martes, 30 de agosto de 2011

Majestad del Señor y dignidad del hombre



Todo lo puso bajo sus pies y lo dió a la Iglesia

como cabeza, sobre todo (Ef 1.22)




Señor, dueño nuestro,

¡Qué admirable es tu nombre en toda la tierra!

Ensalzaste tu majestad sobre los cielos.

De la boca de los niños de pecho

has sacado una alabanza contra tus enemigos,

para reprimir al adversario y al rebelde.



Cuando contemplo el cielo, obra de tus manos;

la luna y las estrellas que has creado,

¿qué es el hombre, para que te acuerdes de él;

el ser humano, para darle poder?

Lo hiciste poco inferior a los ángeles,

lo coronaste de gloria y dignidad,

le diste el mando sobre las obras de tus manos,

todo lo sometiste bajo sus pies:

rebaños de ovejas y toros,

y hasta las bestias del campo,

las aves del cielo, los peces del mar,

que trazan sendas por las aguas.



Señor, dueño nuestro,

¡qué admirable es tu nombre en toda la tierra!


(Salmo 8)



viernes, 26 de agosto de 2011

La vocación a la santidad



Tomado del libro “La Revolución del Amor” escrito por el Padre E. H. Ménard, fundador de los Misioneros de los Santos Apóstoles, reproducimos este segmento de la obra en la que el autor expresa en un lenguaje muy directo su visión de la vocación a la santidad de los laicos.



Un animal sólo realiza funciones animales. No podrá nunca hacer actos inteligentes: carece de los órganos necesarios para ello. Al contrario, el hombre posee, fuera de sus capacidades corporales, facultades espirituales. L compete actualizarlas, llevando una vida realmente humana.

Del mismo modo, el cristiano debe vivir su vida cristiana a partir de la nueva existencia que Dios ha querido regalarle en el bautismo. Dios lo ha santificado, sacándolo de la esfera del mal y atrayéndolo hacia Él. Si actúa bajo el dominio del amor de Dios, se halla en camino de su realización humana. Porque tender a nuestra santidad es tender a nuestro desarrollo completo e integral, es tender al equilibrio perfecto. Porque el hombre ha sido hecho en forma tal que sólo puede hallar en Dios su realización suprema. Vivir una vida santa no es, pues, otra cosa que estar orientado hacia Dios. Pecar es caminar al revés, es desviarse de la buena dirección. Nuestra naturaleza humana se halla ordenada a nuestra condición cristiana que, a su vez, se identifica con la santidad.

No nos ha sido fácil llegar a establecer esta ecuación. ¿Por qué? Porque hemos falseado ambos datos. Según la mentalidad corriente, cristiano es quien debe evitar a toda costa morir en estado de pecado mortal; el santo al contrario, es un genio religioso, alguien original, un niño prodigio. Los santos parecen ser vehículos de gran cilindrada cuya fabricación se reserva Dios a sí mismo.; los demás son viejos carromatos que, si no se varan, alcanzan la meta con gran retraso.

Hay que reconocer como responsable de esto concepto al hecho de que se ha reservado el título de santos, sólo a quienes han sido reconocidos como tales por la Iglesia, aunque sólo representen un pequeñísimo número, en comparación con la “turba inmensa, imposible de contar” (Apoc 7,9). No tenemos derecho a restringir la terminología de la Escritura –el lenguaje divino- a los límites estrechos del lenguaje de la Iglesia que no mira como santos, sino a quienes con la asistencia del Espíritu Santo, reconoce como tales. ¿Por qué hace la Iglesia semejante selección? La verdad es que no quiere repartir “diplomas de santidad”, los santos serían los últimos en darles importancia. La Iglesia quiere más bien ponernos ante los ojos unos modelos de cristianismo vivido. Si por ej., la Iglesia canonizó en nuestro siglo al canciller inglés Tomás Moro, lo hizo para decir a los cristianos en el mundo y en particular a los políticos, que también en ese sector se puede vivir como cristiano.

Nos queda por formular el deseo de que en adelante el peso abundante de canonizaciones de papas, obispos, religiosos sea contraequilibrado un tanto por la de laicos modelos: padres y madres de familia, médicos, técnicos. Una secretaria se hallaría muy comprometida al encontrar un modelo concreto. Al instituir la fiesta de San José Obrero (1º. de Mayo), se ha querido ciertamente dar un patrono a los trabajadores. Pero ¿no se habrá ido a buscar un tanto lejos? Algo que indudablemente cambiará muy pronto. Las almas silenciosas, humildes y modestas, los pobres según el espíritu, a quienes Jesús proclama dichosos, llamarán la atención como un santo fundador, un mártir u otro santo que haya visto enfocados sobre él los reflectores de la actualidad.

