lunes, 3 de enero de 2011
Principios de la ética social cristiana 2/3
Y para no quedarnos a mitad de camino, aquí tenemos el segundo video sobre la Doctrina Social de la Iglesia Católica. "Somos dignos porque somos hechos a imagen y semejanza de Dios"
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Doctrina Social de la Iglesia
Principios de la ética social cristiana 1/3
Este es el primero de tres videos que nos permiten conocer de manera global la Doctrina Social de la Iglesia, un tema que todo católico debe conocer.
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Doctrina Social de la Iglesia
LA ESENCIA DEL SER

Sabrás del dolor y de la pena
de estar con muchos, pero vacío.
Sabrás de la soledad de la noche
y de la longitud de los días.
Sabrás de la espera sin paz
y de aguardar con miedo,
sabrás de la soberbia de aquellos
que detentan el poder
y someten sin compasión.
Sabrás de la deserción de los tuyos
y de la impotencia del adiós.
Sabrás que ya es tarde
y casi siempre imposible.
Sabrás que eres tú el que siempre da
y sientes que pocas veces te toca recibir.
Sabrás que a menudo piensas distinto
y tal vez no te entiendan…
Pero sabrás también:
Que el dolor redime.
Que la soledad cura.
Que la fe agranda.
Que la esperanza sostiene.
Que la humildad ennoblece.
Que la perseverancia templa.
Que el olvido mitiga.
Que el perdón fortalece.
Que el recuerdo acompaña.
Que la razón guía.
Que el Amor dignifica…
Porque lo único que verdaderamente vale
es aquello que está dentro de ti,
y por encima de todo esta Dios
solo tienes que descubrirlo
y así hallarás la verdadera paz.
S.S. Juan XXIII.
de estar con muchos, pero vacío.
Sabrás de la soledad de la noche
y de la longitud de los días.
Sabrás de la espera sin paz
y de aguardar con miedo,
sabrás de la soberbia de aquellos
que detentan el poder
y someten sin compasión.
Sabrás de la deserción de los tuyos
y de la impotencia del adiós.
Sabrás que ya es tarde
y casi siempre imposible.
Sabrás que eres tú el que siempre da
y sientes que pocas veces te toca recibir.
Sabrás que a menudo piensas distinto
y tal vez no te entiendan…
Pero sabrás también:
Que el dolor redime.
Que la soledad cura.
Que la fe agranda.
Que la esperanza sostiene.
Que la humildad ennoblece.
Que la perseverancia templa.
Que el olvido mitiga.
Que el perdón fortalece.
Que el recuerdo acompaña.
Que la razón guía.
Que el Amor dignifica…
Porque lo único que verdaderamente vale
es aquello que está dentro de ti,
y por encima de todo esta Dios
solo tienes que descubrirlo
y así hallarás la verdadera paz.
S.S. Juan XXIII.
viernes, 31 de diciembre de 2010
Novedad Bibliográfica

William Frank m.s.a. de la sede central de los Misioneros de los Santos Apóstoles, nos hizo llegar la portada de esta nueva publicación cuyo autor es Christian Rodembourg, titulada "15 días con el Padre Eusebio Enrique Menard, editada por la Editorial Ciudad Nueva de Argentina. Esperaremos conocer cual de nuestras librerías nacionales importará esta publicación para su distribución en Colombia.

Como se puede apreciar en las fotografías que acompañan esta información, el libro sobre el Padre Menard hace parte de una serie sobre grandes líderes espirituales del mundo cristiano. Estaremos atentos a conocer su contenido para publicar reflexiones sobre él en este Blog.
miércoles, 29 de diciembre de 2010
Lucas 2, 22-35 - Evangelio de diciembre 29 de 2010
Transcurrido el tiempo de la purificación de María, según la ley de Moisés, ella y José llevaron al niño a Jerusalén para presentarlo al Señor, de acuerdo con lo escrito en la ley: Todo primogénito varón será consagrado al Señor, y también para ofrecer, como dice la ley, un par de tórtolas o dos pichones.

Quien practica una conciencia autocrítica tiene más posibilidad de crecer como ser humano, como trabajador, como profesional, como miembro de una familia y naturalmente como cristiano. Revisar nuestros errores y reconocerlos como tal es algo que a todos nos duele. Nadie quiere fallar o sentir la frustración de sus propias equivocaciones. En el fondo es una actitud de soberbia y de ausencia de nobleza. Dice San José Ma. Escrivá de Balaguer en el numeral 93 de su obra Camino: “Te ves tan miserable que te consideras indigno de que Dios te oiga… pero ¿y los méritos de María? y ¿las llagas de tu Señor? Y… ¿acaso no eres hijo de Dios? Además, Él te escucha porque es bueno, porque su misericordia permanece siempre”.

