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viernes, 12 de noviembre de 2010

Verbum Domini Exhortación apostólica postsinodal

(Tomado de Catholic.net) Durante los días 5 al 26 de octubre del 2008, los obispos de todo el mundo se reunieron, convocados por el Santo Padre, para dialogar acerca de la Palabra de Dios en la vida y misión de la Iglesia.

El pasado 11 de noviembre del 2010, el Papa ha publicado la Exhortación apostólica Verbum Domini, en la cual nos da a conocer las conclusiones de aquella reunión.

Es un documento hermoso que ningún católico puede dejar de leer, en el que el Papa nos exhorta en cada párrafo a tener cada vez más familiaridad con la Sagrada Escritura y tomarla siempre en cuenta en nuestra vida ordinaria de hombres y cristianos.

La exhortación consta de tres partes:

PRIMERA PARTE

La primera parte se titula Verbum Dei y en ella el Papa nos habla del papel fundamental de Dios Padre como fuente y origen de la Palabra.

Está dividida en tres capítulos:

1."El Dios que habla" Trata de "la voluntad de Dios de abrir y mantener un diálogo con el ser humano, en el que Dios toma la iniciativa y se revela de diversas maneras".

2. "La respuesta del hombre al Dios que habla" Trata de cómo "el hombre está llamado a entrar en la Alianza con su Dios que lo escucha y responde a sus preguntas. A Dios que habla, el hombre responde con la fe".

3. "La hermenéutica de la Sagrada Escritura en la Iglesia". Trata de la recta interpretación de la Sagrada Escritura (hermenéutica)que exige la complementariedad del sentido literal y espiritual, una armonía entre fe y razón.

SEGUNDA PARTE

La segunda parte se titula "Verbum in Ecclesia" y consta de tres capítulos:

1. "La Palabra de Dios y la Iglesia", habla de que "gracias a la Palabra de Dios y a la acción sacramental, Jesucristo es contemporáneo a los hombres en la vida de la Iglesia".

2. "La Liturgia, lugar privilegiado de la Palabra de Dios" habla del "nexo vital entre la Sagrada Escritura y los sacramentos, en particular, la Eucaristía".La importancia del leccionario, del lectorado y de la homilía.

3. "La Palabra de Dios en la vida de la Iglesia", auqí es donde el Papa nos habla de "la importancia de la formación bíblica de los cristianos, la Sagrada Escritura en la pastoral, en la catequesis, en los grandes encuentros eclesiales, y en relación con las vocaciones".

TERCERA PARTE

La tercera parte, titulada "Verbum mundo", nos habla del deber que tenemos todos los cristianos de anunciar la Palabra de Dios en el mundo en el que vivimos y trabajamos. Tiene cuatro capítulos:

1. "La misión de la Iglesia: anunciar la Palabra de Dios al mundo", habla de cómo la Iglesia está orientada a anunciar el Evangelio a los que todavía no conocen a Jesucristo, pero también a aquellos que han sido bautizados pero que necesitan una nueva evangelización.

2. "Palabra de Dios y compromiso en el mundo", el Papa nos recuerda que los cristianos estamos llamados a servir a Dios en los hermanos más pequeños.

3. "La Palabra de Dios y las culturas". El Papa nos manifiesta su deseo de que la Biblia sea más conocida en las escuelas y universidades y que los medios de comunicación social usen todas las posibilidades técnicas para su divulgación.

4. "Palabra de Dios y diálogo interreligioso" El Papa nos ofrece algunas indicaciones útiles sobre el diálogo entre cristianos y personas que profesan otras religiones no cristianas.

En el documento no faltan indicaciones y sugerencias muy prácticas como por ejemplo, que todas las familias tengamos una Biblia en casa y que la leamos y recemos con ella.

No se lo pueden perder.

Pueden descargar el archivo completo, en:
http://es.catholic.net/catholic_db/archivosWord_db/verbum_domini.pdf

Que Dios los llene de bendiciones

Lucrecia Rego de Planas - Dirección de Catholic.net

domingo, 21 de junio de 2009

¿Crisis económica o crisis moral?


