martes, 10 de agosto de 2010

VALORES CRISTIANOS

ANDO BUSCANDO

Ando buscando un Amor
que sea diferente
que me llene de compresión
que no busque su propio interés
que me ame tal y como soy
que no se fije en mis defectos
sino en mis virtudes

Se que lo he encontrado
en ti Jesús
Tú eres el amor que he buscado
ó será que siempre estuviste a mi lado
y yo no te vi
Oh Jesús amor mío
abrázame fuerte y no te separes de mi



MICRO-REFLEXIÓN:

"Prefiero confiar en la gente y llevarme la sorpresa que alguien me defrauda; a no confiar en nadie y llevarme la sorpresa de que soy un egoísta".


Tomado de: www.encuentra.com

jueves, 29 de julio de 2010

Los sacerdotes podrían celebrar misa con un iPad


Ciudad del Vaticano, 29 Jul. 10 (AICA)

“iBreviary”


El sacerdote italiano Paolo Padrini, asesor del Consejo Pontificio para Comunicaciones Sociales, desarrolló un programa informático que permitiría celebrar misa con un iPad en el altar en lugar del libro litúrgico normal, gracias a una aplicación que acaba de se lanzada en español, inglés, francés, italiano y latín.
Hace dos años, el padre Padrini desarrolló el “iBreviary”, una aplicación que llevó al iPhone el misal utilizado por los sacerdotes y hasta el momento, la han descargado aproximadamente 200.000 personas. La de iPad es similar, pero también contiene el Misal Romano completo: todo lo que se dice y canta en la misa durante el año litúrgico. Se esperan actualizaciones para incluir audio y también comentarios y sugerencias para las homilías, así como música de acompañamiento, explicó el sacerdote.
Por otro lado, si bien afirmó que “los libros de papel nunca desaparecerán", sostuvo que "no deberíamos escandalizarnos de que en los altares existan estos instrumentos en apoyo a la oración". Manifestó además su deseo de que los sacerdotes que tienen que viajar mucho por trabajo encuentren más útiles las aplicaciones, señalando que recientemente tuvo que celebrar misa en una parroquia pequeña donde el Misal era "un libro pequeño, un poco sucio, viejo".
El Vaticano tiene una presencia actualizada regular en Internet a través de YouTube y Facebook y, a partir del éxito del “iBreviary”, el padre Padrini fue convocado para supervisar su programa de acercamiento a la juventud en el medio nuevo: http://www.pope2you.net/.+

miércoles, 28 de julio de 2010

Seminario sobre la Pastoral del Trabajo en una economía globalizada

SANTIAGO DE CHILE, miércoles 28 de julio de 2010 (ZENIT.org).- En Santiago de Chile se realiza, del 26 al 30 de julio, el seminario: “La pastoral del Mundo del Trabajo en una economía globalizada”, con el objetivo de apoyar a las conferencias episcopales en la organización y o fortalecimiento de la pastoral del mundo del trabajo, incluyendo los trabajadores informales y desempleados.

En esta iniciativa, promovida por el Departamento de Justicia y Solidaridad del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), participan 35 personas venidas de 14 países de América Latina y el Caribe, informa a ZENIT Enrique Quiroga, del Departamento de Justicia y Solidaridad del CELAM.

Los contenidos del seminario se orientan a hacer un análisis de la situación en la que se encuentra la Pastoral del Trabajo en cada una de las conferencias episcopales; iluminar con la Palabra de Dios y la Doctrina social de la Iglesia, con énfasis en Aparecida, para elaborar líneas comunes de la Pastoral del trabajo en clave del discipulado misionero, estableciendo bases y criterios comunes para la elaboración de una guía de la Pastoral del trabajo.

