sábado, 22 de enero de 2011

Registro Bibliografico


Publicado por la Editorial Verbo Divino de España y distribuido en Bogotá por la misma casa editorial, en la librería ubicada en la Avenida Caracas No.49-07, encontramos esta interesante obra que no dudamos en recomendar su lectura a los miembros de las Pequeñas Comunidades.


Para que el lector tenga una idea aproximada de su contenido, transcribimos a continuación el texto de su nota de presentación, que lleva la autoría del Equipo de la Casa de la Biblia, bajo la dirección de Carlos Mesters, OC.


Los cristianos no somos "francotiradores". No podemos vivir nuestra fe por libre, sin tener un grupo o comunidad de referencia. Estamos llamados a caminar como pueblo de Dios. Esta conciencia, que esta en la base de nuestra identidad como seguidores de Jesús, era fundamental para los primeros cristianos. Es en este ámbito comunitario donde nos introduce este volumen de la colección "Tu Palabra es Vida", que lleva por título Vivir y anunciar la Palabra. Las primeras comunidades.


El libro esta dividido en cinco bloques, precedidos de una amplia introducción, denominada "puerta de entrada", que ofrece claves para la lectura y reflexión de los temas que se van a tratar. Después se da paso al primer bloque temático que, partiendo de textos de hechos de los Apóstoles, muestra el camino inicial de la comunidad cristiana edificada sobre los Doce. Reflexionaremos aquí, entre otras cosas, sobre el ideal comunitario al que siempre hemos de tender.


En el segundo bloque descubriremos cómo el grupo de los seguidores de Jesús se va organizando, va leyendo con ojos y corazón nuevos, los acontecimientos vividos, va superando las tensiones, conociendo el rechazo, la persecución y las desavenencias internas.


Poco a poco aparece la necesidad de definir la identidad propiamente cristiana de la comunidad, la necesidad de alejarse de leyes judías para mantener la coherencia con el mensaje de Jesús de Nazaret. Será cometido del tercer bloque. Decisivo en este proceso de independización será la apertura a otras culturas, la entrada en la comunidad de gentes provenientes del paganismo o de la diáspora judía.


En el cuarto bloque se profundiza sobre problemas que surgieron en el mundo griego y que continúan siendo hoy actualidad: el lugar de las mujeres, el trabajo, los carismas y el uso del poder, las novedades doctrinales que inquietan la fe de las comunidades. En este bloque entran las cartas paulinas con todo su realismo, densidad teológica y mística.


Finalmente, en el quinto bloque, el Evangelio llega hasta Roma, los confines del mundo. Dentro de las casas, en las sociedades de todas las naciones, brilla Cristo para ser luz de los pueblos.


Sin duda el estudio, la reflexión y oración de estos textos de los inicios de la Iglesia pueden ofrecer luces y desafíos a nuestra fe. Pueden ayudarnos a sumergirnos en la historia y a ofrecernos pautas para llevar adelante las dimensiones fundamentales de la vida cristiana: el testimonio (martiría), el anuncio (kerygma), la comunión (koinonía) y el servicio (diaconía). En comunidad e impulsados por el Espíritu Santo, seremos un eslabón más en la cadena, llevaremos adelante el deseo del Señor resucitado: que la buena noticia se haga presente en todo el mundo y en todas las culturas y sociedades, "hasta los confines de la tierra" (Hch 1,8).