miércoles, 13 de marzo de 2013

Tenemos Papa!

Recibimos con gran alegría y agradecimiento a Dios por el nombramiento de nuestro nuevo Papa de la Iglesia Católica, S.S. Francisco I, en la persona del Cardenal Jorge Mario Bergoglio, hasta el día de ayer Arzobispo de Buenos Aires, sacerdote jesuita, de 76 años de edad, quien nació en la ciudad de Buenos Aires el 17 de diciembre de 1936, uno de los cinco hijos de un matrimonio de italianos formado por Mario Bergoglio (empleado ferroviario) y Regina (ama de casa).

Como Cardenal, Bergoglio fue conocido por su humildad, conservadurismo doctrinal y su compromiso con la justicia social. Un estilo de vida sencillo ha contribuido a la reputación de su humildad. Vive en un apartamento pequeño en vez de la residencia palaciega episcopal. Renunció a su limusina y a su chofer en favor del transporte público, y cocina su propia comida.

En la Santa Sede fue miembro de la Congregación para el Culto Divino y la disciplina de los Sacramentos; de la Congregación para el Clero; de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y de las Sociedades de Vida Apostólica; del Pontificio Consejo para la Familia y de la Pontificia Comisión para América Latina.

Tomó el nombre de Francisco —en ocasiones reproducido como Francisco I— y, en su primera aparición pública, el Pontífice elevó una oración por su antecesor, el papa emérito Benedicto XVI. Acto seguido, dijo que comenzaba "un camino", y pidió a los fieles que rezaran "unos por otros para que haya una gran fraternidad". «Espero que este camino de la Iglesia que hoy comenzamos sea fructífero para la evangelización». Además, pidió una oración en silencio por él para que Dios le ayudara en su labor.
"¡Hermanos y hermanas, buenas noches! Ustedes saben que el deber del Cónclave era darle un obispo a Roma. Siento que mis hermanos cardenales fueron a buscarlo al fin del mundo. Les agradezco la bienvenida. Antes de nada querría hacer una oración por nuestro obispo emérito, Benedicto XVI, Recemos juntos por él, para que el Señor lo bendiga y la Virgen lo custodie. Padre Nuestro [...]Empezamos este camino entre obispo y pueblo. Un camino de fraternidad y confianza. Rezamos para todo el mundo para que haya una gran fraternidad. Antes de dar la bendición os pido un favor, que pidáis al Señor la bendición para su obispo. Hagamos en silencio esta oración vuestra por mí (Oración Urbi et Orbi).Nos vemos pronto. Voy a rezarle a la Virgen para que proteja toda Roma. Buenas noches y buen descanso."
 

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