miércoles, 31 de octubre de 2012
Cara a Cara Qué es el Concilio Vaticano II Alejandro Bermúdez con En...
Una explicación sobre el Concilio Vaticano II, en la que se aclara su importancia, y la importancia para la Iglesia actual y del futuro próximo.
miércoles, 24 de octubre de 2012
Mons. Rubén Salazar Gómez será nombrado cardenal en noviembre
Efe y AP | Ciudad del Vaticano |
Publicado el 24 de octubre de 2012
El papa Benedicto XVI anunció
este miércoles que el próximo 24 de noviembre celebrará en el Vaticano un
consistorio de cardenales para nombrar a seis nuevos purpurados, entre ellos
Rubén Salazar Gómez, arzobispo de Bogotá.
Rubén Salazar Gómez nació en Bogotá
en 1942. Fue ordenado sacerdote en 1967 y en 1992 fue nombrado obispo de
Cúcuta, en 1999 arzobispo de Barranquilla y en 2010 arzobispo de Bogotá.
Es el presidente de la
Conferencia Episcopal Colombiana.
"Con gran alegría anuncio
que el próximo 24 de noviembre tendré un consistorio en el cual nombraré seis
nuevos miembros del Colegio Cardenalicio", dijo el Papa.
Los cardenales "tienen la
tarea de ayudar al sucesor de Pedro en el desarrollo de su ministerio y de
confirmar a los hermanos en la fe y de ser principio y fundamento de la unidad
y de la comunión de la Iglesia", explicó el Vaticano. El Pontífice hizo el
anuncio del que será quinto consistorio de cardenales de su pontificado al
final de la audiencia pública de los miércoles, ante varias decenas de miles de
personas reunidas en la plaza de San Pedro del Vaticano.
El Colegio Cardenalicio está
actualmente compuesto por 205 purpurados de los que 116 pueden participar en un
eventual cónclave al tener menos de 80 años.
El resto, 89, como establece la normativa vaticana, aunque no puede
entrar en la Capilla Sixtina -lugar de los cónclaves- para elegir papa, sí
pueden ser elegidos. De los 116 cardenales electores, 55 fueron nombrados por
Juan Pablo II y 61 por Benedicto XVI.
De los de más de 80 años, dos
fueron nombrados por Pablo VI, 70 por Juan Pablo II y 17 por Benedicto XVI.
La Nueva Evangelización pasa por una parroquia de ''rostro nuevo''
El problema más acuciante: la
iglesia centro de una red de pequeñas comunidades
CIUDAD DEL VATICANO, sábado 20
octubre 2012 (ZENIT.org).- En la decimoséptima congregación general, lo
debatido en los círculos menores, fue presentado por el relator monseñor Santiago
Jaime Silva Retamales, obispo titular de Bela, auxiliar de Valparaíso, Chile,
secretario general del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), cuya sede
está en Colombia. En el tercer punto de su intervención, señaló una idea clave:
“La Nueva Evangelización pasa por una parroquia de 'rostro nuevo', capaz de
acompañar en la fe y en el mundo personal y afectivo a la gente, de lo que más
se carece hoy en nuestra sociedad”; “quizás el problema más acuciante (...de la
Nueva Evangelización es la constitución y acompañamiento de estas pequeñas
comunidades eclesiales
Identidad teológico-pastoral de la Nueva Evangelización
Hay que plantearse la pregunta
acerca de por qué una Nueva Evangelización. Si es “nueva”, entonces, ¿qué ha
perdido el pueblo cristiano?, ¿qué, como Iglesia, no hemos sabido ofrecerle?
Insistimos en el fundamento pneumatológico de la Nueva Evangelización y éste,
en estrecha relación con la cristología y la antropología. No es posible
realizar la Nueva Evangelización sin abrirse a la acción del Espíritu Santo y a
su gracia, pues Él es quien otorga los carismas para el anuncio de Jesucristo y
el servicio a la sociedad como discípulos de Jesús. El Espíritu es quien hace
realidad la alegría y el gozo con el que hay que evangelizar.
Sin una eclesiología, es decir,
sin un modo de auto comprensión y de ser y estar en el mundo contemporáneo que
profundice la enseñanza del Concilio Vaticano II, la Iglesia no podrá empeñarse
en una Nueva Evangelización. Es fundamental definir la relación “Iglesia-mundo
actual”. De no hacerlo, seguiríamos dando la impresión de “institución”, y no
de asamblea reunida en torno a Jesucristo, donde todo lo humano tiene cabida.
Es esta comunidad de fe y de discípulos misioneros al servicio del mundo
(diakonia), la que recibió la misión de anunciarlo.
Una conveniente eclesiología va
de la mano con un profundo examen de conciencia de la Iglesia respecto de si
misma. No hablamos de Nueva Evangelización sólo porque los otros han cambiado.
