VATICANO, 04 Nov. 10 (ACI).- El Papa Benedicto XVI pidió a los participantes de la asamblea plenaria del Pontificio Consejo Justicia y Paz, una urgente formación de los fieles laicos en los principios de la doctrina social de la Iglesia para que puedan responder a los desafíos de la sociedad actual.
El Santo Padre dirigió un mensaje al presidente de este dicasterio, Cardenal Peter Kodwo Appiah Turkson, en el que señaló que los laicos "deben comprometerse para promover una recta configuración de la vida social, respetando la legítima autonomía de las realidades terrenas". El evento, que se realiza en Roma, analiza la recepción de la Encíclica "Caritas in veritate" en los diferentes continentes."Es muy importante una comprensión profunda de la doctrina social de la Iglesia, en armonía con todo su patrimonio teológico y fuertemente enraizada en la afirmación de la dignidad trascendente del hombre, en la defensa de la vida humana desde la concepción hasta la muerte natural, y de la libertad religiosa", indicó.
En ese sentido, Benedicto XVI insistió en la necesidad de "preparar a fieles laicos capaces de dedicarse al bien común, especialmente en los ámbitos más complejos, como el mundo de la política".El Papa recordó los "problemas fundamentales que afectan al destino de las naciones y de las instituciones mundiales, así como de la familia humana", e indicó que los desequilibrios sociales y nacionales no han desaparecido.
"La coordinación entre los Estados -a menudo inadecuada, porque se orienta a la búsqueda de un equilibrio de poder, en lugar de a la solidaridad- da lugar a desigualdades, al peligro del dominio de grupos económicos y financieros que dictan -y quieren seguir haciéndolo- la agenda política, a expensas del bien común universal", explicó.En ese sentido, expresó su deseo de que el Pontificio Consejo Justicia y Paz siga "llevando a cabo la actualización de la doctrina social de la Iglesia" y su promoción y estudio.Indicó que en colaboración con otros, el dicasterio debe buscar vías más apropiadas para la transmisión de la doctrina social, no sólo en los tradicionales itinerarios formativos y educativos cristianos de todo tipo y grado, sino también en los grandes centros de formación del pensamiento mundial, como los grandes medios de comunicación 'laicos', las universidades y los numerosos centros de reflexión económica y social, que recientemente se han desarrollado en todos los rincones del mundo".
"Sólo con la caridad, sostenida por la esperanza e iluminada por la luz de la fe y de la razón, es posible conseguir objetivos de la liberación integral del ser humano y de justicia universal", afirmó.
viernes, 12 de noviembre de 2010
Benedicto XVI: Urge formar laicos en doctrina social de la Iglesia
jueves, 11 de noviembre de 2010
martes, 9 de noviembre de 2010
lunes, 8 de noviembre de 2010
Del Rev. Robert DeGrandis S.S.J. sobre LA EUCARISTÍA
Nota de la Administración de este Blog:
Por considerarlo de interés para todos los miembros de nuestras comunidades y nuestros lectores en internet, hemos hecho un extracto con las principales citas, del texto: “Recuerde, esta es la Eucaristía” contenido en la obra del Padre DeGrandis titulada “La presencia real de Jesús en la Santa Eucaristía”, y editado por la Asociación María Santificadora en Bogotá.
Para ayudarnos a recordar los conceptos claves de la comunión, usaremos un acróstico (palabra cuyas letras constitutivas tiene significados específicos) con E-U-C-A-R-IS-T-I-A:
La “E” representa ETERNIDAD. “El que come mi carne y bebe mi sangre, vive de vida eterna, y yo le resucitaré en el último día.” Juan 6.54. La vida eterna es un deseo en el corazón de cada persona. Santo Tomás de Aquino dijo que Dios no puso ese deseo allí si no iba a ser llenado. Siempre hemos creído por fe, pero ahora tenemos la evidencia de las personas. Mi propia madre me habló de esto en la cena de acción de gracias, cuando conversaba con mis familiares en una forma entusiasta, sobre una experiencia del más allá que ella había vivido años antes. Ella estuvo a la s puertas del cielo y fue devuelta.
