jueves, 6 de agosto de 2009

Novedades bibliográficas



Como parte de la Colección MISIÓN CONTINENTAL COLOMBIANA, Ediciones Paulinas ha sacado al público 15 cuadernillos con temas preparatorios para la Misión que la Iglesia Católica ha decidido adelantar desde Aparecida, de la cual publicamos la portada del cuadernillo No. 1 titulado KERYGMA como encuentro con Jesucristo vivo.

Es una publicación de 39 páginas, cuyo Autor es el Padre Eduardo Díaz Arcila, bajo la dirección de la Conferencia Episcopal de Colombia.

El detalle de los 15 títulos se pueden consultar en la nota que aparece a continuación de este registro bibliográfico.

La Colección pretende dar elementos de preparación para todos los católicos que asuman responsablemente la tarea de misionar.

MEMORIA DEL ÚLTIMO CONCEJO PASTORAL PARROQUIAL

Durante el pasado Concejo Pastoral Parroquial de San Cipriano, celebrado el 6 de agosto en curso, nuestro Párroco el Padre Frey Martin Mancera L., M.S.A., presentó los siguientes temas:

1. La Misión Continental Colombiana- La Conferencia Episcopal Colombiana a través de Ediciones Paulinas, lanzó la colección de publicaciones que lleva el nombre del encabezado de este párrafo, integrado por 15 cartillas con los siguientes temas:
1. El kerigma como encuentro con Jesucristo vivo (véase novedades bibliográficas)
2. El Espíritu Santo y la formación de los misioneros
3. La evangelización según Aparecida
4. La pastoral misionera
5. Criterios y etapas de la misión
6. Medios para la misión
7. Ejes centrales de renovación de la Iglesia
8. La identidad cristiana del discípulo misionero
9. La misión en y desde el continente
10. Misión Continental y vida consagrada
11. Lectura orante de la Palabra
12. Pedagogía y encuentro con Cristo
13. Iglesia Católica y bicentenario
14. Misión Continental en las instituciones educativas
15. Misión Continental y comunicación.
Estos libros fueron distribuidos entre los distintos equipos pastorales para preparar una exposición breve de cada uno de ellos en el próximo Concejo Pastoral Parroquial de septiembre.
A la par de estas cartillas, el Padre Martín nos presentó el Documento de Participación y Diálogo, que recoge todas las reuniones previas de planeación de la Misión, realizadas bajo la dirección de la Arquidiócesis de Bogotá. Así mismo se distribuyó entre los equipos pastorales algunos ejemplares del folleto de bolsillo “Misión Continental en Colombia” un obsequio de Obras Misionales Pontificias. La Misión definida es a cinco años 2009 a 2014.

2. El pasado 4 de agosto la Iglesia Católica celebró el día de San Juan Maria Vianney, modelo y patrono de los párrocos. Ese mismo día el Padre Martín cumplió 7 años de vida sacerdotal. Las Pequeñas Comunidades lo felicitamos y pedimos al Señor muchas bendiciones para él. Se nos recordó a todos los asistentes la “adopción de un sacerdote”, para quien debemos hacer oración a efectos de que su ministerio sacerdotal sea ejercido de acuerdo con la voluntad del Señor y sea librado de las acechanzas del enemigo. Sugirió leer la oración “El sacerdote que queremos” escrita por el Padre Menard, fundador de los Misioneros de los Santos Apóstoles. Se nos recordó que en el Retiro del día 7 de agosto, los asistentes deben responder a las preguntas formuladas en mayo pasado, que en resumen preguntan ¿Qué hemos hecho? A partir de un juego de preguntas previamente elaboradas. Las repuestas deben entregarse al Diácono durante la reunión de la Asamblea.