Es hora de preguntarnos: ¿qué pecados tiene la Iglesia que nos han llevado a
una Nueva Evangelización? Un status
questionis [estado de la cuestión] sobre la Iglesia en si misma y su lugar
en el mundo es imprescindible a la hora de una Nueva Evangelización.
La comunión es la fuente y el
fruto de la Nueva Evangelización, porque Dios trino, de quien procede la
Iglesia y a quien la Iglesia tiene que anunciar, es relación y comunión y,
además, porque hoy vivimos en una sociedad particularmente individualista. Esta
comunión trinitaria es la que hace realidad la comunión efectiva entre nosotros
y es de aquí de donde debe brotar la misión. Esto también es esencialmente
trinitario.
Centralidad de la Palabra de Dios en la Nueva Evangelización
La historia de la Salvación son
palabras y obras de Dios en diálogo con las realidades humanas para ofrecer la
salvación, iniciativa y don divino. En la plenitud del tiempo, Dios se reveló
por su Palabra eterna que se hizo carne (Jn 1,14). La Palabra llena de vida y
verdad que la Sagrada Escritura contiene es el contenido del anuncio y, por lo
mismo, de la Nueva Evangelización. Por esta razón, la Palabra de Dios encarnada
es fuente de Nueva Evangelización, y no sólo en cuanto contenido, sino también
en cuanto método y estilo.
Este Sínodo debiera plantearse en
íntima unidad con Verbum Domini mostrando cómo la Palabra de Dios encarnada,
consignada en la Sagrada Escritura, es el “puente” entre el misterio divino que
queremos anunciar y las realidades humanas cotidianas.
Algunos contenidos, sujetos, destinatarios y estilo de la Nueva
Evangelización
La fuente de la Nueva
Evangelización es Dios Trino. Quién evangeliza es Dios Padre, quien por amor,
conduce su designio salvador para la humanidad; es Dios Hijo, quien con su
misterio pascual es oferta de gracia y verdad; es el Espíritu Santo, quien hace
posible la comunión con Dios salvador en el seno de la Iglesia y el corazón de
los creyentes; el Espíritu es quien acompaña y sustenta a los evangelizadores.
La Nueva Evangelización tiene por
contenido el anuncio por la palabra y el testimonio de Cristo Resucitado, vivo,
cercano, fuente de amor. Este anuncio y testimonio tiene que llevar al
encuentro personal con Él y, en Él, con el Padre.
La familia es un ámbito de
primera importancia cuando se piensa en qué hay que evangelizar (destinatario),
pero también cuando se piensa en quién tiene que evangelizar (sujeto). Dentro
de la familia, los niños son los primeros destinatarios de la evangelización de
padres evangelizados.
Es indispensable valorar y
fortalecer la labor de los catequistas y de la catequesis. Con catequistas bien
formados se puede desarrollar una catequesis que se entienda y practique como
proceso de discipulado, es decir, como una real experiencia de fe en el
seguimiento del Señor.
Para este proceso se requieren
formas inteligibles (lenguajes) de dirigirse a la gente de hoy considerando sus
anhelos y culturas.
Sin la función evangelizadora de
los fieles laicos en su ámbito propio, que es la gestión de la vida familiar,
social, política, económica y cultural, no habrá Nueva Evangelización. Pero
éstos requieren una formación integral y el reconocimiento efectivo de que son
corresponsables en la tarea del Reino. La vocación y misión de los laicos
requiere una profunda reflexión sobre la valencia teológica de la secularidad,
de su inserción en el mundo, sobre todo en los nuevos areópagos, y de su
participación en la Iglesia. Al respecto, habría que revisar qué servicios
eclesiales habría que confiar a los laicos teniendo en cuenta la Nueva
Evangelización y los nuevos escenarios.
El estilo de la Nueva
Evangelización es un testimonio alegre, atrayente y audaz de la fe; por tanto,
el nuevo estilo de evangelizar no se caracteriza por “imponer”, sino por
“atraer”.
Evangeliza una Iglesia pobre que
renueva su opción por los pobres y marginados, como Cristo Jesús, pues ellos,
son destinatarios privilegiados de la salvación. “No he venido a llamar a los
justos, sino a los pecadores”.
El lenguaje, como mediación para comunicar
la Buena Nueva de Jesucristo, requiere una atención especial. Se hace necesario
un examen de conciencia sobre nuestro uso del lenguaje y si somos capaces o no
de expresarnos en un mundo donde hay nuevos lenguajes. Nuestro lenguaje peca de
clericalismo.
La renovación de la Iglesia
particular y, en ella, la renovación de la parroquia, para replantearla como
casa y escuela de comunión, lugar eclesial de espiritualidad y donde se aprende
la comunión y la corresponsabilidad en la misión de la Iglesia, con mayor razón
hoy, cuando se diluye la persona y aparece el individuo o la masa. La Nueva
Evangelización pasa por una parroquia de “rostro nuevo”, capaz de acompañar en
la fe y en el mundo personal y afectivo a la gente, de lo que más se carece hoy
en nuestra sociedad. Las parroquias debieran ser una red de comunidades
eclesiales que, en sus concretos contextos, sustenten la fe en Cristo Jesús y
su seguimiento y, por lo mismo, el crecimiento en la dimensión humana integral.