El acto inaugural del Seminario estuvo marcado por el calor de la acogida de la iglesia chilena. Monseñor Pablo Lizama, arzobispo de Antofagasta, en su calidad de presidente de la Pastoral del Trabajo de la Conferencia Episcopal Chilena, dió la bienvenida a todos los participantes, expresando la alegría de tener a todos con este objetivo, agradeciendo haber escogido a esta Iglesia como sede del seminario.
Monseñor José Luis Azuaje, obispo de El Vigía-San Carlos del Zulia en Venezuela, como responsable de la Sección “Laicos Constructores de la Sociedad” del Departamento de Justicia y solidaridad del CELAM, inauguró el seminario en un ambiente de fraternidad sentida.

“Hemos venido de diversos países de América Latina y del Caribe con la inquietud de compartir experiencias y aprendizajes de lo que se está haciendo en la dimensión de la pastoral del mundo del trabajo y desglosar reflexiones que nos ayuden a ubicarnos en la realidad en la cual nos encontramos en esta dimensión, y juntos vislumbrar perspectivas para un mejor servicio desde nuestra dimensión pastoral”, dijo.
Explicó que el Departamento está organizado en tres secciones: Pastoral Social, Movilidad Humana y Laicos Constructores de la Sociedad. “A través de los programas que desarrollan cada una de estas secciones, se responde a los permanentes desafíos de la sociedad y permite aproximarnos a las diversas dimensiones sociales con la misión hacer presente la Buena Noticia de Jesucristo en todos los ámbitos de la sociedad. Con esta sentida preocupación, como Iglesia Latinoamericana y caribeña, buscamos aproximarnos al complejo y rico mundo del trabajo”, señaló.

Subrayó que “el mundo del Trabajo es muy complejo, tiene que ver con la economía, la política, la empresa y la cultura, pero principalmente tiene que ver con la familia en su desarrollo y perspectiva de futuro. Todas estas dimensiones que conforman la sociedad tienen un fuerte impacto en la organización y fortalecimiento en el mundo del trabajo en nuestro continente. Pretendemos reflexionar para aproximarnos a la realidad del Mundo del Trabajo, y con creatividad encontrar nuevos caminos de compromiso evangelizador en esta dimensión”.

El punto focal que marca el inicio de este seminario, subrayó, “está impulsado por el aterrizaje necesario del proceso evangelizador de la Iglesia, en la vida concreta de los trabajadores y trabajadoras a partir de la comprensión del misterio de la Encarnación del Hijo de Dios en nuestra historia y culturas concretas”.

“Necesitamos, por tanto –añadió--, promover y formar Discípulos Misioneros en el Mundo del Trabajo, cuya exigencia es ponernos a la escucha de lo que el Espíritu Santo va diciendo a la Iglesia de cara a esta dimensión”.

Explicó que la realización del trabajo tiene una doble vertiente: la participación en la obra creadora de Dios y en el servicio a los hermanos y hermanas.

Citó el Documento de Aparecida: “Jesús, el carpintero (cf. Mc 6, 3), dignificó el trabajo y al trabajador y recuerda que el trabajo no es un mero apéndice de la vida, sino que ‘constituye una dimensión fundamental de la existencia del hombre en la tierra’, por la cual el hombre y la mujer se realizan a sí mismos como seres humanos. El trabajo garantiza la dignidad y la libertad del hombre, es probablemente la clave esencial de toda ‘la cuestión social’” (DA 120).

“Esto nos invita –dijo- a entrar en la íntima comunión con Dios y la recreación de lo que Él mismo quiere de cara a la dignificación de las personas. El trabajo es esencial en la vida personal y de servicio a los hermanos, es garantía de realización personal y comunitaria”.