3. Se nos informó que la Misión será de acompañamiento en la fé para hacerlos discípulos misioneros. No es una Misión Ad-gentes. Se nos indicó que antes de abordar una persona en la Misión, hay que saber cómo esta en su estado anímico, en sus necesidades, en sus problemas, para poderla accesar en una manera que su situación particular sea tomada en consideración. Solo así actuaremos con “entrañas de misericordia”.

4. Para la Semana de Formación de San Cipriano El Padre Martín señalo 6 temas que fueron distribuidos por Comunidad así:
· El sacerdote y la familia (Pastoral Famliar)
· El sacerdote y la comunidad. (Pequeñas Comunidades)
· El sacerdote y a Iglesia (Ministros de la Eucaristía)
· El sacerdote y la vocación (Pastoral Vocacional)
· El sacerdote y el mundo (Profesionales)
· EL sacerdote y la Palabra de Dios (Comunidad de Oración).

Cada comunidad ofrecerá un refrigerio cada día para las personas que se quedan en el templo en las celebraciones.

5. Se acordó efectuar la Rifa de un Vehículo (Camioneta Nissan usada en buen estado) mediante la venta de 1.000 boletas de $40.000 cada una. Las boletas estarán disponibles a partir del 16 de agosto próximo y la rifa se hará efectiva el día 16 de diciembre de 2009. Cada boleta será un bono de donación con desprendibles para cuatro abonos de $10.000.
Boleta sin terminar de pagar no juega. Con los fondos que se recauden se pagará deudas de la Parroquia y se hará provisión para comprar regalos de navidad para los niños de la Parroquia. Habrá la opción para el ganador de recibir el vehículo o en su defecto $10.000.000 en efectivo.

domingo, 2 de agosto de 2009

Convocatoria para todos!



Durante el próximo puente festivo tenemos dos convocatorias de nuestra Iglesia,
a través de su Párroco Padre Frey Martin Mancera M.S.A., que son muy importante de atender por parte de todos, sin limitación alguna.

Viernes 7: Retiro General de todas las Comunidades y grupos pastorales.

Sábado 8: Grabación de la Eucaristía a través del Canal de T.V. de la Iglesia Católica en Colombia Cristovisión. No debemos faltar ninguno a este llamado de nuestro Pastor.

"Mira que estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y me abre la puerta, entraré" Apocalipsis 3,20.

"Tu eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia" Mateo 18,8.

domingo, 26 de julio de 2009

ORAR CON LA PALABRA

En la última reunión de la Pequeña Comunidad “Piedra Viva” con nuestro Párroco el Padre Frey Martín Mancera, M.S.A, nos hizo una enseñanza sobre la lectura orante, que hoy resumimos y ampliamos aquí:

PASO 1: Disposiciones para escuchar la Palabra

Cuando entramos en comunión con el Señor a través de su Palabra viva y eficaz debemos -como Moisés- “sacarnos las sandalias de los pies” (Ex 3,5), es decir, despojarnos de todo cuanto impida una comunicación viva con Dios.

Las dos siguientes orientaciones nos ayudarán:

El ambiente externo para el alimento de la Palabra
Así como las cenas importantes no las hacemos en cualquier lugar, busquemos un lugar apropiado para sumergirnos en una lectura orante lejos de los ruidos habituales, fuera de las urgencias que impone la vida: ¡hay que darse tiempo y un corazón con ganas de escuchar a Dios!

Ambiente interno para el alimento de la Palabra
El ambiente interno, el del corazón que escucha, se prepara saliendo de los ruidos personales que estorban nuestro encuentro con Jesús vivo. Para esto, debo tomar clara conciencia a lo que voy, pedir el don del Espíritu, cerrar nuestros ojos por unos momentos para abrir los ojos de la fe y recibir la Palabra como Palabra de Jesús: ¡cuando se ama de verdad, se escucha de verdad!