La “U” representa LA UNIÓN CON JESUCRISTO “El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí y yo en él” Juan 6.56. “Permanezcan en mí y yo permaneceré en ustedes” Juan 15.4. La unión con Jesucristo se intensifica cada vez que se recibe la Santa Eucaristía, incrementando la gracia santificada.
La “C” representa a CRISTO JESÚS REALEMENTE PRESENTE. “Felices los que creen sin haber visto!” Juan 20.29. La mejor charla que escuché sobre la presencia real de Jesús en la Eucaristía, fue en Glorieta Nuevo México, por una exbruja. Ella habló a un grupo de sacerdotes. Estando muy alto en la brujería, conoció las formas del ocultismo. Ella aseguró que cuando el diablo quería insultar o blasfemar a la Santísima Trinidad, no enviaba a sus emisarios a la iglesia episcopal, o a la iglesia Asamblea de Dios, o a la iglesia metodista, o a la iglesia bautista. El emisario es enviado por Satanás al Sagrario de la Iglesia Católica Romana para conseguir la Eucaristía consagrada por un sacerdote católico. ¿No considera asombroso que existan católicos que no crean en la Eucaristía, pero que Satanás y el satanismo sí? La exbruja aseguró que ella nunca habría podido escapar del ocultismo, sino hubiera sido por la misa diaria y la
Eucaristía.
LA “A” significa ALIVIO. En cierta ocasión le preguntaron a Rose Kennedy: ¿Cómo pudo vivir con el trauma que había vivido su familia? Demasiadas heridas, mucho dolor por sus hijos. Ella dijo: “Gracias a mi fe”,. Sabemos que Rose Kennedy iba a misa y comulgaba todos los días. Estoy convencido que fue la Eucaristía lo que la sostuvo. Cuando usted venga a la Eucaristía, hágalo con el corazón abierto a la sanación.
La “R” representa RECONCILIACIÓN. “Si ustedes perdonan las ofensas de los hombres, también el Padre celestial los perdonará.” Mateo 6.14. Formidables palabras si usted realmente cree en sus significados. Nuestro Padre Santo ha dicho que la Eucaristía conduce a la reconciliación y la reconciliación a la Eucaristía. Queremos estar puros y limpios para recibir al Señor en nuestros corazones, para así acudir al sacramento de la reconciliación frecuentemente.
La “I” representa INTIMIDAD. “Permanezcan en mí y yo permaneceré en ustedes” Juan 15.4. Deseo que todas las personas puedan sentir el poder y el amor de Jesús emanando del sagrario y reconocer como su gracia afecta sus vidas. No existe una relación más personal con Jesucristo que la Eucaristía. Los sacerdotes deberían predicar más sobre este hermoso regalo.
La “S” representa SACRIFICIO. “No es digno de mí el que ama a su padre o a su madre más que a mí; no es digno de mí el que ama a su hijo o a su hija más que a mí. No es digno de mí el que no toma su cruz para seguirme”. Mateo 10. 37-38. Cada vez que ofrecemos la misa, ofrecemos un sacrificio. Debemos unir nuestras heridas, nuestros dolores, nuestras vidas, nuestros gozos, pero especialmente nuestro sufrimiento al del Señor Jesucristo, con la ofrenda del pan y del vino, que se convierten en el cuerpo y la sangre de Cristo. En Brasil, durante la ofrenda, algunas personas extienden sus manos al altar para indicar exactamente su ofrenda interna al Padre.
La “T” representa TRANSFORMACION. “Tengan unos con otros las mismas disposiciones que tuvo Cristo Jesús” Fil. 2.5. Realmente creo que Pablo fue profundamente afectado por la Eucaristía. Jesús le tocó una vez en el camino a Damasco. Sin embargo pienso, lo tocó varias veces, porque Pablo tenía un carácter fuerte. Considero que el Señor por medio de su presencia en la palabra y en el pan –la Eucaristía- lo transformó en uno de los santos más grandes.