“La opción preferencial por los pobres y la situación de injusticia y pobreza que viven nuestros pueblos expresada en los rostros sufrientes (cf DA 402) –recordó--, nos deben interpelar en la búsqueda de nuevas propuestas pastorales en los distintos países, así como en el ejercicio de la dimensión profética de la Iglesia, para compartir y acompañar a los que más sufren las injusticias del desempleo, del trabajo infantil y forzado, mujeres maltratadas y explotadas, como también la de aquellos hermanos y hermanas que no tienen seguridad social o se ven amenazados por cuestiones políticas o ideológicas. Son muchas las realidades de dolor que esta dimensión expresa, pero muchas también son las oportunidades de servicio para la Iglesia”.Y concluyó invitando “a realizar las reflexiones con plena libertad desde las experiencias personales y comunitarias, con una mirada atenta a lo que va aconteciendo en la cultura de nuestro tiempo, teniendo presente el objetivo de prestar una eficaz ayuda a las Conferencias Episcopales de nuestro continente. Necesitamos escucharnos desde las distintas perspectivas de nuestros países. Hay mucha riqueza conceptual como también buenas prácticas pastorales en esta dimensión de la vida de las personas”.

martes, 27 de julio de 2010

LA CORRECCION FRATERNA EN COMUNIDAD


Uno de los aspectos más delicados de realizar por parte de quienes coordinan actividades comunitarias, lo constituye la corrección fraterna, que a diferencia de la que se hace en el ámbito del trabajo, tiene unas exigencias que no siempre tomamos en cuenta y que en consecuencia terminamos afectando la moral y la autoestima de las personas y a la comunidad misma.


Iniciemos recordando lo que nos dice el Evangelio según San Mateo 18, 15 al 17.:


"Si tu hermano llega a pecar, vete y repréndele, a solas tu con él. Si te escucha habras ganado a tu hermano. Si no te escucha toma todavía contigo uno o dos, para que todo asunto quede sanjado por la palabra de dos o tres terstigos. Si les desoye a ellos, díselo a la comunidad. Y si hasta la comunidad desoye, sea para ti como el gentil y el publicano"


Revisemos por partes lo que nos dice la Palabra:


1. Se parte del pecado visible o percibido por una o varias personas. Quienes observan o conocen la situación de pecado en la que se encuentra un hermano o hermana, deben buscar la manera de hacer caer en cuenta del error a quien está pecando. Para ello es preciso hacerse consciente que de la manera que emplees para corregir a esa persona, dependerá que ella acepte la correción y eventualmente modifique su comportamiento. Tenemos la obligación de conciencia de hacer caer en cuenta al otro de su error.

2. La corrección debe hacerse a solas con quien queremos ayudar corrigiéndolo. Y se hace a solas para no someterlo a escarnio público ni humillarlo frente a su falta. Se entiende que la manera de orientarlo debe ser con palabras sencillas pero claras, que le muestren el porqué de su conducta inadecuada. Haciéndole notar que entendemos su caida pero que lo animamos a superar su dificultad corrigiendo aquello en lo que esta fallando. En una Pequeña Comunidad el Coordinador Responsable debe hacer esto en un momento diferente a la reunión de todos los miembros o Asamblea.

3. Lograr la escucha de quien es corregido abre la posibilidad del exito en el propósito de la corrección, y así mismo facilita el cambio de comportamiento del mismo.

4. Cuando no somos escuchados al intentar la corrección fraterna, la Palabra nos indica que podemos hacernos acompañar de una o dos personas más de la Comunidad, para intentar una mejor recepción de la ayuda que estamos ofreciendo y al mismo tiempo, dejar evidencia a traves de los testigos del propósito y forma como se busca hacer la orientación.

5. Aclara la Palabra, que "si les desoye a ellos, díselo a la comunidad". No antes de que esto ocurra. Hacer una correccción de un pecado o un mal comportamiento frente a toda la comunidad, es exponer a quien esta en el error a una expiación dura e inconveniente, pues no se trata de hacerle un juicio público a quien peca. Eso no nos corresponde a nosotros. Adicionalmente representa una humillación y puede dejar a la persona en un estado de depresión o de rebeldía que no facilita el cambio de conducta a un comportamiento adecuado.

6. Finalmente, la Palabra nos dice que si "hasta la comunidad desoye, sea para tí como el gentil y el publicano" haciendo referencia a la relación con personas "impuras" con las que judios piadosos no podian tratar. Es decir, apartarnos un poco de estas personas mientras encontramos otras maneras de ayudarlo a comprender y aceptar su error. En lo posible no debemos abandonar nuestra disposición para ayudar en la dificultad a quien ha caido. Es como una oveja de nuestro redil que no debemos dejar que se pierda.