Con demasiada frecuencia se consideran como esenciales en la vida de los santos ciertos fenómenos extraordinarios y que han sido embellecidos a capricho. Hombres de juicio sano se sienten incómodos en vez de atraídos por semejantes prodigios. Pierden todo anhelo de “tender a la santidad”, porque los santos aparecen ante sus ojos como personajes exangües, sin pasiones ni tentaciones que no tienen los pies en la tierra. Si leemos la vida de ciertos santos que guardaban los días de ayuno ya antes de ser destetados y que, los viernes, rechazaban la leche materna, tenemos razón de encontrar el hecho fuera de tono. Tales elucubraciones han contribuido precisamente a limitar la vocación a la santidad a algunos modelos excepcionales.

Sobre todo, no creemos que el espíritu de sacrificio, la falta de interés, el dominio de sí mismo, el espíritu de oración y la caridad fraterna les sean arrebatadas de la boca como pollo asado. No, los santos no han vivido en un país de maravillas. ¡Todo lo contrario! Su vida se ha desarrollado a través de lo grisáceo de la cotidianidad; era a veces deprimente. Dios responde a Pablo desalentado: “Te basta con mi gracia, la fuerza se realiza en la debilidad” (2 Cor 12,9). Agustín realiza la obra de su conversión explotando al máximo todas sus energías: Con la ayuda de la gracia otros se han realizado. ¿Por qué no puedo lograrlo yo?

¿Lograr qué? ¡Ser cristiano! Ni más ni menos, porque eso es “ser santo”. Dios no saca a algunos de la masa, recomendándoles realizar algo supererogatorio: “Tú, filósofo Justino; tú, emperador Enrique; tú, condesa Isabel; tú, pequeña Maria Goreti, tengo sobre vosotros miras peculiares: quiero haceros santos”.

Trátese del estudiante disoluto Agustín, del oficial militar y valeroso Ignacio de Loyola, del brillante abogado Alfonso de Ligorio o de no importa quién de ustedes, Dios quiere simplemente que vivamos conforme a nuestra vocación cristiana en las diversas situaciones de la vida, que salgamos al encuentro de Cristo, a través de lo cotidiano, que llevemos su Evangelio a la práctica. Todo lo que Él aguada de nosotros es que aceptemos las maravillas que nos propone. Como San Francisco de Asís, que vivió su cristianismo con la originalidad de su temperamento y permaneciendo atento a las necesidades de su tiempo. Era hijo de su tiempo, hombre como nosotros. Así pudo dar a su vida una orientación clara y nítida, y trazó el camino no sólo a los franciscanos y a los religiosos, sino también a todos los cristianos. Vivió el Evangelio en forma radical y consecuente, salvaguardando siempre su poderosa originalidad. Los santos no nos brindan clisés baratos. Debemos imitarlos en su mentalidad y compromiso cristiano, sin intentar copiarlos.

lunes, 15 de agosto de 2011

Aniversario de los M.S.A.













La Sociedad de los Misioneros de los Santos Apóstoles de Bogotá, celebró sus primeros 15 años de haber sido constituidos como tal, en unos actos especiales que se llevaron a cabo en las instalaciones del Seminario Mayor de los MSA en esta ciudad. Realmente la celebración correspondió al 16 aniversario ya que la Sociedad de los Misioneros de los Santos Apóstoles fue eregida el 15 de agosto de 1995 en Montreal Canadá. Es el resultado de la unión de la Sociedad de los Santos Apóstoles, fundada en 1950, con la Sociedad de Misioneros de los Santos Apóstoles, fundada en 1962. Ambas fueron fundadas por el Padre Eusebio Menard, o.f.m.

Como es natural dentro del carisma de esta Comunidad, que de acuerdo con su fundador el Padre Menard promovió siempre el trabajo con los laicos, la celebración estuvo acompañada por delegaciones de laicos comprometidos de las Parroquias Madre de la Divina Providencia y San Cipriano y amigos del Seminario Mayor. Por la Parroquia del Divino Niño Jesús de Praga, asistió la señora madre del Padre Mario Herrera, Párroco de esta localidad.

Inicialmente, los asistentes participamos en una Eucaristía presidida por el Padre Abad, Superior de los M.S.A. en Colombia y concelebrada por sacerdotes M.S.A. de varias parroquias de Bogotá, tal como se puede registrar en las fotos que ilustran esta información.