Entonces, querido(a) lector(a), el ejercicio de revisarnos es finalmente bueno y abre paso a la renovación en Cristo. Todos tenemos aspectos de nuestro caminar que debemos mejorar, o en algunos casos re-direccionar. No hay quien pueda exceptuarse se esto. Algunas meditaciones importantes:
· ¿Cómo fue mi tiempo de participación en las actividades de la comunidad de la que hago parte?
· ¿Qué fue más característico en mí: la asistencia y puntualidad o las ausencias a las reuniones por motivos que no supe prever?
· ¿Qué tanto participé y me di dentro de las dinámicas del compartir de la Palabra y de la edificación espiritual?
· ¿Prioricé mis compromisos laborales sobre el tiempo de vida en comunidad?
· ¿En mi trabajo me esmeré por hacer un equilibrio entre mi vida profesional y mi vida personal y familiar? ¿Viví para trabajar? O trabajé para vivir?
· ¿Siento que he testimoniado con decisión en mi trabajo, los principios y valores cristianos que me enseña mi fe? O soy uno en mi lugar de trabajo y otro en mi vida familiar y comunitaria?
· ¿Me esmero por ser un buen trabajador y cumplir con los deberes que me demanda mi ocupación y las normas de la empresa en que laboro? ¿Doy un buen testimonio en este campo sin atropellar mi vida familiar?
· ¿Cuándo me pronuncio sobre los problemas sociales de mi barrio, de mi ciudad o del país, es evidente mi compromiso cristiano?
· La acción nada vale sin la oración: la oración se avalora con el sacrificio (No.81 de Camino). ¿Estuve dispuesto a sacrificar tiempos de reunión con compañeros de trabajo o en actividades “extracurriculares” para asistir, participar y compartir en mi comunidad? Siendo mi comunidad un lugar de oración.. ¿me dejo alimentar de ella?
· La vida de laico(a) comprometido(a) es una decisión personal de respuesta a un llamado del Señor (a través del sacerdote, de un coordinador de un ministerio o pastoral, o de un amigo o compañero). Una vez que le has dicho SÍ al Señor, no hay desobediencia pequeña! “Por esa tardanza, por esa pasividad, por esa resistencia tuya para obedecer, ¡cómo se resiente el apostolado y cómo se goza el enemigo! (617 Camino)”.
Vivía en Jerusalén un hombre llamado Simeón, varón justo y temeroso de Dios, que aguardaba el consuelo de Israel; en él moraba el Espíritu Santo, el cual le había revelado que no moriría sin haber visto antes al Mesías del Señor. Movido por el Espíritu, fue al templo, y cuando José y María entraban con el niño Jesús para cumplir con lo prescrito por la ley, Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios, diciendo:
"Señor, ya puedes dejar morir en paz a tu siervo,según lo que me habías prometido,porque mis ojos han visto a tu Salvador,al que has preparado para bien de todos los pueblos,luz que alumbra a las nacionesy gloria de tu pueblo, Israel".
El padre y la madre del niño estaban admirados de semejantes palabras. Simeón los bendijo, y a María, la madre de Jesús, le anunció: "Este niño ha sido puesto para ruina y resurgimiento de muchos en Israel, como signo que provocará contradicción, para que queden al descubierto los pensamientos de todos los corazones. Y a ti, una espada te atravesará el alma".
Reflexión:
Hoy, cuando estamos terminando el año y nos aproximamos - con la bondad del Señor – a iniciar un nuevo año, esta Palabra nos da un marco de reflexión amplio y preciso, para hacer lo que hacen las personas que buscan su propio mejoramiento continuo: hacer una parada en el camino, mirar con conciencia autocrítica los pasos andados, descubrir nuestros aciertos, pero también identificar nuestro desempeño en las cosas de este mundo y su valoración frente a la Voluntad de Dios.
En su tiempo, José y María tenían que cumplir la ley de Moisés, la cual establecía que “Todo primogénito varón será consagrado al Señor, y también para ofrecer, como dice la ley, un par de tórtolas o dos pichones”, lo cual se dispusieron a cumplir llevando al niño a Jerusalén para presentarlo al Señor. Es decir, José y María cumplían las leyes civiles de su tiempo.