En el libro del Eclesiástico 20, 1 al 3, se nos dice:


"Hay reprensión inoportuna, y hay quien calla por prudencia. ¡Cuanto mejor reprender que estar airado! El que confiesa su culpa evita la pena".


Y en el capítulo 21 del mismo libro, versículo 6, aclara:


"El que odia la reprensión sigue las huellas del pecador, el que teme al Señor se convierte en su corazón".

Reconocimiento del Papa en el día de los abuelos

CIUDAD DEL VATICANO, lunes 26 de julio de 2010 (ZENIT.org).- Benedicto XVI ha enviado un mensaje de reconocimiento a los abuelos en su día, la memoria de santa Ana y san Joaquín, según la tradición abuelos del Niño Jesús, celebrada por la Iglesia este lunes.

Un mensaje del Papa ha sido leído tras la celebración de la santa misa en el día de los abuelos, presidida en Jaén por el obispo de esa diócesis, monseñor Ramón del Hoyo López.


El mensaje y bendición del Papa han sido enviados por el arzobispo Renzo Fratini, nuncio apostólico de Benedicto XVI en España, a la celebración del día de los abuelos, que por duodécimo año consecutivo organiza en España la Asociación Edad Dorada-Mensajeros de la Paz.

En el mensaje, dirigido al presidente de Mensajeros de la Paz, el padre Ángel García, "el Santo Padre, apreciando la riqueza religiosa, espiritual, humana y social de los abuelos, se une complacido a este gesto de cariño y gratitud hacia ellos y les anima a perseverar en la fe, dando sentido con la luz de Cristo el Señor, a todos los momentos de sus vidas". El mensaje concluye pidiendo al Señor que asista a los abuelos "con su providencia y misericordia" e implora para ellos "la protección de los santos abuelos Joaquín y Ana, y de su Hija la gloriosa Virgen María, madre de Jesucristo Nuestro Señor".

En el Vaticano también se ha celebrado esta memoria litúrgica en su única parroquia, que está dedicada precisamente a santa Ana, con una celebración eucarística presidida por el cardenal Angelo Comastri, vicario general de Su Santidad para la Ciudad del Vaticano, quien al inició la misa leyendo una oración dedicada a la santa que él mismo ha compuesto.


A las 18.30 estaba prevista una celebración en esa iglesia, presidida por el cardenal Antonio Cañizares Llovera, prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, con la oración a santa Ana por los abuelos para que puedan ofrecer a todos el testimonio de una vida ejemplar en su insustituible tarea moral y espiritual junto a los niños y adolescentes.


La Asociación Edad Dorada Mensajeros de la Paz considera que "igual que existe el día del 'padre' o el día de la 'madre', sería necesario establecer el 'Día de los Abuelos'".


Según explica la organización, se trata de "un día para el agradecimiento por su apoyo constante, silencioso y, a veces, poco valorado"; "un día para el reconocimiento de su importante papel en la sociedad"; "un día para llamar la atención sobre las necesidades sociales, asistenciales y afectivas de los abuelos"; "un día para celebrarlo con cariño y admiración en todos los ámbitos, tanto en el familiar como en el público".


Los nombres de los abuelos de Jesús llegan a través de antiquísimas tradiciones. En Jerusalén, en la basílica de "Santa María, donde ella nació", conmemoraba san Juan Damasceno, doctor de la Iglesia, en el siglo VIII, a los abuelos de Jesús. Esta basílica se convertiría después en la iglesia de Santa Ana de los Cruzados.


Ya desde el siglo VI, se honraba a santa Ana en Constantinopla, en una basílica que fue dedicada en su honor un 25 de julio. El culto de San Joaquín pasó mucho más tarde a unirse al de su esposa. En 1584 la fiesta de Santa Ana quedó fijada para toda la Iglesia el 26 de julio.


