sábado, 23 de abril de 2011

Vigilia Pascual y Resurrección de Jesús





La comunidad de fieles católicos de la Parroquia de San Cipriano se congregó a partir de las 8:00 p.m. del sábado santo, para celebrar la Vigilia Pascual y la Resurrección del Señor Jesús, en una ceremonia rica en signos y significados trascendentales para nuestra fe cristiana. Con objetividad se reconoce en esta celebración como la más importante del año litúrgico, por cuanto en ella los creyentes expresamos nuestra fe no en un dios muerto, sino en un Dios VIVO y lo más importante... que vive en nosotros y con nosotros!





Presidió esta ceremonia el Padre John Henry Buitrago M.S.A. Párroco de San Cipriano y fué concelebrante el Padre Frey Martin Mancera M.S.A. Participaron igualmente en ella los Diáconos Permanentes Jaime Montealegre y Jairo Hernández.


El acto litúrgico estuvo integrado por cuatro partes:







La ceremonia de la Luz, que inicia con el templo completamente oscuro y con la luz del Cirio Pascual, señal de que Jesucristo ha resucitado, se van iluminando las velas que traen todos los fieles participantes allí presentes. En el cirio se destacan el Alfa y el Omega indicadores de que Jesús no tiene principio ni fin. Todas las luces se van distribuyendo y se aclara la Iglesia. Es la representación del paso de la oscuridad de la muerte a la luz de Cristo que es vida. Véase una foto de este instante. Un momento muy emotivo de este momento es el canto del Pregón Pascual, en el que la asamblea de fieles canta que Jesús ha vencido la muerte!





Luego viene la segunda parte, identificada como Liturgia de la Palabra, en la que se realizan 7 lecturas, iniciando por Génesis y concluyendo con la proclamación del Evangelio, que se refiere a la resurrección de Jesucristo.



Allí se celebra el momento de la resurrección de Jesús, y se escuchan sonar todas las campanas en señal de alegre anuncio de esta Buena Nueva, preanunciada por el Señor durante su trabajo pastoral con los discípulos. El Ministerio de Danza Litúgica "David Danzaba" realizó varias danzas de adoración y alabanza al Señor.





La homilía del Padre John Henry destacó la importancia de esta celebración en el mundo cristiano e hizo un discernimiento y explicacion del significado así como de su alcance, de cada una de las lecturas proclamadas, haciendo un claro llamado a todos los fieles presentes en la celebración, para que la verdadera misión de anunciar a Jesucristo Resucitado la haga cada persona -una vez que sale del templo- dentro de su mundo de relaciones en la familia, en el trabajo, en el lugar de estudios o en los diferentes ambientes donde cada cual actúa y se interrelaciona con los demás.


Invitó a que cada uno de los cristianos dejemos transparentar a Jesús en nosotros, en nuestra relación con los demás. Sin miedos, con decisión y convicción!




A continuación en la tercera parte, se realizó la liturgia Bautismal, en la que toda la Asamblea renuncia al pecado y proclama su fe en Jesús y la vida eterna, invitando a salir a vivir y celebrar la fe con todos los demás. En este espacio se hace la bendición del agua, recordando que por medio del agua fué salvado el pueblo israelita de la persecución de los egipcios. Igualmente que a traves del agua del bautismo nosotros nos limpiamos del pecado y podemos alcanzar la salvación. Esta ceremonia también tiene el canto de una oración y el Cirio Pascual es sumergido en la pila bautismal. Véase una foto de este instante, que estuvo a cargo del Padre Frey Martin Mancera.





Y en la parte final, celebramos el Pan Eucarístico que es Cristo resucitado y presente realmente en las especies eucarísticas del pan y el vino consagrado por el sacerdote. Un sacramento de Amor de Aquel que nos amó hasta el extremo de dar la vida por nosotros. El Ministerio de Música Litúrgica Angelus acompañó esta celebración con hermosos cantos y tres de sus integrantes participaron en la lectura cantada de los Salmos. En resúmen fué una verdadera fiesta en la que celebramos el paso de la muerte a la vida en Cristo Jesús, con la ayuda del Espiritu Santo y en adoración de gratitud a Dios Padre.