Este acto se sumó a la festividad litúrgica de la fecha, en la que celebramos la solemnidad de la Asunción de María, quien hoy aparece vestida de sol, con la luna bajo sus pies y con una corona de 12 estrellas. La homilía del Padre Abad destacó en los siguientes términos la ocasión:

“En este día que veneramos a María como Madre de la Iglesia (CN35), y conmemoramos de manera solemne la fiesta de la asunción de la Virgen María como fiesta de nuestra Sociedad (CN 35.1), recordemos que SS Pablo VI declaró a María Madre de la Iglesia (21/11/1964) y tengamos presente dos aspectos de esta realidad:

La vinculación de la Virgen María con la Iglesia en la encarnación del Verbo. En la pasión de Cristo. En la efusión del Espíritu Santo. En la conmemoración de hoy la Asunción de la Virgen.

Y como Madre de la Iglesia ejemplo de virtudes: de caridad y disponibilidad. De fé y esperanza. De gran humildad. De oración perseverante y unánime. De ser oyente, orante, fecunda y oferente (SS Pablo VI,MC). De vigilante espera.

Por ello siguiendo a María, sigamos dando testimonio en medio de la Iglesia nuestra Espiritualidad de Pentecostés en ambiente de Magnificat (P. Menard). Desde el canto de María que agradece la obra maravillosa de Dios en ella, ¡Agradezcamos las múltiples acciones de Dios en el Padre Menard, en nuestra Sociedad de Misioneros de los Santos Apóstoles, en nuestra naciente Delegación Carlos Jaramillo de la Torre y en nuestras vidas!”

Posteriormente, los participantes fuimos invitados a un ágape en el que fuimos atendidos por los seminaristas y compartimos sacerdotes y laicos en un ambiente muy fraterno.

Entre las 4:00 y 6:00 p.m. se realizaron encuentros amistosos de juego de fútbol, en el que sacerdotes, laicos y seminaristas demostraron su gusto por este deporte y como ocasión de encuentro alrededor del ejercicio y la alegría natural que produce esta actividad.
Fue muy interesante el partido jugado entre sacerdotes y mujeres laicas allí presentes. Ellas mostraron mucho entusiasmo, algunas cierto manejo del balón, otras capacidad defensiva… pero al final perdieron. La cuenta llegó a 5 goles en contra, contra uno a favor (que les fue dado de ventaja inicial!). Pero como dice el Maestro Maturana “lo importante es competir.. no ganar!”


Mirando alegre y descomplicadamente el encuentro, entre el equipo de los sacerdotes se notó algunas virtudes futbolísticas: el Padre Abad es una “versión mejorada” de Teófilo Cubillas, otrora gloria del futbol peruano. El Padre César juega con grandes y rápidos desplazamientos en el campo. El Padre Pompilio tiene “perfil de Sub-20” porque la lucha con gran tesón.. incluso hasta lesionarse!. El Padre Frey Martín es un hábil delantero que reparte juego a sus compañeros y está casi siempre en las jugadas de gol. El Padre John (que jugó con el número 13 a sus espaldas) es un volante de contención muy efectivo… pues finalmente ellos no recibieron goles. Las fotos que incluimos muestran aspectos de este encuentro.

Antes de concluir la celebración del día, nos reunimos en la recepción del Seminario, frente a la oficina el Padre Abad. Allí tuvimos la oportunidad de admirar la hermosa imagen de la “Virgen Oferente”, que fue elaborada por un artesano peruano, por encargo del Padre Menard, quien la donó a la comunidad de los M.S.A.












Al observar con detenimiento esta imagen, de la cual incluimos fotos, encontramos el porqué ella es signo de la promoción de las vocaciones en los M.S.A. En la imagen María ofrece a su hijo “Cristo Sacerdote” para la salvación del mundo. Con esta mirada cerramos el día en un ambiente muy Mariano y muy apostólico, para repetir: “Señor, danos Sacerdotes! Señor, danos muchos Sacerdotes Santos”.

miércoles, 10 de agosto de 2011

¿Quienes nos visitan?

Queremos agradecer a todas las personas e instituciones que visitan y siguen nuestro Blog. Según estadísticas de Google Analytics sobre nuestro sitio en internet, recibimos visitas de un total de 32 países, de los cuales los 10 primeros en número de visitas son en su orden: Colombia, México, Argentina, Perú, España, Estados Unidos, El Salvador, Venezuela, Guatemala y el Ecuador.

Aunque el objetivo de este sitio es mostrar la experiencia de vida comunitaria de la Parroquia de San Cipriano y compartir información sobre nuestras actividades pastorales, así como divulgar documentos del magisterio de la Iglesia Católica, nos agrada conocer a través estas estadísticas que nuestra experiencia es seguida con interés por muchas personas desde diferentes países. Es un esfuerzo evangelizador que se ve recompensado poco a poco. Ello nos compromete y anima en este propósito. Agradecemos nos escriban indicándonos temas o asuntos que consideren de su interés para incluirlos en este Blog.