PASO 2: Invocación al Espíritu Santo

En nuestra preparación para recibir el alimento de la Palabra hay un protagonista fundamental: ¡el Espíritu Santo! Lo que buscamos es vivir una lectura orante de la Palabra de “manera espiritual”, es decir, bajo la acción sabia del Espíritu, el mismo que inspiró a los autores de la Biblia. Sin la asistencia del Espíritu, la lectura de la Biblia se transforma en un ejercicio intelectual.

PASO 3: El alimento de la Palabra mediante la Lectio Divina

La Lectio divina es un método de lectura orante de la Palabra de Dios. Porque es “lectura” buscamos comprender el texto para descubrir el mensaje de Jesús, y porque es “orante” entramos en diálogo con Jesús dejando que su mensaje nos anime y guíe. Un “método” es simplemente un camino gracias al cual llegamos a nuestra meta: el encuentro personal y comunitario con Jesucristo vivo, Palabra plena y definitiva del Padre. A esto nos ayuda la Lectio divina con sus cuatro pasos de lectura, meditación, oración y contemplación.

Se trata de cuatro actitudes básicas del discípulo que, porque anhela seguir al Señor, se sienta a los pies de su Maestro para escuchar su Palabra (Lc 10,39). Esta disposición de escucha lo lleva a comprender la Palabra (Lectura), a hacerla realidad en su vida (Meditación), a suplicar fuerza y luz para seguir el camino de Jesús y a dar gracias por su obra en la Iglesia (Oración), y a impregnarse del Reino de Dios y a trabajar por su venida (Contemplación).

Veamos más detenidamente estos cuatro peldaños, válidos tanto para orientar experiencias oracionales individuales como comunitarias.

1. Lectio: «Desconocer la Escritura es desconocer a Cristo» (San Jerónimo)

- Se trata, simplemente, de leer, leer y releer la Biblia hasta familiarizarnos con ella. La Biblia no es un libro anticuado e insignificante para nuestra vida, sino actual y significativo.. Tiene mucho que decirnos sobre nosotros mismos, sobre el mundo y sobre el momento histórico que vivimos. Pero para descubrir ese nexo entre la Palabra, escrita hace siglos, y nosotros, es preciso leer de forma constante y continua, perseverante y diaria.

- A través de la lectura tratamos de responder a una pregunta:¿qué dice el texto? Hay diversos modos de intentar responder a esa pregunta o, lo que es lo mismo, de encontrar el sentido literal del texto. Por ejemplo, por medio de un triple acercamiento:
Literario:
Análisis de las palabras que constituyen el texto (sustantivos, adjetivos, verbos...), cayendo en la cuenta de sus campos semánticos, sus sinónimos y antónimos...
Atención a los personajes y sus acciones.
Histórico:
Cuál es la situación socio-cultural, económica, política y religiosa en la que se compuso el texto.
Teológico:
Qué dice Dios al pueblo en aquella situación concreta. Cuál es el Mensaje clave del texto.

2. Meditatio: «María guardaba estas cosas y las meditaba en su corazón»
(Lc 2.19)

Tras responder a la pregunta ¿qué dice el texto?, ahora abordamos otra cuestión: ¿qué me dice el texto a mí, a nosotros? Se trata de actualizar el mensaje y entrar en diálogo con el Dios que nos habla, en él, aquí y ahora.
¿Cómo podemos hacer la meditación?
A través de una serie de preguntas que establecen una conexión entre el texto y nuestra vida:
¿Qué diferencias y qué semejanzas encontramos entre la situación del texto y la nuestra?
¿Qué dice el mensaje del texto para nuestra situación actual?
¿Qué cambio de comportamiento me sugiere a mí?
¿Qué quiere hacer crecer en mí, en nosotros?, etc.

Repitiendo el texto, "meditándolo”. Por ello es bueno resumir el texto en una frase (preferentemente del mismo texto) para repetirla durante todo el día, en la calle, durante el trabajo... De este modo, la Palabra, como una gota de agua que incansablemente se deslizara sobre una roca hasta trazar un surco e incluso romperla, irá penetrando, abriendo y transformando nuestra persona, lenta pero realmente. En este proceso es el Espíritu, presente en la Palabra, el que obra esa transformación.

