domingo, 27 de septiembre de 2015
Homilía del Papa Francisco en el Madison Square Garden de Nueva York
El contenido de esta hermosa homilía del Papa Francisco constituye una descripción muy real del entorno pluricultural en el cual se debe realizar la evangelización en las grandes ciudades. Por esta misma razón, es esta homilía una buena guía para el trabajo que entre nosotros, nos propone adelantar la Arquidiócesis de Bogotá.
Providencialmente, muchas de las palabras aquí expresadas por el Papa Francisco, fueron contenidas en los documentos con los cuales fue presentado, hace un poco más de 4 años, el Plan "E" para nuestras ciudades.
Dios continúa caminando con nosotros en medio del smog de la ciudad!
6 tentaciones del(a) cristiano(a) de nivel avanzado - Parte 1
Autor: Mauricio Artieda Director at Catholic-link
Es peruano y ha realizado estudios en
derecho y filosofía. Actualmente estudia Ciencias de la Comunicación en Roma.
Desde hace 3 años es profesor de religión católica.
| Combate espiritual | El pecado | Fe y vida
|
Por si a alguien todavía no le queda claro: el demonio existe y los seres humanos no somos de su particular agrado; es más, el muy cobarde, puesto que a Dios no puede hacerle ningún daño directo, decidió herirlo a través de las criaturas que Él más amaba: nosotros. Por eso nadie se espante, especialmente los cristianos (su presa favorita), si les digo que el demonio constantemente nos ataca y nos tienta para que ofendamos a nuestro Creador.
El problema es que el demonio es muy astuto, y nosotros, los
cristianos, muchas veces nos pasamos de tontos. Creemos que ir a Misa, rezar el
Rosario y tratar de vivir una vida cristiana coherente nos exime
automáticamente de toda preocupación por la presencia de este indeseable
sujeto. Lamento decir que la realidad no es así. El demonio redobla sus
esfuerzos cuando ve coherencia cristiana en nuestras vidas, asume nuevos
rostros y actualiza sus estrategias. Una metáfora puede ayudarnos: un ladrón
quiere entrar a robar en una casa. Merodeando su objetivo y rumiando su plan
descubre que ahí vive una joven cuyo novio, a una determinada hora, le lanza
piedritas a la ventana para que ella se asome por el balcón y le permita
entrar. ¿Qué deberá hacer el ladrón para engañar a la joven? Seguramente lanzar
piedritas a la hora correcta solo podría servirle para ganarse un escopetazo
del Papá.
Es obvio que el plan debe consistir en disfrazarse del novio, copiar
su modo de andar e impostar la voz para lograr un tono lo más parecido posible.
Creo que es un buen ejemplo para entender cómo se filtra el demonio y sus
tentaciones en la vida de un cristiano. El demonio, al no poder presentarnos la
tentación de manera burda porque sabe bien que serían rápidamente rechazadas,
cambia de plan e intenta presentarse con pensamientos y estados de ánimo que
parecen espirituales para poco a poco desviarnos de la relación con Dios.
¿Cuáles son esos pensamientos y estados de ánimo en
apariencia positivos y espirituales pero que en el fondo son tentaciones? Me
voy a valer del libro El discernimiento del Padre Marko Rupnik, que por cierto
recomiendo mucho, para responder a esta pregunta. Éste se basa, a su vez, en
los padres de la Iglesia, es por ello que los puntos que se vienen tienen mucho
de la riqueza de la tradición y la sabiduría de la Iglesia.
Volver a centrar la
mirada en uno mismo
No sé si lo han experimentado como yo pero cuando decidí ser
un cristiano de verdad uno de los grandes cambios espirituales que Dios me
ayudó a hacer fue el de sacar la mirada de mí mismo y ponerla en los demás.
Descubrí que había más alegría en dar que en recibir y que la alegría de la
comunión auténtica no se comparaba a los opacos destellos de satisfacción que
ofrece el egoísmo. En el combate espiritual es aquí donde el demonio se juega
todas su cartas. Y es que es muy difícil engañar o inducir a error a una
persona que tiene la mirada y el corazón puestos en Dios y en los demás. Por
decirlo de una manera, el amor es la “criptonita” del maligno.