Reflexión:
Hoy, cuando estamos terminando el año y nos aproximamos - con la bondad del Señor – a iniciar un nuevo año, esta Palabra nos da un marco de reflexión amplio y preciso, para hacer lo que hacen las personas que buscan su propio mejoramiento continuo: hacer una parada en el camino, mirar con conciencia autocrítica los pasos andados, descubrir nuestros aciertos, pero también identificar nuestro desempeño en las cosas de este mundo y su valoración frente a la Voluntad de Dios.
En su tiempo, José y María tenían que cumplir la ley de Moisés, la cual establecía que “Todo primogénito varón será consagrado al Señor, y también para ofrecer, como dice la ley, un par de tórtolas o dos pichones”, lo cual se dispusieron a cumplir llevando al niño a Jerusalén para presentarlo al Señor. Es decir, José y María cumplían las leyes civiles de su tiempo.
A este respecto, dice el Pbro. Ernesto María Caro respecto al Evangelio de hoy (Lucas 2, 22-35):
“Las normas en nuestros centros de trabajo, las obligaciones en nuestras organizaciones, los compromisos ciudadanos son parte de nuestra vida religiosa.En la medida que el cristiano "cristifica" su ambiente cumpliendo la "ley" y con ello sus obligaciones, va, como dice san Pablo, esparciendo el buen olor de Cristo. ¿No crees que sería bueno en este fin de año revisar si hemos venido cumpliendo con nuestras obligaciones civiles y religiosas?”
“Las normas en nuestros centros de trabajo, las obligaciones en nuestras organizaciones, los compromisos ciudadanos son parte de nuestra vida religiosa.En la medida que el cristiano "cristifica" su ambiente cumpliendo la "ley" y con ello sus obligaciones, va, como dice san Pablo, esparciendo el buen olor de Cristo. ¿No crees que sería bueno en este fin de año revisar si hemos venido cumpliendo con nuestras obligaciones civiles y religiosas?”

Quien practica una conciencia autocrítica tiene más posibilidad de crecer como ser humano, como trabajador, como profesional, como miembro de una familia y naturalmente como cristiano. Revisar nuestros errores y reconocerlos como tal es algo que a todos nos duele. Nadie quiere fallar o sentir la frustración de sus propias equivocaciones. En el fondo es una actitud de soberbia y de ausencia de nobleza. Dice San José Ma. Escrivá de Balaguer en el numeral 93 de su obra Camino: “Te ves tan miserable que te consideras indigno de que Dios te oiga… pero ¿y los méritos de María? y ¿las llagas de tu Señor? Y… ¿acaso no eres hijo de Dios? Además, Él te escucha porque es bueno, porque su misericordia permanece siempre”.

Entonces, querido(a) lector(a), el ejercicio de revisarnos es finalmente bueno y abre paso a la renovación en Cristo. Todos tenemos aspectos de nuestro caminar que debemos mejorar, o en algunos casos re-direccionar. No hay quien pueda exceptuarse se esto. Algunas meditaciones importantes:
· ¿Cómo fue mi tiempo de participación en las actividades de la comunidad de la que hago parte?
· ¿Qué fue más característico en mí: la asistencia y puntualidad o las ausencias a las reuniones por motivos que no supe prever?
· ¿Qué tanto participé y me di dentro de las dinámicas del compartir de la Palabra y de la edificación espiritual?
· ¿Prioricé mis compromisos laborales sobre el tiempo de vida en comunidad?
· ¿En mi trabajo me esmeré por hacer un equilibrio entre mi vida profesional y mi vida personal y familiar? ¿Viví para trabajar? O trabajé para vivir?
· ¿Siento que he testimoniado con decisión en mi trabajo, los principios y valores cristianos que me enseña mi fe? O soy uno en mi lugar de trabajo y otro en mi vida familiar y comunitaria?
· ¿Me esmero por ser un buen trabajador y cumplir con los deberes que me demanda mi ocupación y las normas de la empresa en que laboro? ¿Doy un buen testimonio en este campo sin atropellar mi vida familiar?
· ¿Cuándo me pronuncio sobre los problemas sociales de mi barrio, de mi ciudad o del país, es evidente mi compromiso cristiano?
· La acción nada vale sin la oración: la oración se avalora con el sacrificio (No.81 de Camino). ¿Estuve dispuesto a sacrificar tiempos de reunión con compañeros de trabajo o en actividades “extracurriculares” para asistir, participar y compartir en mi comunidad? Siendo mi comunidad un lugar de oración.. ¿me dejo alimentar de ella?
· La vida de laico(a) comprometido(a) es una decisión personal de respuesta a un llamado del Señor (a través del sacerdote, de un coordinador de un ministerio o pastoral, o de un amigo o compañero). Una vez que le has dicho SÍ al Señor, no hay desobediencia pequeña! “Por esa tardanza, por esa pasividad, por esa resistencia tuya para obedecer, ¡cómo se resiente el apostolado y cómo se goza el enemigo! (617 Camino)”.