3. Oratio: «El Espíritu viene en ayuda de nuestra debilidad, pues nosotros no sabemos pedir como conviene. Más el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos inefables» (Rom 8,26)

En este momento especialmente dedicado a la oración, el creyente responde a Dios, movido por el Espíritu. Puede hacerlo valiéndose de los salmos (como hizo el mismo Jesús), de oraciones ya existentes, de cantos o de palabras brotadas espontáneamente de sus labios al hilo de la experiencia.

4. Contemplatio: «Dios se fijó en los israelitas y reconoció... Yahvé le dijo: "He visto la aflicción de mi pueblo en Egipto. He escuchado el clamor entre sus opresores y conozco sus sufrimientos. He bajado para librarlo.."» (Éx 2,25; 3,7-8)

Podríamos entender la contemplación como un "retorno al paraíso perdido", como un gusto y dulzura inefables, experimentados en el corazón de quien hace de la Palabra de Dios el único punto de referencia de su vida. Otra posibilidad sería la de entender la contemplación como una nueva manera de ver, observar y analizar la vida, los acontecimientos y la historia individual y colectiva: mirar el mundo desde los ojos de Dios. Por ello, la pregunta que podríamos formularnos aquí sería: ¿cómo cambia el texto mi/nuestra mirada?

domingo, 19 de julio de 2009

¿Dirige usted una Comunidad?

En la Palabra del día de hoy, según el Ordo de la Iglesia Católica, nos encontramos con un mensaje divino a través del Profeta Jeremías, en el capítulo 23, versículos 1 al 4, que describe la responsabilidad que tienen las personas que dirigen una comunidad. Ellos responderán ante Dios por la dispersión y la desorientación que hayan causado en las personas con su ejemplo.

Recordemos dicha Palabra:

¡Ay de los pastores que dejan que se pierdan y dispersen las ovejas de mi rebaño! –son palabras del Señor-. Por eso así dice el Dios de Israel a los pastores que gobiernan a su pueblo:”Ustedes dispersaron mis ovejas, las ahuyentaron, no tuvieron cuenta de ellas. Pues yo les voy a pedir cuentas de sus malas acciones –son Palabras del Señor- . Yo mismo reuniré el resto de mis ovejas de todos los países a donde las expulsé, y las volveré a traer a sus pastos, para que sean fecundas y se multipliquen.
Les pondré pastores que las cuiden, para que no temas ni se espanten, ni se pierda una sola. Yo el Señor lo afirmo.

La pregunta que encabeza esta nota invita a mirar una respuesta en diferentes ámbitos. Iniciemos por el núcleo básico: la familia. ¿Es usted padre o madre de familia? Si fuere así, allí tiene una comunidad que Dios le ha regalado. ¿Es usted el hermano mayor o el responsable de algunos familiares que no tienen a sus padres cerca, o que estos ya no viven? Ahí hay otra comunidad en sus manos. ¿Es usted en su ocupación el jefe o supervisor directo del trabajo de otros? Es igualmente una comunidad a su cargo. ¿Es usted empresario y tiene empleados a su cargo? No lo dude, allí hay otra comunidad a su cargo.

¿Participa usted como laico comprometido con la Iglesia en alguno de los grupos pastorales o en una Pequeña Comunidad de su Parroquia? No importa que usted sea o no el responsable o coordinador de su comunidad. Allí hay claramente una comunidad que usted debe ayudar a “pastorear” con su propio testimonio de vida, con su trabajo eficaz, con su amor, con su solidaridad y en clara edificación espiritual con los demás. Ahora bien, si usted es Coordinador o Responsable de un grupo de ellos… con mayor razón! En el mundo de hoy con relaciones tan interdependientes unos de otros, es posible que cada uno de nosotros pertenezcamos a más de 3 o 4 comunidades diferentes. En todas ellas –sin importar la naturaleza de sus actividades- nos debe animar los mismos principios y valores del Evangelio. Nuestra fe hay que vivirla, testimoniarla en todos los ámbitos de nuestra vida.