Más que el primer punto podríamos decir que esta es la
estrategia base que inspirará las demás tentaciones. El demonio necesita que
agachemos la cabeza, que centremos la mirada nuevamente en nosotros mismos para
poder atacar con efectividad. Este aflorar de un amor propio desordenado es una
enfermedad espiritual que los Padre de la Iglesia han llamado: Filaucia. Veamos
cuáles son los modos sutiles con los que el demonio trata de inocularla en
nuestra vida cristiana.
1. Hacernos creer que la fe es contenido y no
relación
La fe cristiana es una vida de relación con
Cristo. Una relación que se manifiesta de muchos modos: en lo que creemos, en
lo que queremos, en lo que pensamos y en lo que elegimos. Es una fe que informa
y enriquece toda nuestra vida porque es una fe viva, fundada en una relación
actual y real con el Señor Jesús.
Cuando la vida del cristiano está nutrida
por un dialogo amoroso con Cristo, el demonio poco o nada tiene que hacer. Su
estrategia, por lo tanto, consistirá en desvitalizar esta relación. ¿Cómo lo
hace? Pues tratando de que nuestros pensamientos y sentimientos religiosos; ya
sea nuestra aspiración a la santidad, nuestra piedad eucarística o nuestra
sensibilidad espiritual y social, entre otras, empiecen a parecernos más una
conquista personal que un don recibido. El objetivo del demonio es hacer de
nosotros personas religiosas sin Dios. Querrá hacernos creer que podemos
mejorar como cristianos prescindiendo -paulatinamente- de las exigencias
propias de una relación de amistad con Jesús.
Lo que el demonio no nos dirá es que nadie
puede apropiarse de la fe sin sofocarla y desvirtuarla. Cuando el cristiano
empieza percibirse como el principal autor de su vida cristiana la fe pierde
toda la energía y actualidad que le donaba la dinámica relacional y se enfría
hasta el punto de convertirse una ideología como cualquier otra. Es decir, en
un conjunto de ideas en las que se cree (doctrina), que han modelado las
costumbres de una familia o un pueblo (tradición) y que se traducen en una
serie de normas de conducta útiles para llevar una vida correcta (moral).
¿Nunca les ha pasado que se encuentran con un cristiano que define el
cristianismo de este modo?
Las consecuencias son obvias. Cuando la fe
se convierte en ideología, aburre; se abre una grieta enorme entre la vida
concreta y las propias creencias. La Encarnación, la Muerte y la Resurrección
de Cristo adquieren repentinamente la misma relevancia que Neptuno, Urano y
Saturno en nuestra vida. El demonio ha vencido. Nos ha convertido en cristianos
bien adoctrinados, asiduos en las prácticas y rituales católicos, moralmente
ejemplares… y muertos por dentro.
2. La sensualidad
Es fundamental rezar y realizar con amor
nuestras actividades religiosas. No es atípico y no está mal que realizando
todo esto experimentemos satisfacción y paz interior. ¡Estamos haciendo lo que
la Iglesia nos invita a hacer y estamos perseverando! Es algo para sentirse
felices, que nadie te diga lo contrario. Pero hay un peligro del que te quiero
advertir; se trata de algo muy sutil: es muy fácil perder el horizonte y
empezar a practicar nuestros ejercicios de devoción ya no con el objetivo de
acercarnos a Dios y reforzar nuestro amor por Él, sino por el gusto
espiritualidad que estas prácticas nos producen. Por lo que nos hacen sentir o
por la imagen personal que empezamos a construir a partir de ellas.
¿Cómo podemos saber cuándo nos ocurre esto?