Estos “cuerpos eclesiales” (las parroquias y sus comunidades) son los llamados
a mostrar al Señor resucitado, que da vida y sentido a la existencia. Quizás el
problema más acuciante de la Nueva Evangelización es la constitución y
acompañamiento de estas pequeñas comunidades eclesiales.
jueves, 11 de octubre de 2012
domingo, 16 de septiembre de 2012
ANITA DE LAGUNA: 40 AÑOS CON LA COMUNIDAD PUEBLO DE DIOS
Por: Héctor Enrique León
Conocí personalmente a Anita de Laguna aproximadamente en el año 1973. La esposa de un primo mío, de nombre Shirley, asistía a reuniones en el Minuto de Dios dirigidas por Anita. Por ese entonces, en una ocasión mi madre y yo fuimos invitados a una reunión en la casa de Shirley para participar en una experiencia de oración y alabanza al Señor, así como lectura y discernimiento de la Palabra. Yo había oído hablar de Anita solo a través de la emisora del Minuto de Dios. Pero en esa ocasión viví un encuentro con la Palabra de Jesús y participé con mi madre de un momento de oración inolvidable… Anita con clara unción de Espíritu Santo nos guio y animó para orar en un momento de intimidad con el Señor.
Conocí personalmente a Anita de Laguna aproximadamente en el año 1973. La esposa de un primo mío, de nombre Shirley, asistía a reuniones en el Minuto de Dios dirigidas por Anita. Por ese entonces, en una ocasión mi madre y yo fuimos invitados a una reunión en la casa de Shirley para participar en una experiencia de oración y alabanza al Señor, así como lectura y discernimiento de la Palabra. Yo había oído hablar de Anita solo a través de la emisora del Minuto de Dios. Pero en esa ocasión viví un encuentro con la Palabra de Jesús y participé con mi madre de un momento de oración inolvidable… Anita con clara unción de Espíritu Santo nos guio y animó para orar en un momento de intimidad con el Señor.
Después de esta ocasión y durante
muchos años, de Anita sólo supe a través de su participación en programas de la
Emisora y en muchas ocasiones, seguí sus oraciones y enseñanzas acerca de Jesús
pegado a la radio. La recordaba y ella me recordaba esa linda experiencia de
piedad y reflexión cristiana que compartimos con mi madre. Siempre supe que ella
había fundado y dirigía la Comunidad Pueblo de Dios, a instancias de una
motivación que le dio el Señor a través del Padre Eudista Rafael García-Herreros.
Sólo tuve la oportunidad de
volver a verla, el sábado 21 de agosto de 2010 y posteriormente el sábado 4 de
septiembre del mismo año, con ocasión de la realización del Seminario “Vida en
el Espíritu”, para los miembros de nuestras Pequeñas Comunidades, dirigido por
Anita y con el apoyo de Faride Sánchez y Gloria Gavilán en la parte de
alabanza. Allí reflexionamos sobre el Amor de Dios, la Salvación y la
Conversión, y el conocimiento de la acción del Espíritu Santo, todo este
contenido temático con un fuerte fundamento bíblico y vivencial. Nos recordaba
Anita de Laguna: “El Señor no quiere espectadores en su Iglesia, sino gente
activa..” En Efesios 4, 12 el Apóstol San Pablo nos lo aclara: “Así preparó a los suyos para un trabajo
de servicio, para hacer crecer el cuerpo de Cristo hasta que todos lleguemos a
estar unidos en la fe y en el conocimiento del Hijo de Dios. De este modo
alcanzaremos la madurez y el desarrollo que corresponden a la estatura perfecta
de Cristo.”
En Anita de Laguna se cumplen las
palabras del Apóstol San Pablo, expresadas en Efesios 4, 23-24. “Ustedes deben
renovarse en su mente y en su Espíritu, y revestirse de la nueva naturaleza,
creada según la voluntad de Dios y que se muestra en una vida recta y pura,
basada en la verdad”.
Anita ha hecho de su vida un
apostolado. En estos últimos 40 años como fundadora y directora de la Comunidad
Pueblo de Dios, (1ª de Pedro 2, 9-10) se ha dedicado en cuerpo y alma a la obra
de la evangelización, dentro de la Renovación Carismática Católica. Es una
mujer guiada por el Espíritu Santo, sencilla en su manera de ser, profunda en
sus reflexiones de vida espiritual, estudiosa de la Palabra de Dios y con una
calidad humana propia de aquellos que siguen fielmente al Señor. Desde este sitio en internet, le enviamos un
cariñoso saludo en Cristo Jesús y pedimos a Dios que la continúe bendiciendo y
guiando por muchos años más, para bien de todos aquellos miembros del Pueblo de
Dios que ella sirve y para la mayor Gloria del Señor!
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