lunes, 11 de enero de 2010

EL BAUTISMO DE JESUS


DIOS SE HIZO VISIBLE ATRAVÉS DEL HOMBRE JESÚS Y DESDE DIOS SE PUDO VER LA IMAGEN DEL AUTÉNTICO HOMBRE.
Joseph Ratzinger


Con la presencia de la figura de Juan el Bautista y su mensaje profético, se anuncia de nuevo la acción de Dios en la historia; acción de justicia y salvación (Mt 3,15) (Jn 1,29); y con su predicación se hacen realidad las antiguas palabras de esperanza a su pueblo; se anuncia algo realmente grande por llegar.

Juan bautizaba a la gente que a él acudía y reconocían y confesaban sus acciones pecaminosas, según el judaísmo de esos tiempos, superando esa existencia llevada hasta entonces y empezando una vida nueva.

Simbolizados en las diversas fases del bautismo, se trata de una purificación, de una liberación, de un nuevo comienzo, en general de un renacer.

Llegaban de Judea y Jerusalén para hacerse bautizar y a pesar que Jesús venía de otra zona geográfica (Nazareth de Galilea) para hacerse bautizar; lo nuevo es que se mezcla con la multitud de pecadores que esperaban. ¿De qué pecados se reconocía Jesús? ¿Cómo podría desprenderse de su vida anterior para entrar en una vida nueva?

Solo a partir de la crucificción y resurrección se puede entender el significado de este acontecimiento: Jesús ha cargado con los pecados y la culpa de la humanidad.

El bautismo es la anticipación de la muerte en la cruz y la voz del cielo que anuncia al hijo amado (Mc 2,17) es la anticipación de la resurrección.

NOTA: Basado en el capítulo 1 del libro “Jesús de Nazareth” de Joseph Ratzinger.
Colaboración de Stella Lázaro de Velasco (Barranquilla)

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