El P. Rupnik nos da un excelente consejo: “Es importante estar atentos al
proceso de los pensamientos y de los sentimientos en las oraciones y en los
momentos espirituales de gran calor e intensidad (…) el enemigo se sirve de una
imaginación que tiene por objeto las cosas de Dios, las cosas santas, las
personas santas, o bien nosotros mismos, nuestro futuro espiritual, con el fin
de suscitar en nosotros convicciones y pensamientos que, o nos hacen
protagonistas “sensuales” de la vida espiritual -deseosos sobre todo de esta
satisfacción- o bien, nos hacen sentirnos contentos de estar en este camino
porque es satisfactorio”. Por experiencia propia, creo que no es difícil darse
cuenta de la naturaleza de nuestros pensamientos y sentimientos una vez que nos
hemos hecho conscientes de la necesidad de realizar su análisis. Lo difícil es
precisamente esto último. Por esta razón la Iglesia recomienda no perder de
vista nuestro examen de conciencia.
Continúa en la parte 2.
6 tentaciones del(a) cristiano(a) de nivel avanzado - Parte 2
3. El apego a las propias ideas o planes
El éxito nos encanta. Somos seres humanos.
Queremos que nuestros proyectos salgan bien e incluso rezamos para que esto sea
así. No tiene nada de malo, es más, Dios también quiere que nuestras empresas
evangelizadores salgan adelante. Sin embargo, el demonio sabe muy bien que el
corazón humano a veces se entrega demasiado a los propios proyectos. El hecho
de que nuestras obras busquen la evangelización no nos hace inmunes a
desarrollar apegos mundanos con nuestro proyectos. Apegos que nos hacen olvidar
la centralidad de Dios y su gracia y nos ponen a nosotros como los
protagonistas y los héroes indispensables de ese apostolado concreto. El
demonio goza cuando logra disfrazar la filaucia de celo apostólico; por eso nunca
está demás poner en las manos del Señor, especialmente en el Sagrario, nuestro
corazón y todos nuestros proyectos. Hablar con confianza de cada uno de ellos y
dejar que el Señor nos interpele y nos ayude a ponerle siempre a Él en el
centro, aunque eso signifique -gracias a Dios- hacer retroceder nuestra hambre
de protagonismo.
4. Hacernos sentir los justicieros de Dios
¡Qué lindo! Vivimos la pureza, vamos a
misa, pensamos como cristianos y ayudamos a las viejitas a cruzar la calle.
Agarrémonos entonces de las manos, hagamos una ronda y no dejemos entrar a
ninguna persona en nuestro círculo de diáfana virtud. ¿Te parece esta una
actitud cristiano? ¡Claro que no! pero la dura verdad es que enjuiciar y
despreciar a los demás por no vivir o pensar como nosotros es una práctica
común cuando la propia vida espiritual no es lo suficientemente madura. Esta es
otra gran tentación de la que se vale el demonio para introducir la filaucia en
nuestras almas: nos hace experimentar el gusto fariseo de ser los justicieros
de Dios; aquellos con poder para definir quién vive la fe y quién no. Inclusive
podríamos a hacer largas vigilias de reparación por los pecados de los demás;
rezando y llorando por un mundo que se cae a pedazos cuando a pedazos — en
realidad — se desgaja el corazón de Dios al vernos sumergidos en un ciego y
torpe amor propio.
La verdad es que los justicieros de Dios,
con sus condenas y sus poses, están muy alejados de la mirada de misericordia y
amor que Dios nos pide. Es importante que el cristiano que ha caído en esta
tentación identifique aquellos juicios condenatorios o aquellos sentimientos de
superioridad que le han embotado el corazón y los ponga con humildad a los pies
del Dios que no bromeaba cuando decía que las prostitutas y los publicanos
precederían a los fariseos en el Reino de los Cielos.
Solo para mencionarlo, esta tentación
también se cuela en el mundo de las ideas. Ocurre cuando nuestra propia
interpretación de la fe se vuelve la norma universal para juzgar las reflexión
y comprensión que otros tienen de la doctrina católica. Dice el P. Rupnik: “Así
las ideas se convierten en idolatría, y siguiendo ese camino se puede llegar a
confundir la fe con un filón de pensamiento preciso, con una escuela precisa,
incluso con un método preciso, perdiendo así un enganche real con Cristo
Salvador”. En el fondo se produce una ideologización de la fe que puede llegar
al extremo de descartar cualquier opinión que se oponga a la propia, incluida
la voz del propio obispo, la voz del Papa o la del Magisterio de la Iglesia.