Mensajes recibidos:

Transcribimos a continuación algunos de los mensajes recibidos en la Administración de este Blog. Apreciamos sus comentarios y los invitamos a continuar expresándonos sus ideas y opiniones.

Mensaje desde Grecia:

Muchas gracias por toda la información de la parroquia y felicitaciones por todas las actividades que hacen, espero que toda la comunidad de San Cipriano sea muy espiritual. Eso es lo lindo. Un abrazo y bendiciones Haydee Marín

Buenos días,

Además de felicitarte por tan pronta comunicación, después de la Eucaristía, y deseamos que el Espíritu Santo nos siga guiando en este caminar.
Cordial saludo,
Abraham Pérez
P. Comunidad Jesús mi Pastor

Cordial saludo. Muchísimas gracias por el compartir de estos mensajes tan bellos que nos invitan a la reflexión, y nos llenan de esperanza. Dios los siga bendiciendo.
Nancy L. Castaño O. Comunidad Min. de Acogida

jueves, 4 de agosto de 2011

PLAN E



En la última reunión del Consejo Pastoral Parroquial, celebrada el 4 de agosto, el Padre John Henry Buitrago M.S.A. Párroco de San Cipriano, informó a los asistentes los resultados alcanzados en el Bazar Comunitario que se realizó el pasado domingo 31 de julio.



Algunos de los temas informados son los siguientes:
· La respuesta de la comunidad parroquial en relación con su asistencia y participación personal fue considerada un éxito
· La totalidad de los alimentos y bebidas ofrecidos por el evento y que fueron donados por los miembros de los grupos pastorales, se agotaron aproximadamente a las 3:00 p.m.
· Tanto la oferta de alimentos como de actividades de entretenimiento y recreación fueron bien recibidas por los asistentes, entre ellas la animación musical, un partido de futbol en el que participaron sacerdotes y los juegos de tejo y rana.
· Los resultados obtenidos por este evento fueron de $8.369.200.oo



Se informó igualmente que el fruto de esta actividad será manejada por el Comité Financiero de la Parroquia y reforzará los recursos existentes de las administraciones parroquiales anteriores, de los Padres Miguel Ángel Aragón y Frey Martín Mancera M.S.A., estos últimos guardados a través de un CDT bajo el control de la Zona Pastoral de San Pedro.



Algunas de las actividades para el presente mes de agosto, que se anunciaron son los siguientes:

· Viernes 5 de agosto, a partir de las 4:00 p.m, Vigilia de Oración en el templo, cuya intención es por la Iglesia en la ciudad de Bogotá y el Plan de Evangelización, al cual está convocando la Arquidiócesis de Bogotá, como una acción de ejecución de la Misión de Evangelización acordada en Aparecida (Brasil), durante la V Conferencia General del Episcopado latinoamericano y del Caribe, celebrada en mayo de 2007. Se invita a todos los fieles a participar.
· El domingo 7 de agosto, todas las parroquias de Bogotá celebraremos el Día de la Transfiguración del Señor. La promesa de esta fiesta es que aquello que sólo unos pocos profetas tuvieron el privilegio de recibir en el Antiguo Testamento, y que unos cuantos discípulos pudieron ver cuando Jesús estaba en la tierra, está ahora disponible para todos y cada uno de los que integramos el Cuerpo Místico de Cristo (la Iglesia Católica).
· Lunes festivo 15 de agosto, reunión en las instalaciones del Seminario de los Misioneros de los Santos Apóstoles, para celebrar un nuevo aniversario de la creación de la Comunidad de los Misioneros de los Santos Apóstoles. Al respecto el Padre John Henry nos informó que los MSA tienen 3 fechas de referencia importantes para su creación: 1946 como año de creación de la Sociedad de los Santos Apóstoles, en Canadá, por parte del Padre Eusebio Menard; 1962 año de creación de los Misioneros de los Santos Apóstoles, por parte del Padre Menard en el Perú. En el año 1995 se unifican estas dos comunidades en la Sociedad de los Misioneros de los Santos Apóstoles. Así las cosas, realmente los MSA celebrarán 65 años de existencia desde su fundación en Canadá y, desde otro punto de vista, 16 años de creación bajo su denominación y organización actual. Se invita igualmente a quienes así lo deseen a acompañar a los MSA en este aniversario.

Se distribuyeron entre los asistentes al Consejo Pastoral 2 publicaciones: la Oración por la construcción del Nuevo Plan Arquidiocesano de Evangelización y el folleto “Construyamos juntos un nuevo Plan de Evangelización” cuyas carátulas incluimos como ilustración de esta información a todos los miembros de nuestras comunidades y grupos pastorales.