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Discernimiento de la Palabra
lunes, 27 de diciembre de 2010
Primera carta de San Juan 2, 3-11.
Queridos míos: Se sabe que conocemos a Cristo porque guardamos sus mandamientos. Quien afirma que lo conoce, pero no guarda sus mandamientos, es un mentiroso y la verdad no está en él. Pero si uno guarda la Palabra de Cristo, el amor de Dios ha llegado en Él a ser de veras perfecto. Por esto sabemos que estamos unidos a Él. Quien afirma que permanece unido a Dios, debe proceder como procedió Jesús.
Queridos míos: No les doy un mandamiento nuevo, sino el antiguo mandamiento que recibieron desde el comienzo. Ese antiguo mandamiento esta en el Evangelio que escucharon. Y con todo les doy un mandamiento nuevo, nuevo por la forma como Jesús lo promulgó y como lo practican ustedes. Porque las tinieblas están disipándose y ya brilla la verdadera luz.
Quien afirma que vive en la luz pero odia a su hermano, sigue viviendo todavía en las tinieblas. Quien ama a su hermano permanece en la luz y puede caminar sin tropiezo. Quien por el contrario odia a su hermano, vive en la oscuridad y camina en la oscuridad sin saber a donde va, porque las tinieblas le han cegado los ojos.
Palabra de Dios
Te alabamos Señor.
Reflexión:
Jesús es signo de contradicción pero es siempre luz para todos los pueblos. Cumplir con nuestros deberes religiosos es ser bendicion para los demás. Aunque no sea esa nuestra intención , podemos cambiar la vida de otras personas, como le sucedió a Simeón cuando la Virgen y su esposo acudieron al templo. ¿Qué ideal de familia nos presenta el Evangelio? Estos dias de Navidad son un buen espacio para que la construyamos. ¿Qué habría que hacer? Amo a mi familia, como la ama Dios?
La coherencia será nuestra salvación. ¿Vivimos de acuerdo a lo que hablamos?
Queridos míos: No les doy un mandamiento nuevo, sino el antiguo mandamiento que recibieron desde el comienzo. Ese antiguo mandamiento esta en el Evangelio que escucharon. Y con todo les doy un mandamiento nuevo, nuevo por la forma como Jesús lo promulgó y como lo practican ustedes. Porque las tinieblas están disipándose y ya brilla la verdadera luz.
Quien afirma que vive en la luz pero odia a su hermano, sigue viviendo todavía en las tinieblas. Quien ama a su hermano permanece en la luz y puede caminar sin tropiezo. Quien por el contrario odia a su hermano, vive en la oscuridad y camina en la oscuridad sin saber a donde va, porque las tinieblas le han cegado los ojos.
Palabra de Dios
Te alabamos Señor.

Jesús es signo de contradicción pero es siempre luz para todos los pueblos. Cumplir con nuestros deberes religiosos es ser bendicion para los demás. Aunque no sea esa nuestra intención , podemos cambiar la vida de otras personas, como le sucedió a Simeón cuando la Virgen y su esposo acudieron al templo. ¿Qué ideal de familia nos presenta el Evangelio? Estos dias de Navidad son un buen espacio para que la construyamos. ¿Qué habría que hacer? Amo a mi familia, como la ama Dios?
La coherencia será nuestra salvación. ¿Vivimos de acuerdo a lo que hablamos?
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Discernimiento de la Palabra
martes, 21 de diciembre de 2010
En el rostro de los enfermos está el de Cristo, afirma el Papa
CIUDAD DEL VATICANO, lunes 20 de diciembre de 2010 (ZENIT.org).- En su mensaje para la Jornada Mundial del Enfermo, que se celebrará como cada año el 11 de febrero, memoria de la Beata Virgen de Lourdes, el Papa Benedicto XVI invita a reconocer en el rostro de los enfermos el de Jesús, y a ponerse al servicio del prójimo sufriente.
La Jornada Mundial del Enfermo, subraya el Papa, es una “ocasión propicia para reflexionar sobre el misterio del sufrimiento y, sobre todo, para hacer a nuestras comunidades y a la sociedad civil más sensibles hacia los hermanos y las hermanas enfermos”.
“Si cada hombre es hermano nuestro, tanto más el débil, el sufriente y el necesitado de cuidados deben estar en el centro de nuestra atención, para que ninguno de ellos se sienta olvidado o marginado”, observa, añadiendo que “la medida de la humanidad se determina esencialmente en la relación con el sufrimiento y con el que sufre”. “Que en el rostro de los enfermos sepáis ver siempre el Rostro de los rostros: el de Cristo”, pide el Papa.