La “A” representa ABANDONO. “No se turben. Ustedes creen en Dios, crean también en mí.” Juan 14.1. Tal vez el mayor abandono que podemos prever, es al mismo Señor Jesús en la Eucaristía porque usted puede tomar la hostia después de haber sido consagrada y destruirla en sus manos. Usted tiene el poder para desacreditarla. Jesús no se defiende a sí mismo. No le pide a los ángeles que lo protejan. Cuando Jesús dice abandono, nos da el ejemplo perfecto, viniendo a la Eucaristía. Por eso deberíamos tener sumo respeto por la Eucaristía. Jesucristo presente en medio de nosotros.
Por considerarlo de interés para todos los miembros de nuestras comunidades y nuestros lectores en internet, hemos hecho un extracto con las principales citas, del texto: “Recuerde, esta es la Eucaristía” contenido en la obra del Padre DeGrandis titulada “La presencia real de Jesús en la Santa Eucaristía”, y editado por la Asociación María Santificadora en Bogotá.
Para ayudarnos a recordar los conceptos claves de la comunión, usaremos un acróstico (palabra cuyas letras constitutivas tiene significados específicos) con E-U-C-A-R-IS-T-I-A:
La “E” representa ETERNIDAD. “El que come mi carne y bebe mi sangre, vive de vida eterna, y yo le resucitaré en el último día.” Juan 6.54. La vida eterna es un deseo en el corazón de cada persona. Santo Tomás de Aquino dijo que Dios no puso ese deseo allí si no iba a ser llenado. Siempre hemos creído por fe, pero ahora tenemos la evidencia de las personas. Mi propia madre me habló de esto en la cena de acción de gracias, cuando conversaba con mis familiares en una forma entusiasta, sobre una experiencia del más allá que ella había vivido años antes. Ella estuvo a la s puertas del cielo y fue devuelta.
La “U” representa LA UNIÓN CON JESUCRISTO “El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí y yo en él” Juan 6.56. “Permanezcan en mí y yo permaneceré en ustedes” Juan 15.4. La unión con Jesucristo se intensifica cada vez que se recibe la Santa Eucaristía, incrementando la gracia santificada.
La “C” representa a CRISTO JESÚS REALEMENTE PRESENTE. “Felices los que creen sin haber visto!” Juan 20.29. La mejor charla que escuché sobre la presencia real de Jesús en la Eucaristía, fue en Glorieta Nuevo México, por una exbruja. Ella habló a un grupo de sacerdotes. Estando muy alto en la brujería, conoció las formas del ocultismo. Ella aseguró que cuando el diablo quería insultar o blasfemar a la Santísima Trinidad, no enviaba a sus emisarios a la iglesia episcopal, o a la iglesia Asamblea de Dios, o a la iglesia metodista, o a la iglesia bautista. El emisario es enviado por Satanás al Sagrario de la Iglesia Católica Romana para conseguir la Eucaristía consagrada por un sacerdote católico. ¿No considera asombroso que existan católicos que no crean en la Eucaristía, pero que Satanás y el satanismo sí? La exbruja aseguró que ella nunca habría podido escapar del ocultismo, sino hubiera sido por la misa diaria y la

LA “A” significa ALIVIO. En cierta ocasión le preguntaron a Rose Kennedy: ¿Cómo pudo vivir con el trauma que había vivido su familia? Demasiadas heridas, mucho dolor por sus hijos. Ella dijo: “Gracias a mi fe”,. Sabemos que Rose Kennedy iba a misa y comulgaba todos los días. Estoy convencido que fue la Eucaristía lo que la sostuvo. Cuando usted venga a la Eucaristía, hágalo con el corazón abierto a la sanación.
La “R” representa RECONCILIACIÓN. “Si ustedes perdonan las ofensas de los hombres, también el Padre celestial los perdonará.” Mateo 6.14. Formidables palabras si usted realmente cree en sus significados. Nuestro Padre Santo ha dicho que la Eucaristía conduce a la reconciliación y la reconciliación a la Eucaristía. Queremos estar puros y limpios para recibir al Señor en nuestros corazones, para así acudir al sacramento de la reconciliación frecuentemente.
La “I” representa INTIMIDAD. “Permanezcan en mí y yo permaneceré en ustedes” Juan 15.4. Deseo que todas las personas puedan sentir el poder y el amor de Jesús emanando del sagrario y reconocer como su gracia afecta sus vidas. No existe una relación más personal con Jesucristo que la Eucaristía. Los sacerdotes deberían predicar más sobre este hermoso regalo.
