domingo, 12 de mayo de 2013

LO QUE EL MOMENTO ACTUAL NOS RECLAMA


Los miembros de las Pequeñas Comunidades de nuestra parroquia, inspiradas por el Espíritu Santo a través del Sistema Integral de Nueva Evangelización (SINE), venimos caminando dentro de esta opción de vida comunitaria desde hace más 14 años. Ciertamente hemos pasado por diferentes momentos, durante los cuales se ha puesto a prueba el permanecer y perseverar de todos los miembros, pero cuando el que hace prósperas las obras de nuestro compromiso de vida es Jesús,  entonces el propósito se mantiene y la edificación espiritual de sus integrantes se conserva como interés central de todos sus miembros.
Las Pequeñas Comunidades al ser integradas en su gran mayoría por personas con edades entre 21 y 70 años, hombres y mujeres de todas las condiciones sociales, económicas y educacionales, representan de alguna manera, una opción de pastoreo para quienes después de haberse iniciado en la vida sacramental y asistir a las Eucaristías dominicales, no encuentran otra manera de acercarse al conocimiento de Dios y su Iglesia, logrando producto de su participación en las reuniones semanales, importantes frutos en su formación espiritual, en el servicio a los demás,  en la práctica de la solidaridad y nuestra edificación como miembros del Cuerpo Místico de Jesús.

Naturalmente, las Pequeñas Comunidades como miembros vivos de la Iglesia, requieren de un acompañamiento de la parroquia que le brinde apoyo en la orientación de sus miembros. Alguien  que se reúna con los coordinadores de cada koinonía, al menos una vez al mes, para escucharlos en sus necesidades de orientación de cada comunidad, brindarles guía espiritual en su trabajo comunitario, formarlas a través de una catequesis sistemática que los prepare para saber dar razón de su esperanza, y lo que es más importante, los motive y organice para hacer la misión de evangelización que Jesús nos señaló.
Por esta razón urge el que se designe un(a) Coordinador(a) de Pequeñas Comunidades, que obre como articulador de las actividades entre la Iglesia, las Koinonías y demás comunidades de fe, para poner en ejecución los planes de la Misión de Evangelización que tanta falta  hacen.   

Hay muy importantes esfuerzos que viene adelantando la Arquidiócesis  de Bogotá desde junio de 2011 cuando se realizaron los talleres “Imaginemos el futuro 1” e “Imaginemos el futuro 2” y posteriormente “Miremos al presente 1” y “Miremos al presente 2”, que se tradujeron en septiembre de 2012 en la Carta Pastoral del Arzobispo de Bogotá, con ocasión de la celebración jubilar de los 450 años de la Arquidiócesis,  que nos muestran tres etapas de la construcción del Plan E  dentro del Año Jubilar así:

1.       La fe recibida y la memoria agradecida: del 8 de septiembre del 2012 al Domingo de Pentecostés (mayo 19) del 2013. Definición del camino que concluirá con la redacción y presentación del Plan Global E, el 19 de mayo de 2013 (Pentecostés).

2.       La fe vivida y la conciencia comprometida con el presente: del Domingo de la Santísima Trinidad (mayo 26) a la solemnidad de Cristo Rey (noviembre 24) de 2013.

3.       La fe proclamada y la proyección hacia el futuro con esperanza: del 1er. Domingo de Adviento (diciembre 1) al sábado 22 de marzo del 2014.  

Lo anterior nos indica que la ejecución de la Misión de Evangelización solo se iniciará en el año 2014, ya que entre Pentecostés y final del presente año, se divulgará el contenido del Plan Global E (Documento final) y se prepararán a todos los laicos comprometidos de la ciudad para hacer la Misión.
Ante una tarea de las dimensiones del Plan E, todas las parroquias de Bogotá tenemos que ir adecuando nuestra organización interna, trabajando en:

·         Revitalizar nuestra conversión personal

·         Renovar nuestra conversión pastoral

·         Aprender a trabajar por objetivos y en procesos diversificados

·         Aprender a trabajar en comunión

·         Aprender a discernir para hacer convergente (inculturar) nuestra acción evangelizadora, con la cultura urbano-rural de los habitantes de nuestra Parroquia en particular.

·         Cultivar la espiritualidad de la evangelización. (Véase el Documento No.2 “Nuestro Plan E sigue en Construcción”).

En concordancia con lo anterior, las Pequeñas Comunidades de San Cipriano, sus diferentes grupos pastorales y ministerios, necesitamos afinar nuestra organización como “cuerpos vivos” de la Parroquia y de la Arquidiócesis, para fortalecer nuestra posibilidad de respuesta a este llamado del Espíritu Santo, expresado a través de nuestro Arzobispo.
Siendo ya de conocimiento público que la comunidad de los Misioneros de los Santos Apóstoles, permanecerán al frente de nuestra iglesia particular hasta agosto próximo,  requerimos de todo su entusiasmo y capacidad de trabajo pastoral, para animar, capacitar y acompañar a todos los grupos parroquiales en la divulgación del Documento Final del Plan Global E y la preparación para hacer Misión. Nos identificamos con el párrafo final del Documento No.2  del Plan E, cuando nos dice: “Caminemos entonces juntos como nuevos evangelizadores que buscan hacer una nueva evangelización, comunicando por doquier, con desborde  de gratitud y de alegría, el don del encuentro con Jesucristo y buscar participar con Él, en la expansión de su Reino de Vida plena para todos”. 
 
No podemos darle lugar al desaliento “El tiempo se ha cumplido, el Reino de Dios está llegando; conviértanse y crean en el Evangelio” (Mc 1, 15). ¡Vivamos en plenitud este tiempo de salvación, tiempo de gracia, tiempo de misericordia! Mantengamos nuestra unión en la Pequeña Comunidad y en la Parroquia. Trabajemos dentro del carácter esencial de nuestra Iglesia: una Iglesia Misionera!

1 comentario:

Anónimo dijo...

Un llamado a reflexionar y actuar que pareciera estar en el vacio...