5. Pensamientos conformes a la Psique
Como ya comenté, cuando el cristiano crece
en su vida espiritual el maligno debe volverse más refinado para poder
introducir su aguijón en nuestras vidas. Un modo muy astuto de
hacerlo — percibido, estudiado y combatido por los padres del desierto — es el
de inspirar pensamientos conforme a las características de la persona; es
decir, a quien es valiente le inspirará pensamientos de entrega y coraje, quien
es devoto pensamientos de piedad y mortificación, quien es generoso
pensamientos en la linea de la caridad y la defensa de los pobres, etc. Dice el
P. Rupnik: “El enemigo llega a fingir que reza con quien reza, ayuna con el que
ayuna, que hace caridad con quien da limosna, para atraer la atención, entrar
por las puertas de la persona y después hacerla salir donde él quería
llevarla”.
El demonio conoce nuestro mundo interior y
lo tiene en cuenta. Es fundamental que nosotros también lo conozcamos y sepamos
hacer un fino examen de conciencia (¡que es oración!) con vistas a reconocer
dónde crece el trigo y dónde fue sembrada la cizaña. El criterio último de
discernimiento debe ser el plan de Dios en nuestras vidas. Hay muchas cosas
buenas y santas que podríamos hacer que no son parte de lo que Dios quiere para
nosotros. La prudencia, fundada en el plan divino, debe siempre regular a la
caridad.
6. La falsa perfección
Esta probablemente te sorprenda. El maligno
también es capaz de tentarnos con cosas que podemos superar fácilmente con el
objetivo de hacernos sentir personas buenas y luchadoras, con un nivel decente
de virtud en nuestras vidas. Advierte el P. Rupnik: “Se cae así en la trampa más
peligrosa, la de la soberbia espiritual. No son los hombres los que consiguen
vencer al príncipe de las tinieblas, sino que es sólo Dios el que vence, es el
Espíritu Santo quien nos comunica la fuerza del Señor de la luz para desechar
las tinieblas y vencer los engaños del tentador”. Esta soberbia espiritual va
de la mano con la falsa creencia de que somos capaces de vencer cualquier
tentación si es que nos lo proponemos. Dios y su gracia salen inconscientemente
del panorama del combate espiritual y el terreno queda servido para que el
tentador muestre su verdadero rostro. Lo terrible de este modo de filaucía
espiritual es que el cristiano vencido tratará de recuperarse subiendo por la
misma escalera que le permitió alcanzar su pasado grado de virtud; es decir, la
escalera del voluntarismo. La oración acompañará sus esfuerzos pero no será el
corazón de su combate porque el tentador se ha asegurado de hacerle creer que
puede lograrlo por él mismo. ¡Qué gran mentira!
La siguiente movida del maligno, y hay que
estar atentos, será hacerlo abandonar la esperanza de ser ayudado por Dios para
finalmente llevarlo a desesperar de su misericordia. Es irónico pero es cierto.
El cristiano abandona la esperanza de recibir una ayuda que nunca pidió, y
desespera de la misericordia divina cuando su objetivo no fue el perdón, sino
recuperar la paz que le producía sentirse bueno y virtuoso. En el fondo, con la
filaucía el maligno desubica al cristiano y lo coloca inerme en batallas cuyo
resultado está previamente definido: perderá.
Es esencial saber que la verdadera
perfección cristiana se vive en clave de morir y resucitar constantemente. Se
expresa en un amor humilde que nunca se pone por encima de los demás ni se
envanece con sus logros o capacidades. No haya paz en la auto contemplación
sino en la felicidad de quienes están a su lado. Es una perfección que se sabe
profunda y constantemente necesitada del auxilio de Dios porque reconoce su
pequeñez ante el misterio del amor al que está llamada. Sus conquistas no las
atribuye a sí misma sino que las agradece porque siempre son dones recibidos.