La “S” representa SACRIFICIO. “No es digno de mí el que ama a su padre o a su madre más que a mí; no es digno de mí el que ama a su hijo o a su hija más que a mí. No es digno de mí el que no toma su cruz para seguirme”. Mateo 10. 37-38. Cada vez que ofrecemos la misa, ofrecemos un sacrificio. Debemos unir nuestras heridas, nuestros dolores, nuestras vidas, nuestros gozos, pero especialmente nuestro sufrimiento al del Señor Jesucristo, con la ofrenda del pan y del vino, que se convierten en el cuerpo y la sangre de Cristo. En Brasil, durante la ofrenda, algunas personas extienden sus manos al altar para indicar exactamente su ofrenda interna al Padre.

La “T” representa TRANSFORMACION. “Tengan unos con otros las mismas disposiciones que tuvo Cristo Jesús” Fil. 2.5. Realmente creo que Pablo fue profundamente afectado por la Eucaristía. Jesús le tocó una vez en el camino a Damasco. Sin embargo pienso, lo tocó varias veces, porque Pablo tenía un carácter fuerte. Considero que el Señor por medio de su presencia en la palabra y en el pan –la Eucaristía- lo transformó en uno de los santos más grandes.
La “A” representa ABANDONO. “No se turben. Ustedes creen en Dios, crean también en mí.” Juan 14.1. Tal vez el mayor abandono que podemos prever, es al mismo Señor Jesús en la Eucaristía porque usted puede tomar la hostia después de haber sido consagrada y destruirla en sus manos. Usted tiene el poder para desacreditarla. Jesús no se defiende a sí mismo. No le pide a los ángeles que lo protejan. Cuando Jesús dice abandono, nos da el ejemplo perfecto, viniendo a la Eucaristía. Por eso deberíamos tener sumo respeto por la Eucaristía. Jesucristo presente en medio de nosotros.
Roberto Carlos - Amigo
Una canción inolvidable de Roberto Carlos que ha sido un canto de alabanza al Señor y que también le fue cantada a S.S. Juan Pablo II en su visita a México. Disfrútela!
domingo, 7 de noviembre de 2010
ARIDEZ ESPIRITUAL
Es de conocimiento general que el estado de ánimo de los seres humanos, es similar a una montaña rusa en sus subidas y bajadas: Hoy estamos felices y la vida nos sonríe y cualquier día somos presa del desaliento y la aridez espiritual. A pesar de que esto ocurre a todas las personas en algún momento, no generamos aprendizaje para entender los motivos de incertidumbre y de baja de la autoestima. Cada episodio de tibieza o de decaimiento anímico nos intenta golpear como si fuera la primera vez. Todas estas formas de abatimiento tienen orígenes que debemos intentar aclarar, haciendo uso de la auto-reflexión y de la humildad frente a Dios y a los demás, para reconocernos personas que podemos quebrantarnos y que igualmente podemos volvernos a levantar.
Vencer la aridez espiritual sólo (“yo con yo”), es más exigente que hacerlo con el acompañamiento de la comunidad de que hacemos parte. Trabajar de manera individual un episodio de esta naturaleza puede indicar una de varias cosas: o usted no está integrado a una comunidad en la que pueda dar y recibir apoyo, o su disposición para darse y/o abrirse a la ayuda de otros es reducida, debido a problemas de soberbia, orgullo o dificultad para pedir ayuda.
Los procesos de dar y recibir ayuda en una comunidad son objeto de un aprendizaje continuo. Se aprende a ayudar ayudando. Eso es como nadar. No se aprende por correspondencia. Por esta razón un animador de una comunidad debe ayudarle a sus miembros a clarificar los procesos de ayuda que se vayan dando. Un ejemplo de esto es el discernimiento que surge de la Parábola del Buen Samaritano (Lucas 10. 25-37). Si alguien no enseña a la comunidad cómo ayudar al que ha sido apaleado por otros, no podrá esperar que la comunidad le ayude cuando el apaleado sea él.