Veamos más de cerca la situación de quien es responsable de una comunidad, llámese un grupo de oración, el coro que canta en el templo, una cualquiera de las pastorales (social, salud, familia, acogida, catequesis, vocacional, juvenil, etc), un Ministerio o una Pequeña Comunidad.

El responsable deberá preocuparse por:
· Mantener el grupo o comunidad completo y cohesionado en torno al llamado que le ha hecho el Señor. El rebaño más que suyo es del Señor.
· Formar espiritual y directamente o a través de otras personas que lo puedan hacer bien, a todos los miembros de su comunidad, en comunión con Dios y la Iglesia.
· Promover el conocimiento de la Palabra, la práctica de las virtudes teologales y la vivencia de una espiritualidad más social que individual, sin que esta última no sea importante.
· Promover la participación de todos los miembros en cada una de las reuniones y actividades que se realizan. Sólo se desarrolla sentido de pertenencia a una comunidad cuando cada uno de sus miembros siente que puede participar, ser escuchado y valorado en sus conceptos, ayudado en sus dificultades y comprendido en todas las instancias. No resulta edificante un Coordinador o Responsable de una Comunidad que sólo busca hablar y que lo escuchen. Su mejor habilidad debe ser escuchar a otros y acompañarlos en su experiencia de Dios. Así todos se edifican mutuamente.
· Practicar el perdón. Hacer corrección fraterna a los miembros de la comunidad que asumen comportamientos equivocados frente a Dios, a la Iglesia y a sus hermanos. Para ello el Evangelista San Mateo en el capítulo 18, versículos 15 al 17 le indica el procedimiento correcto para hacerlo.
· Comprender que no todos los miembros de una comunidad tienen los mismos carismas y cualidades, y que en consecuencia el “caminar” de cada uno de ellos, lleva su propio ritmo y requiere de un acompañamiento particular para ayudarlo en lo que sea necesario.
· No señalar o estigmatizar al que cae en pecado, por grave que sea su caída. Mateo 18, 10 al 14 nos orienta como proceder en tal circunstancia.
· Promover el discernimiento de la voluntad de Dios en los miembros de la comunidad y el seguimiento de esa voluntad en la vida real.
· Practicar lo que nos dice Lumen Gentium 35: “Los laicos quedan constituidos poderosos pregoneros de la fe. Tal evangelización, es decir anuncio de Cristo pregonado por el testimonio de vida y por la Palabra en las condiciones comunes del mundo”.
· Hacernos discípulos y misioneros del Señor. La Misión Continental ya ha sido convocada!

Es esta la responsabilidad frente al mundo que Dios nos ha confiado.

Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo nos ilumine y fortalezca para conservar y aumentar el redil que el Señor ha puesto en nuestras manos!

domingo, 12 de julio de 2009

Calendario de Actividades - Segundo Semestre 2009

Publicamos los Calendarios de las Eucaristías de Pequeñas Comunidades de la Parroquia de San Cipriano, durante los últimos 5 meses del presente año. Por el carácter participativo de las celebraciones, se establecen los temas con los cuales participará cada Comunidad. Se agradece completa y puntual asistencia de todos los integrantes.

Igualmente se incluye el Calendario de Reuniones, en las cuales el Padre Frey Martín Mancera L. M.S.A. Párroco de San Cipriano, recibe en el Salón Parroquial a cada una de las Pequeñas Comunidades. Las enseñanzas que imparte en estas reuniones nuestro Párroco, conjuntamente con los demás elementos de la reunión, constituyen un grato momento de comunión, de formación, integración y relación fraterna.