Entre otras fuentes, los nombres de los abuelos de Jesús proceden de evangelios apócrifos, en particular el "Libro sobre la Natividad de María" y el "Protoevangelio de Santiago".

martes, 20 de julio de 2010

PASTORAL DEL MUNDO DEL TRABAJO


Palabras del Santo chileno San Alberto Hurtado S.J.:


• Hacer comprender la dignidad del trabajo humano es tarea fundamental de la educación social. Durante siglos se despreció el trabajo, sobre todo el trabajo manual.

• Descubrir el sentido social de cada trabajo debería ser una aspiración fundamental de quien aspira a dar educación social, y luego inculcar ese sentido, creando una mística del trabajo escolar, manual, profesional.

• La palabra “trabajo” debería sugerirnos a todos no sólo un medio para ganar la vida, sino una colaboración social. Según esta concepción del trabajo podría ser definido: El esfuerzo que se pone al servicio de la humanidad; esfuerzo personal en su origen, fraternal en sus fines, santificador en sus efectos.

• La dignidad del hombre es atacada cada vez que un hombre, sin que sea responsable, es reducido a cesación del trabajo. La dignidad del hombre es atacada cada vez que tiene que vender su trabajo por un salario menor de lo justo.

• Otros hay que ofenden al obrero haciéndole sentir que él vive porque la sociedad bondadosamente le procura empleo. Más cierto sería decir que la sociedad vive por el trabajo de sus ciudadanos: sin trabajo no habría riqueza ni sociedad. Esta idea podría ser mejor comprendida en una asociación vocacional en la que el trabajador, dejando de ser un simple asalariado, participará de la propiedad y aún de la dirección de la obra en que trabaja para bien y servicio de la sociedad.

• Así como hay condecoraciones para los que realizan hazañas bélicas o llevan adelante con éxito gestiones diplomáticas debería haber condecoraciones para los “héroes del trabajo”, héroes ocultos sin los cuales no progresa la humanidad... Un nuevo humanismo debe reemplazar a esta concepción decadente de la historia, un humanismo del trabajo, que encuentra la mayor grandeza en el Dios obrero.

• La sociedad debería vivir en un acto continuo de acción de gracias a todos los que laboran su grandeza espiritual, intelectual, manual y consiguientemente de respeto a todo trabajador, de gratitud por sus esfuerzos que no se pagan con dinero. Siempre el que recibe el esfuerzo de un hombre recibe más que lo que le da al entregarle en cambio billetes de banco o monedas, aunque fuesen de oro legítimo. Es misión del educador hacer caer en la cuenta a sus alumnos de los beneficios inmensos que nos proporciona cada día el trabajo de los demás.

• Nada más desalentador que un esfuerzo cuya finalidad no aparece... Cuando el obrero, en cambio, descubre que su trabajo tiene valor para la comunidad, que es una contribución fraternal en bien de todos, su espíritu se ilumina con nueva luz, y sus músculos cobran nuevas energías. Esfuerzo sin sentido conocido, es esfuerzo perdido.

• Estos grupos de luchadores obreros han logrado comprender que no puede haber escisión entre su vida religiosa y su vida profesional. El trabajo no es una tarea que han de soportar durante algunas penosas horas del día, las menos posibles, para escapar luego a su vida espiritual y cultural. No; el trabajo es para ellos su grandeza, su vida. En su trabajo cotidiano se santifican y tienen conciencia que mediante él están construyendo la ciudad terrestre, y colaborando con Dios el plan de redención sobrenatural.

• El trabajo es un esfuerzo personal pues por él que el hombre da lo mejor que tiene: su propia actividad, que vale más que su dinero. Con razón los trabajadores se ofenden ante quienes consideran su tarea como algo sin valor, desprecian su esfuerzo no obstante que se aprovechan de sus resultados. Igualmente sienten cuan injusto es que pretendan hacerlos sentir que ellos viven porque la sociedad bondadosamente les procura un empleo. Más cierto es decir que la sociedad vive por el trabajo de sus ciudadanos.