Un elemento central para recibir ayuda radica en la humildad de quien necesita apoyo. Recordemos la Parábola del fariseo y el cobrador de impuestos (Lucas 18. 9-14). Si al estar en dificultad adoptamos la humildad del recaudador, quien “se quedó atrás y ni siquiera se atrevía a levantar la vista al cielo, sino que se golpeaba el pecho y decía ¡Oh Dios, ten compasión de este pecador!”, será entonces posible que otros hermanos
vengan en nuestra ayuda.
La aridez espiritual es esencialmente un episodio de carácter personal, que interroga nuestra conversión, nuestra fe y la solidez de la edificación espiritual que hemos alcanzado. Pero igualmente es una situación en la que podemos recibir ayuda efectiva de los hermanos de comunidad. Ellos nos conocen, nos aman y quieren lo mejor para nosotros. Su ayuda solidaria nos permitirá salir adelante. Recordemos al Apóstol San Pablo en Romanos 12. 12 y 16 que nos enseña los deberes claves de la vida cristiana que debemos aplicar.
San Jose Maria Escrivá de Ballaguer, nos hace unas reflexiones muy francas y directas (tal como fue su espíritu en su ministerio sacerdotal), que las hemos tomado de sus libros “SURCO” y “CAMINO”. Cada una de estas citas –precedidas de un número- merece ser reflexionada un instante, para extraerle su verdadero valor. Leerlas de corrido es un despropósito! Veámos:
“Pediste al Señor que te dejara sufrir un poco por Él. Pero luego, cuando llega el padecimiento en forma tan humana, tan normal –dificultades y problemas familiares- , o esas mil pequeñeces de la vida ordinaria, te cuesta trabajo ver a Cristo detrás de eso. –Abre con docilidad tus manos a eso clavos… y tu dolor se convertirá
en gozo.” Surco 234.
No te quejes, si sufres. Se pule la piedra que se estima, la que vale. ¿Te duele? –Déjate tallar con agradecimiento, porque Dios te ha tomado en sus manos como un diamante… no se trabaja así un guijarro vulgar.” Surco 235.
¿No te comprenden? Él era la Verdad y la luz, pero tampoco los suyos le comprendieron… -como tantas veces te he hecho considerar, acuérdate de las palabras del Señor: “No es el discípulo más que el Maestro”. Surco 239.
Hay almas que parecen empeñadas en inventarse sufrimientos, torturándose con la imaginación. Después cuando llegan penas y contradicciones objetivas, no saben estar como la Santísima Virgen: al pie de la Cruz, con la mirada pendiente de su Hijo. Surco 248.
Esas depresiones, porque ves o porque descubren tus defectos, no tienen fundamento.. Pide la verdadera humildad. Surco 262.
Conforme: aquella persona ha sido mala contigo. Pero, ¿no has sido tú peor con Dios?. Camino 686.
Toda nuestra fortaleza es prestada. Camino 728
Sin no le dejas. Él no te dejará. Camino 730.
Ser fiel a Dios exige lucha. Y lucha cuerpo a cuerpo, hombre a hombre –hombre viejo y hombre de Dios- detalle a detalle, sin claudicar. Surco 126.
Vencer la aridez espiritual sólo (“yo con yo”), es más exigente que hacerlo con el acompañamiento de la comunidad de que hacemos parte. Trabajar de manera individual un episodio de esta naturaleza puede indicar una de varias cosas: o usted no está integrado a una comunidad en la que pueda dar y recibir apoyo, o su disposición para darse y/o abrirse a la ayuda de otros es reducida, debido a problemas de soberbia, orgullo o dificultad para pedir ayuda.
Los procesos de dar y recibir ayuda en una comunidad son objeto de un aprendizaje continuo. Se aprende a ayudar ayudando. Eso es como nadar. No se aprende por correspondencia. Por esta razón un animador de una comunidad debe ayudarle a sus miembros a clarificar los procesos de ayuda que se vayan dando. Un ejemplo de esto es el discernimiento que surge de la Parábola del Buen Samaritano (Lucas 10. 25-37). Si alguien no enseña a la comunidad cómo ayudar al que ha sido apaleado por otros, no podrá esperar que la comunidad le ayude cuando el apaleado sea él.