Ante la perfección cristiana lo único que el maligno puede hacer es controlar
su impotencia.
Autor: Mauricio Artieda Director at Catholic-link
Es peruano y ha realizado estudios en
derecho y filosofía. Actualmente estudia Ciencias de la Comunicación en Roma.
Desde hace 3 años es profesor de religión católica.
| Combate espiritual | El pecado | Fe y
vida |
sábado, 26 de septiembre de 2015
Mons. Luis Augusto Campos Flórez - Filósofo - Día 1 Seminario de Actuali...
Mons. Luis Augusto Campos nos presenta en este video, la conferencia sobre " "Descubrir a Dios en la pluralidad y en la transición sociocultural" que sirve de fuente de reflexión para las tareas contenidas en el Gran Giro, que en su primera etapa nos propone el Plan E.
Se destacan claves de estudio e interpretación acerca de: el contexto en la evangelización, en la transición cultural, el sujeto emergente, las tendencias de este sujeto y unas categorías fundamentales de comprensión antropológica del hombre urbano de hoy, en medio de los cambios culturales que modifican cambios de paradigma en el ámbito de la evangelización.
Actividades para Octubre del Pan E
Publicamos anuncio sobre las actividades programadas dentro del Plan E para el próximo mes de octubre. Posteriormente conoceremos en qué forma se realizarán cada una de las actividades básicas del Gran Giro.
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Incluimos esta predicación del Padre Charly García, sacerdote Eudista, que aborda la importancia del pastoreo de los grupos que integran la vida parroquial, así como la necesidad de que los laicos asuman con su compromiso y fe el trabajo pastoral, debidamente animado por el sacerdote párroco en su lugar de residencia y/o trabajo.
Necesitamos una pastoral en la que quienes lleguen a cada grupo parroquial se queden, crezcan y animen el crecimiento de todos sus integrantes. Se requieren servidores radicales en el servicio, comprometidos, que amen su parroquia y no se la dejen arrebatar de quienes no buscan la santidad, de quienes no son servidores claros, carentes de oración e indiferentes al trabajo comunitario.
domingo, 6 de septiembre de 2015
“Con más gracia”, una web para “hacer lío” de manera atractiva
Una nueva manera de ir a las periferias y a la comunicación con los jóvenes, para conocer la fe cristiana católica y la doctrina de la Iglesia respecto a temas de frecuente interés.
Médicos y enfermeras estudian en el Vaticano cómo defender su derecho a ...
Profesionales de la salud en sus diferentes especialidades analizan cómo defender su trabajo dentro de las nuevas leyes a favor del aborto y la eutanasia. Hay soluciones viables para defender la objeción de conciencia.
sábado, 5 de septiembre de 2015
Documento No.6 del Plan E
¿En qué consiste la primera etapa del Plan E llamada
"El Gran Giro"? ¿Qué es lo que buscamos con ella? ¿Por qué un
"Gran Giro"? ¿Cuál es el "nuevo" paradigma que queremos
asumir? Estas y más preguntas se responden en este documento de trabajo de los
primeros tres años del Plan E (2014 - 2016).
Encuentra también la descripción de las actividades básicas
y complementarias propuestas para continuar caminando hacia la anhelada
conversión pastoral. Adquiera esta publicación en su Parroquia.
La voz del pastor 6 de septiembre de 2015
Monseñor Rubén Salazar Gómez, Arzobispo de Bogotá y Primado de Colombia, nos presenta en este mensaje un discernimiento de la Palabra para el Evangelio de la presente fecha. Un llamado a escuchar a los demás para entrar en comunicación con ellos, abriéndonos así a la escucha de Dios y descubrir nuestra tarea para comunicarnos con los demás y construir comunidad.
Monseñor Jaime Alberto Mancera
Mons. Jaime Mancera, Vicario de Nueva Evangelización de la Arquidiócesis de Bogotá, presenta en este breve video, el "Plan E" o nuevo Plan de Evangelización dentro de la Arquidiócesis de la capital (para 250 Parroquias aprox.).
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