Pero ¿Qué significa creer en Jesús?
Creer en
Jesús significa creerle a Jesús, creer que todo lo que dice es verdad, y
conformar nuestra vida conforme a eso.
“Si me amáis, guardaréis mis mandamientos;”
Juan 14,15
“Jesús le
respondió: «Si alguno me ama, guardará mi Palabra, y mi Padre le amará, y
vendremos a él, y haremos morada en él. El que no me ama no guarda mis
palabras. Y la palabra que escucháis no es mía, sino del Padre que me ha
enviado.” Juan 14,23-24
Creer en
Jesús significa aceptarle como Señor supremo de nuestra vida, y que en nuestra
vida no se haga nuestra voluntad, sino la suya.
Muchas veces
decimos creer en Jesús, pero cada vez que aceptamos o seguimos un maestro cuyas
enseñanzas contradicen el mensaje de Jesús, no estamos creyendo en Jesús, sino
que estamos creyendo en otro maestro, diferente. “Le dice Jesús: «Yo soy el
Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre sino por mí.” Juan 14,6 Jesús debe ser nuestro único maestro, si
deseamos ser de verdad discípulos de Él.
Y para poder saber cuál es la enseñanza del maestro, para poder conocer
la voluntad de Dios, debemos alimentarnos de su palabra y de la enseñanza de la
Iglesia:
“Más él
respondió: «Está escrito: No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra
que sale de la boca de Dios. ” Mateo 4,4
No se puede
hacer lo que no se conoce, no podemos saber que quiere de nosotros sino leemos
su palabra, sino escuchamos la enseñanza de la Iglesia, a quien Cristo prometió
llevar a la verdad completa: “Cuando
venga él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad completa; pues no
hablará por su cuenta, sino que hablará lo que oiga, y os anunciará lo que ha
de venir.” Juan 16,13
Y les dio autoridad:
Ya que escucharles es escucharle a Él:
“«Quien a
vosotros os escucha, a mí me escucha; y quien a vosotros os rechaza, a mí me
rechaza; y quien me rechaza a mí,
rechaza al que me ha enviado.»” Lucas 10,16
En fin, para
saber cuál es la voluntad de Cristo, lo principal es acudir asiduamente a las
fuentes que nos ha dejado para conocerla, que son su palabra y la enseñanza de
nuestra Iglesia.
Pero el cristiano no debe limitarse a
escuchar la palabra de Dios, sino debe tratar por medio de la gracia de Dios, y
de todas sus fuerzas en practicarla:
“No todo el
que me diga: "Señor, Señor, entrará en el Reino de los Cielos, sino el que
haga la voluntad de mi Padre celestial. Muchos me dirán aquel Día: "Señor,
Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre expulsamos demonios, y en
tu nombre hicimos muchos milagros?" Y entonces les declararé: "¡Jamás
os conocí; = apartaos de mí, agentes de iniquidad!" = «Así pues, todo el
que oiga estas palabras mías y las ponga en práctica, será como el hombre
prudente que edificó su casa sobre roca: cayó la lluvia, vinieron los
torrentes, soplaron los vientos, y embistieron contra aquella casa; pero ella
no cayó, porque estaba cimentada sobre roca. Y todo el que oiga estas palabras mías
y no las ponga en práctica, será como el hombre insensato que edificó su casa
sobre arena: cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos,
irrumpieron contra aquella casa y cayó, y fue grande su ruina.»” Mateo 7,21-27
Si no
tomamos en serio el estudio de la palabra, y no la practicamos, nos pasará como
la tierra llena de espigas, donde al caer la semilla se vio ahogada y no dio
fruto.
Creer en
Jesús es guardar su palabra, que significa estudiarla, meditarla y practicarla,
para que algún día podamos decir como Pablo:
“y no vivo yo, sino que es Cristo quien vive en mí; la vida que vivo al
presente en la carne, la vivo en la fe del Hijo de Dios que me amó y se entregó
a sí mismo por mí.” Gálatas 2,20 Eso
es: Creer en Jesús…
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