Un elemento central para recibir ayuda radica en la humildad de quien necesita apoyo. Recordemos la Parábola del fariseo y el cobrador de impuestos (Lucas 18. 9-14). Si al estar en dificultad adoptamos la humildad del recaudador, quien “se quedó atrás y ni siquiera se atrevía a levantar la vista al cielo, sino que se golpeaba el pecho y decía ¡Oh Dios, ten compasión de este pecador!”, será entonces posible que otros hermanos

La aridez espiritual es esencialmente un episodio de carácter personal, que interroga nuestra conversión, nuestra fe y la solidez de la edificación espiritual que hemos alcanzado. Pero igualmente es una situación en la que podemos recibir ayuda efectiva de los hermanos de comunidad. Ellos nos conocen, nos aman y quieren lo mejor para nosotros. Su ayuda solidaria nos permitirá salir adelante. Recordemos al Apóstol San Pablo en Romanos 12. 12 y 16 que nos enseña los deberes claves de la vida cristiana que debemos aplicar.
San Jose Maria Escrivá de Ballaguer, nos hace unas reflexiones muy francas y directas (tal como fue su espíritu en su ministerio sacerdotal), que las hemos tomado de sus libros “SURCO” y “CAMINO”. Cada una de estas citas –precedidas de un número- merece ser reflexionada un instante, para extraerle su verdadero valor. Leerlas de corrido es un despropósito! Veámos:
“Pediste al Señor que te dejara sufrir un poco por Él. Pero luego, cuando llega el padecimiento en forma tan humana, tan normal –dificultades y problemas familiares- , o esas mil pequeñeces de la vida ordinaria, te cuesta trabajo ver a Cristo detrás de eso. –Abre con docilidad tus manos a eso clavos… y tu dolor se convertirá

No te quejes, si sufres. Se pule la piedra que se estima, la que vale. ¿Te duele? –Déjate tallar con agradecimiento, porque Dios te ha tomado en sus manos como un diamante… no se trabaja así un guijarro vulgar.” Surco 235.
¿No te comprenden? Él era la Verdad y la luz, pero tampoco los suyos le comprendieron… -como tantas veces te he hecho considerar, acuérdate de las palabras del Señor: “No es el discípulo más que el Maestro”. Surco 239.
Hay almas que parecen empeñadas en inventarse sufrimientos, torturándose con la imaginación. Después cuando llegan penas y contradicciones objetivas, no saben estar como la Santísima Virgen: al pie de la Cruz, con la mirada pendiente de su Hijo. Surco 248.

Esas depresiones, porque ves o porque descubren tus defectos, no tienen fundamento.. Pide la verdadera humildad. Surco 262.
Conforme: aquella persona ha sido mala contigo. Pero, ¿no has sido tú peor con Dios?. Camino 686.
Toda nuestra fortaleza es prestada. Camino 728
Sin no le dejas. Él no te dejará. Camino 730.
Ser fiel a Dios exige lucha. Y lucha cuerpo a cuerpo, hombre a hombre –hombre viejo y hombre de Dios- detalle a detalle, sin claudicar. Surco 126.
viernes, 5 de noviembre de 2010
De nuestros lectores

Don Manuel Quintero, Juez de Paz del barrio Britalia, nos escribió:
¿Y qué del ministerio social?
El fundamento bíblico del ministerio social se encuentra, precisamente, en: 1 Pedro 4:10-11
"Ya que cada uno ha recibido algún don espiritual, úsenlo para el bien de los demás; hagan fructificar las diferentes gracias que Dios repartió entre ustedes. Quien predica, hable como quien entrega palabras de Dios; si cumple algún ministerio, hágalo como quien recibe de Dios ese poder: que, en todas las cosas, Dios sea glorificado por Cristo Jesús. A él sea la gloria y el poder por los siglos de los siglos. ¡Amén!" (Nuevo Testamento. Puebla, pág. 592)
Este pasaje es una presentación de San Pedro en cuanto a qué es la iglesia. Primeramente está diciendo que el ministerio de la iglesia es dado por Dios cuando imparte sus diferentes gracias a sus miembros. Las gracias de Dios no son de un solo don, no son de una sola orientación, son unas diferentes gracias y lo que San Pedro dice es que hagamos fructificar las diferentes gracias que Dios ha puesto en nosotros por medio de los dones que ha impartido a la iglesia. Por lo tanto, cada uno de nosotros hemos recibido dones. Dios ha colocado en su iglesia personas con diferentes dones. Y esos dones sirven para expresar sus diferentes gracias y los cristianos debemos administrar esos dones. ¿Para qué? Para que haya edificación y para que haya ministerio a los demás.