“Si cada hombre es hermano nuestro, tanto más el débil, el sufriente y el necesitado de cuidados deben estar en el centro de nuestra atención, para que ninguno de ellos se sienta olvidado o marginado”, observa, añadiendo que “la medida de la humanidad se determina esencialmente en la relación con el sufrimiento y con el que sufre”. “Que en el rostro de los enfermos sepáis ver siempre el Rostro de los rostros: el de Cristo”, pide el Papa.
Llagas redentoras
En el Mensaje, el Pontífice recuerda su viaje a Turín del pasado 2 de mayo, cuando pudo “estar en reflexión y oración ante la Sagrada Síndone, ante ese rostro sufriente, que nos invita a meditar sobre Aquel que llevó sobre sí la pasión del hombre de todo tiempo y de todo lugar, y también nuestros sufrimientos, nuestras dificultades, nuestros pecados”.
“El Hijo de Dios sufrió, murió, pero ha resucitado, y precisamente por esto esas llagas se convierten en el signo de nuestra redención, del perdón y de la reconciliación con el Padre”.
Pero la pasión es también “un banco de prueba para la fe de los discípulos y para nuestra fe: cada vez que el Señor habla de su pasión y muerte, ellos no comprenden, rechazan, se oponen”, reconoce. “Para ellos, como para nosotros, el sufrimiento permanece siempre lleno de misterio, difícil de aceptar y de llevar”.
Pero la pasión es también “un banco de prueba para la fe de los discípulos y para nuestra fe: cada vez que el Señor habla de su pasión y muerte, ellos no comprenden, rechazan, se oponen”, reconoce. “Para ellos, como para nosotros, el sufrimiento permanece siempre lleno de misterio, difícil de aceptar y de llevar”.
Dirigiéndose a los “queridos enfermos”, el Papa recuerda que “es precisamente a través de las llagas de Cristo como nosotros podemos ver, con ojos de esperanza, todos los males que afligen a la humanidad”.
“Resucitando, el Señor no ha quitado el sufrimiento ni el mal del mundo, sino que los ha vencido de raíz. A la prepotencia del mal ha opuesto la omnipotencia de su Amor. Nos indicó, así, que el camino de la paz y de la alegría es el Amor”.
“Dios, la Verdad y el Amor en persona, quiso sufrir por nosotros y con nosotros; se hizo hombre para poder com-padecer con el hombre, de modo real, en carne y sangre”.
Por esto, “en cada sufrimiento humano, ha entrado Uno que comparte el sufrimiento y la soportación; el cada sufrimiento se difunde la con-solatio, la consolación del amor partícipe de Dios para hacer surgir la estrella de la esperanza”.
Por esto, “en cada sufrimiento humano, ha entrado Uno que comparte el sufrimiento y la soportación; el cada sufrimiento se difunde la con-solatio, la consolación del amor partícipe de Dios para hacer surgir la estrella de la esperanza”.
Jóvenes
Ante la próxima Jornada Mundial de la Juventud que se celebrará en Madrid (España) en agosto de 2011, el Papa dirige también “un pensamiento particular a los jóvenes, especialmente a aquellos que viven la experiencia de la enfermedad”. “A menudo la Pasión, la Cruz de Jesús dan miedo, porque parecen ser la negación de la vida. ¡En realidad, es exactamente al contrario! La Cruz es el 'sí' de Dios al hombre, la expresión más alta y más intensa de su amor y la fuente de la que brota la vida eterna.”.
“Del corazón atravesado de Jesús ha brotado esta vida divina. Solo Él es capaz de liberar el mundo del mal y de hacer crecer su Reino de justicia, de paz y de amor al que todos aspiramos”.
En este contexto, anima a los jóvenes a aprender “a 'ver' y a 'encontrar' a Jesús en la Eucaristía, donde está presente de modo real por nosotros, hasta el punto de hacerse alimento para el camino”, pero también a saberlo “reconocer y servir en los pobres, en los enfermos, en los hermanos sufrientes y en dificultad, que necesitan vuestra ayuda”.
“A todos vosotros jóvenes, enfermos y sanos, repito la invitación a crear puentes de amor y de solidaridad, para que nadie se sienta solo, sino cercano a Dios y parte de la gran familia de sus hijos ”, añade. Por último, invita a las autoridades “para que inviertan cada vez más energías en estructuras sanitarias que sean de ayuda y de apoyo a los que sufren, sobre todo a los más pobres y necesitados”.
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