Nota escrita por Monseñor José Ignacio Munilla, obispo de Palencia (España)
PALENCIA, sábado, 6 junio 2009 (
ZENIT.org).- Publicamos el artículo que ha escrito el obispo de Valencia, monseñor José Ignacio Munilla, obispo de Palencia, sobre la crisis económica.
* * *
La Iglesia Católica está expectante ante la inminente publicación de la tercera encíclica de Benedicto XVI, con el título de "Caritas in Veritate" (El Amor en la Verdad), que abordará aspectos de la Doctrina Social. Sin lugar a dudas, será un instrumento importante para ayudarnos a realizar una lectura específica sobre las causas morales de la crisis económica en la que estamos inmersos. La reflexión del Papa se promete especialmente interesante, habida cuenta de que en el año 1985, dentro del Simposio "Iglesia y Economía en Diálogo" en Roma, el entonces Cardenal Ratzinger pronunciaba una conferencia ("Market Economy and Ethics"), en la que predecía la crisis que ahora padecemos. Aquel vaticinio del futuro Papa, no estaba fundado tanto en teorías económicas, cuanto en la constatación de la violación de los principios de la justicia social. Dicho de otro modo, los problemas económicos son predecibles cuando tienen unas causas morales, y éstas deben ser abordadas si no queremos que la crisis se cierre en falso...
Con frecuencia oímos hablar de la crisis económica, como si se tratase de una estación cíclica de la naturaleza -la primavera, el verano, el otoño o el invierno-; de forma que la política económica se limita a centrarse en la búsqueda de medidas que alivien el impacto de los malos momentos. Pocos parecen atreverse a reconocer y denunciar las causas morales de esta recesión y a plantear soluciones estructurales que sanen de raíz el problema. ¡Algo parecido a lo sucedido con las recetas para controlar la extensión de la epidemia del SIDA! En este caso el Papa tuvo la valentía de poner el dedo en la llaga, afirmando que era totalmente necesaria la educación en una sexualidad responsable, puesta al servicio de la vocación del ser humano al amor estable. Sus palabras causaron escándalo en quienes pretendían solucionar un problema tan grave, mediante el mero recurso técnico del preservativo. Salvando las distancias... ¡estamos en las mismas! Sería bastante absurdo suponer que las causas desencadenantes de esta crisis económica vayan a quedar subsanadas por el mero recurso a unos "parches" multimillonarios, que impidan el hundimiento del sistema financiero, obviando los problemas de fondo.
Mención aparte merece la reflexión en torno a la licitud moral de las medidas tomadas en apoyo al sistema financiero. Al contrario de lo ocurrido en otras naciones, como Alemania o Estados Unidos, llama la atención que en España se haya asumido el empleo de ingentes recursos públicos para salvar la banca privada, sin el más mínimo debate ético y, prácticamente, sin resistencia social alguna. ¿Qué explicación cabe dar al hecho de que unas entidades financieras anuncien el récord de beneficios en un ejercicio contable, y el año siguiente tengan que recurrir a recibir ayudas públicas?
Cito unas palabras de Benedicto XVI dirigidas el 30 de marzo del presente año al Primer Ministro del Reino Unido, Gordon Brown: "Si un elemento clave de la crisis es un déficit de ética en las estructuras económicas, esta misma crisis nos enseña que la ética no es "externa", sino "interna", y que la economía no puede funcionar si no lleva en sí un componente ético".
Consumir con templanza
Me centro en este momento en dos factores importantes que forman parte del problema moral causante de la crisis económica. El primero es la falta de templanza en el consumo. En muchas ocasiones se trata de una falta de templanza en el consumidor, artificialmente provocada desde multitud de resortes publicitarios, culturales, políticos, etc. Es bastante evidente que los datos espectaculares del crecimiento económico vivido antes de la crisis, estaban ligados a un consumo artificialmente "inflado", que resulta insostenible a medio plazo.
Por desgracia, lejos de afrontar el problema de fondo, los responsables de la economía están dirigiendo a la población diversos llamamientos a reactivar el consumo, proporcionando para ello todo tipo de incentivos, como único medio para salir de la crisis. En vez de educar en el consumo necesario, creamos necesidades donde no las hay, para mantener unas expectativas económicas irreales. Por este camino, fácilmente podríamos salir de una crisis para entrar en otra...
Inversión en los países pobres
Si los bienes de producción -tanto materiales como inmateriales- no se ponen de forma equilibrada al servicio del desarrollo del Tercer Mundo y de los países en vías de desarrollo, paradójicamente, nuestro pecado de insolidaridad se vuelve contra nosotros mismos. En efecto, estamos viendo cómo nuestras multinacionales deslocalizadas en países pobres, pueden llegar a realizar una producción en condiciones infrahumanas, a precios sin posible competencia, hasta el punto de estrangular a muchas empresas en occidente. La lógica capitalista de la máxima ganancia, termina por convertirse en la tumba de la economía mundial (sin excluir a sus impulsores). ¡Dios quiera que la anunciada nueva encíclica del Papa, "Caritas in Veritate", reciba una buena acogida y suscite un profundo debate! Será una gran oportunidad para abordar las dimensiones morales de la economía del mundo contemporáneo.