equivocarse. Es posible que sea errónea a pesar de ser cierta. No basta, pues, estar muy cierto para actuar bien, pues puede haber error culpable que lleva al pecado. Ejemplo: Estar seguro de que el aborto está justificado en algunos casos.
- Conciencia probable, se da cuando juzga la acción fundamentándose en motivos sólidos, pero no del todo ciertos. El grado de probabilidad dependerá de la solidez de los motivos comparándolos con la opinión contraria. La acción según esta conciencia dependerá del grado de certeza. Por ejemplo: Participar en un negocio sin estar completamente seguro de que es lícito.
- Conciencia dudosa, se produce cuando se suspende el juicio, bien porque los motivos de una u otra opinión parecen igualmente sólidos, o porque no hay motivos suficientes para juzgar. Ejemplo: El que no sabe si un determinado día hay que asistir a Misa o no.No se ha de hacer, ningún acto posiblemente malo con conciencia dudosa, ya que se expone el sujeto a pecar y el exponerse a pecar ya es pecado en sí. Por ejemplo: No se puede asistir a un espectáculo acerca del cual existe alguna sospecha de que puede ser malo.
En algunos sujetos se dan unos tipos de conciencias enfermas, a consecuencia del temperamento, o de una mala formación, o de vicios no corregidos a tiempo. Son principalmente:
- Conciencia escrupulosa, aquella que apoyándose en motivos fútiles piensa que una acción de suyo buena, o indiferente, sea mala; viendo pecado en muchas cosas que no lo son. Ejemplo: El que pensara que una pequeña mentira le impide acudir a comulgar.
- Conciencia relajada, es la que sin justo motivo cree buena una acción que no lo es, o juzga leves faltas que de suyo son graves. Su culpa es análoga a la de la conciencia venciblemente errónea. Ejemplo: El que piensa que, aunque tenga un pecado grave cierto, puede ir a comulgar, porque ya se confesará.
Escrito por Enrique Cases (Tomado de www.encuentra.com)

martes, 30 de junio de 2009

Usted puede alcanzar la santidad!

Una de las dudas más frecuentes de algunos cristianos es alcanzar la santidad, especialmente en el desarrollo de la vida cotidiana. Frecuentemente se dice que la santidad solo es posible en Dios, en los Apóstoles y algunos de los santos más reconocidos de la Iglesia, tales como San Agustín, Santa Teresa de Jesús o el mismo San José, padre adoptivo de Jesús. Muchas personas viven su fe y su compromiso con Dios básicamente alrededor de la asistencia a la Misa dominical. Es algo así como separar solo una hora de la vida semanal que contiene 168 horas, para establecer una relación con nuestro Creador. En ese espacio hay una apertura a la comunicación con Dios y –en algunos casos- a revisar nuestra propia actuación en términos de los valores del Evangelio. En el resto del tiempo son muchos los que se desconectan de esa “escucha” de la Palabra y de esa “revisión de vida”. Es considerar que el testimonio de vida que nos plantea la Palabra sólo es posible en espacios y momentos muy reducidos de nuestras actividades.

Nada más equivocado. San José María Escrivá de Balaguer, hace en su obra “Surco” las siguientes reflexiones sobre las luchas internas que vive el hombre que busca la santidad:
125 – No todos pueden llegar a ser ricos, sabios, famosos.. en cambio, todos –sí, todos- estamos llamados a ser santos.
128 – Hoy no bastan mujeres u hombres buenos, -además no es suficientemente bueno el que sólo se contenta con ser casi bueno- es preciso ser revolucionario. Ante el hedonismo, ante la carga pagana y materialista que nos ofrecen, Cristo quiere ¡anticonformistas!, rebeldes de Amor!
129 – La santidad, el verdadero afán por alcanzarla, no se toma pausas ni vacaciones.

Recordemos lo que nos dice San Pablo sobre la santidad cristiana en Rm 8, 28-30:
“Sabemos que en todas las cosas interviene Dios para bien de los que le aman… a los que de antemano conoció, también los predestino a reproducir la imagen de su Hijo, para que fuera Él, el primogénito entre muchos hermanos; y a los que predestinó a esos también los llamó; y a los que llamó, a esos también los justificó; a los que justificó a esos también los glorificó”.

Todos somos llamados a la santidad:”Sed perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto” (Mt 5,48).
En Lumen Gentium una de las cuatro constituciones conciliares promulgadas por el
Concilio Vaticano II, que significa La Luz para la gente ('Cristo') está entre las naciones, se nos indica: “Para alcanzar esta perfección los creyentes han de emplear sus fuerzas, según la medida del Don de Cristo, para entregarse totalmente a la gloria de Dios y al servicio del prójimo. Lo harán siguiendo las huellas de Cristo, haciéndose conformes a su imagen, y siendo obedientes en todo a la voluntad del Padre. De esta manera, la santidad del Pueblo de Dios producirá frutos abundantes, como lo muestra claramente en la historia de la Iglesia la vida de los santos.”

De otra parte es preciso tener claro que “El camino de la perfección pasa por la cruz. No hay santidad sin renuncia y sin combate espiritual (2 Tm 4). El mismo Jesús lo anunció: “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame”(Mt 16,24).

Mediante la gracia santificante como Don gratuito que Dios nos hace de su vida, nos es infundida por el Espíritu Santo en nuestra alma, para curarnos del pecado y santificarnos. La caridad es en nosotros la principal fuente de mérito ante Dios.

Ciertamente este camino no es fácil, así nos lo dice Mt 7,13-14. Pero es posible!

No importa si usted es un ingeniero, un médico, un artista, un hombre de campo, un ama de casa, un gerente de una empresa… en todas las actividades humanas es posible vivir, practicar y testimoniar nuestra fe. Es en el fondo una decisión personal de aceptar el llamado de Jesús en su Palabra, es responder a nuestra dignidad de Hijos de Dios! (Jn 1,12). Es vivir con base en la verdad, la fe, la esperanza y la caridad. Los valores a practicar son los mismos en el trabajo, en la casa, en los pasatiempos, en los negocios.

Acerquémonos al conocimiento de la Palabra, como expresión de la voluntad de Dios. A su Iglesia, como medio de salvación. A la oración diaria como diálogo con Dios. A la reconciliación con el Señor para aliviar nuestras cargas. A la Eucaristía para hacernos uno con el Señor “El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él (Jn 6,56). Hagamos intimidad a través de la oración con el Espíritu Santo que habita en nosotros para siempre y que es quien realmente nos da la fe (Jn 14, 16-18). Integrémonos a alguna comunidad de laicos para edificarnos mutuamente. Es más factible alcanzar la salvación caminando en comunidad que sólo. La vivencia de los valores del Evangelio se practican en la convivencia con el otro (con mi prójimo).

Nuevamente recordemos a San José María Escrivá de Balaguer, en estas tres sentencias:
“Cuando hay vida interior, con la espontaneidad con que la sangre acude a la herida, así se recurre a Dios ante cualquier contrariedad”.
“¿Cómo vas a vivir la presencia de Dios, si no haces más que mirar a todas partes? Estás como borracho de futilidades!”
“Ante Dios, ninguna ocupación es por sí misma grande ni pequeña. Todo adquiere el valor del Amor con que se realiza”

¿Cuándo vas a tomar esta decisión? ¿Cuánto tiempo tienes?

San Jose María Escrivá de Balaguer
"La Santidad en la vida ordinaria"