San Pedro dice que hay dos formas básicas de ministerio en la iglesia.
Hay ministerio de la palabra y dice también que el que predica, el que habla, que hable como quien entrega palabras de Dios.
Las personas que escuchamos predicar (o que nos escuchan) no necesitan oír opiniones, ni conceptos humanos, ni filosofías que les impresionen, lo que quieren escuchar son palabras de Dios en cuanto a los eventos y las decisiones que tienen que tomar. Cuando la persona acude al sacerdote (o al pastor) para consejería, no pide que se le ayude a entender a Freud, ni alguna orientación sobre la teoría de Young; pide del ministro el consejo de la Palabra de Dios.
El ministerio de hablar en la iglesia debe basarse firmemente en el estudio de la Palabra de Dios y éste no se produce por ósmosis sino por estudio disciplinado, estudio asiduo, para disciplinar y saturar hasta tal punto la vida con la Palabra de Dios,... que ésta fluya como parte de la comunicación.
En la segunda parte, dice San Pedro: “si cumple algún ministerio", o el que sirve, (Traducción de la palabra en griego que es “diaconeo”, que en el Nuevo Testamento se traduce por lo general como “servicio”).
Hay dos ministerios grandes en la Iglesia del Señor Jesucristo que son expresiones de las diferentes gracias de Dios manifestadas en los dones que él ha dado a su Iglesia: el ministerio de la palabra y el ministerio de servicio.
Cuando el Nuevo Testamento define la palabra servicio se refiere a tratar de suplir las necesidades físicas de la gente. Uno de los problemas más grandes de la iglesia moderna es que ha puesto a un lado este segundo ministerio, lo ha olvidado.
Y si se piensa por un momento en la iglesia local, se verá que esto es lo que pasa. Dentro de la programación de la iglesia hay talleres que se dan para entrenar a los hermanos en cuanto a cómo ministrar, hay talleres en cuanto a cómo evangelizar y cómo predicar. Y aún hay talleres hasta para enseñar cómo aconsejar a otros. Todos estos son ministerios de la palabra.
Pero, ¿existen en la iglesia talleres en cuanto a cómo servir? ¿se escuchan sermones en cuanto al servicio cristiano? ¿se dan seminarios en cuanto al ministerio del servicio?
Si se piensa por un momento en todo esto se verá que en una forma muy pragmática hemos dejado a un lado el ministerio de servicio.
¿Por qué? Porque es un ministerio que no se ve, no se nota.
En el ministerio de la palabra, se está constantemente frente a la gente, predicando, enseñando, aconsejando, evangelizando y eso es notorio. Se ven los resultados.
El ministerio de servicio, en cambio, es un ministerio casi escondido. Y es que las personas que hacen ese ministerio, justamente porque lo hacen, no quieren que los demás se enteren de lo que están haciendo. Lo hacen por amor.
