En Gál
3,6-14 y Rom 4,1-25, Pablo desarrolla su pensamiento en relación con la fe de
Abrahán. Partiendo de Gn 15,6 argumenta que Abrahán fue considerado justo por Dios
gracias a su fe y no por causa de las obras de la ley, porque Abrahán era
anterior a Moisés y, por tanto, aún no había ley. Pablo desarrolla este pensamiento
debido a las enseñanzas de los fariseos que consideraban a Abrahán un seguidor
fiel de la ley, aunque la ley había venido después por medio de Moisés. Los
fariseos no estaban preocupados con la fe de Abrahán y sí con el cumplimiento
de la ley.
La
preocupación no es la misma en los textos paulinos que en Santiago o en
Hebreos. Pablo quiere librar a los seguidores y seguidoras de Jesús de cumplir
el sistema de la ley de Moisés. Razona así: si la ley de Moisés ha venido mucho
tiempo después de que Abrahán haya sido considerado justo por parte de Dios,
eso significa que Abrahán ha sido justificado únicamente por la fe y no por la
observancia de los preceptos legales. Para Pablo la fe no era fundamental.
Servía más para acusar que para salvar. Lo que salva es la vida, la práctica,
la muerte y resurrección de Jesús. La gente asume este proceso por la fe en
Jesucristo. Por eso, Pablo enseña que Abrahán ha sido justificado
fundamentalmente por la fe (Gál 3, 6-7; Rom 4,3).
Había otro
punto muy importante en la figura de Abrahán y que ayuda a Pablo en su práctica
pastoral. Pablo anunciaba su Evangelio a los gentiles (cf. Ro 1, 16-17). Para
vencer las resistencias de los judeocristianos más tradicionales, recuerda que
Abrahán antes de ser llamado por Dios también era pagano (Rom 4, 10-12). Dios
llamó a Abrahán para ser el padre del pueblo elegido en un gesto de pura
gratuidad, cuando todavía era un incircunciso. De la misma manera, Dios esta
llamando ahora a los paganos para formar parte de este mismo pueblo en la fe de
Jesucristo. Todos los paganos se convierten ahora en miembros del pueblo de
Dios, hijos de Abrahán en la fe. No significa que haya un signo de ruptura con
el pueblo elegido, sino que se debe considerar como un gesto de amor de parte
Dios (Rom 11).
¿Quién tiene
razón, Pablo que sitúa la justificación de Abrahán en su fe o Santiago que pone
la justificación en la práctica de las obras producidas por la fe?
Hay que
tener claro lo que se quiere decir con “justificación”. Significa “estar a bien
con Dios”. Para Pablo, como Santiago, la amistad con Dios se fundamenta en la
credibilidad y en la adhesión que damos a su palabra y a sus promesas. Pablo se
preocupa con el tema de que todos paganos y judíos, lleguen a esta amistad con
Dios. Él dice: “no es por la observancia irreprensible de la ley de Moisés,
sino por la fe en la Palabra de Dios que se cumple en Jesús” como llegamos a la
plenitud de nuestra amistad con Dios. Santiago y la carta a los Hebreos se
preocupan por los que están en la comunidad y dicen: “la fe de Abrahán es la
práctica, se comprueba en lo que hacemos “. Además el propio Pablo piensa lo
mismo en Gál 5,6: “lo que vale es la fe que actúa por medio del amor”.
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