El fundamento bíblico del ministerio social se encuentra, precisamente, en: 1 Pedro 4:10-11
"Ya que cada uno ha recibido algún don espiritual, úsenlo para el bien de los demás; hagan fructificar las diferentes gracias que Dios repartió entre ustedes. Quien predica, hable como quien entrega palabras de Dios; si cumple algún ministerio, hágalo como quien recibe de Dios ese poder: que, en todas las cosas, Dios sea glorificado por Cristo Jesús. A él sea la gloria y el poder por los siglos de los siglos. ¡Amén!" (Nuevo Testamento. Puebla, pág. 592)
Este pasaje es una presentación de San Pedro en cuanto a qué es la iglesia. Primeramente está diciendo que el ministerio de la iglesia es dado por Dios cuando imparte sus diferentes gracias a sus miembros. Las gracias de Dios no son de un solo don, no son de una sola orientación, son unas diferentes gracias y lo que San Pedro dice es que hagamos fructificar las diferentes gracias que Dios ha puesto en nosotros por medio de los dones que ha impartido a la iglesia. Por lo tanto, cada uno de nosotros hemos recibido dones. Dios ha colocado en su iglesia personas con diferentes dones. Y esos dones sirven para expresar sus diferentes gracias y los cristianos debemos administrar esos dones. ¿Para qué? Para que haya edificación y para que haya ministerio a los demás.
San Pedro dice que hay dos formas básicas de ministerio en la iglesia.
Hay ministerio de la palabra y dice también que el que predica, el que habla, que hable como quien entrega palabras de Dios.
Las personas que escuchamos predicar (o que nos escuchan) no necesitan oír opiniones, ni conceptos humanos, ni filosofías que les impresionen, lo que quieren escuchar son palabras de Dios en cuanto a los eventos y las decisiones que tienen que tomar. Cuando la persona acude al sacerdote (o al pastor) para consejería, no pide que se le ayude a entender a Freud, ni alguna orientación sobre la teoría de Young; pide del ministro el consejo de la Palabra de Dios.
El ministerio de hablar en la iglesia debe basarse firmemente en el estudio de la Palabra de Dios y éste no se produce por ósmosis sino por estudio disciplinado, estudio asiduo, para disciplinar y saturar hasta tal punto la vida con la Palabra de Dios,... que ésta fluya como parte de la comunicación.
En la segunda parte, dice San Pedro: “si cumple algún ministerio", o el que sirve, (Traducción de la palabra en griego que es “diaconeo”, que en el Nuevo Testamento se traduce por lo general como “servicio”).
Hay dos ministerios grandes en la Iglesia del Señor Jesucristo que son expresiones de las diferentes gracias de Dios manifestadas en los dones que él ha dado a su Iglesia: el ministerio de la palabra y el ministerio de servicio.
Cuando el Nuevo Testamento define la palabra servicio se refiere a tratar de suplir las necesidades físicas de la gente. Uno de los problemas más grandes de la iglesia moderna es que ha puesto a un lado este segundo ministerio, lo ha olvidado.
Y si se piensa por un momento en la iglesia local, se verá que esto es lo que pasa. Dentro de la programación de la iglesia hay talleres que se dan para entrenar a los hermanos en cuanto a cómo ministrar, hay talleres en cuanto a cómo evangelizar y cómo predicar. Y aún hay talleres hasta para enseñar cómo aconsejar a otros. Todos estos son ministerios de la palabra.
Pero, ¿existen en la iglesia talleres en cuanto a cómo servir? ¿se escuchan sermones en cuanto al servicio cristiano? ¿se dan seminarios en cuanto al ministerio del servicio?
Si se piensa por un momento en todo esto se verá que en una forma muy pragmática hemos dejado a un lado el ministerio de servicio.
¿Por qué? Porque es un ministerio que no se ve, no se nota.
En el ministerio de la palabra, se está constantemente frente a la gente, predicando, enseñando, aconsejando, evangelizando y eso es notorio. Se ven los resultados.
El ministerio de servicio, en cambio, es un ministerio casi escondido. Y es que las personas que hacen ese ministerio, justamente porque lo hacen, no quieren que los demás se enteren de lo que están haciendo. Lo hacen por amor.
Manuel Quintero, Juez de Paz de Britalia -Suba
Comentario de la administración de este Blog:
En la Iglesia Católica todos los Ministerios tienen un contenido de servicio, cada uno en un campo específico. Pero quizá el lector se refiera a la labor que adelantan los miembros de nuestras Pastorales Social, de la Salud, de la Familia, en las cuales hay un servicio a las personas en situación de vulnerabilidad o necesidad. Allí se hace una labor de ayuda que ciertamente es muy grande y sobre la cual se guarda silencio. "Que tu mano izquierda no sepa lo que da la mano derecha".
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