jueves, 28 de enero de 2010

FORMACION - FORMACION - FORMACION

Para conocer las actividades de formación programadas para este año 2010, por la Nueva Red de Evangelización, organismo de la Iglesia Católica Colombiana que promueve la creación y perseverancia de Pequeñas Comunidades, lo invitamos a consultar el siguiente enlace en internet:

http://www.rednuevaevangelizacion.com/index.php/programacion-2007/

Todos podemos participar y entre nosotros mismos podemos solidariamente costear la participación de algunos miembros de nuestras Pequeñas Comunidades, de una forma rotatoria, de tal forma que en cada oportunidad asistan y participen diferentes personas, pero que la formación recibida se comparta al regreso a la Pequeña Comunidad, después de cada acción de formación.

Cualquier inquietud sobre este tema, favor comunicarla al e-mail: heleon12@gmail.com. Buscaremos ayudarlos.

EL SACERDOTE Y LA PASTORAL EN EL MUNDO DIGITAL






CIUDAD DEL VATICANO, 23 ENE 2010 (VIS).-Hoy se hizo público el mensaje del Santo Padre para la XLIV Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, que se celebrará el próximo 16 de mayo, y cuyo tema es esta vez: "El sacerdote y la pastoral en el mundo digital: los nuevos medios al servicio de la Palabra". El mensaje está fechado el 24 de enero, festividad de San Francisco de Sales, patrono de los periodistas.


Siguen amplios extractos del texto:
"Las comunidades eclesiales, han incorporado desde hace tiempo los nuevos medios de comunicación como instrumentos ordinarios de expresión y de contacto con el propio territorio, instaurando en muchos casos formas de diálogo aún de mayor alcance. Su reciente y amplia difusión, así como su notable influencia, hacen cada vez más importante y útil su uso en el ministerio sacerdotal".


"La tarea primaria del sacerdote es la de anunciar a Cristo, la Palabra de Dios hecha carne, y comunicar la multiforme gracia divina que nos salva mediante los Sacramentos. Las vías de comunicación abiertas por las conquistas tecnológicas se han convertido en un instrumento indispensable (...). A este respecto, el sacerdote se encuentra como al inicio de una "nueva historia", porque en la medida en que estas nuevas tecnologías susciten relaciones cada vez más intensas, y cuanto más se amplíen las fronteras del mundo digital, tanto más se verá llamado a ocuparse pastoralmente de este campo, multiplicando su esfuerzo para poner dichos medios al servicio de la Palabra".


"...Se pide a los presbíteros la capacidad de participar en el mundo digital en constante fidelidad al mensaje del Evangelio, para ejercer su papel de animadores de comunidades que se expresan cada vez más a través de las muchas "voces" surgidas en el mundo digital. Deben anunciar el Evangelio valiéndose no sólo de los medios tradicionales, sino también de los que aporta la nueva generación de medios audiovisuales".

"El sacerdote (...) ha de unir el uso oportuno y competente de tales medios -adquirido también en el período de formación- con una sólida preparación teológica y una honda espiritualidad sacerdotal, alimentada por su constante diálogo con el Señor. En el contacto con el mundo digital, el presbítero debe trasparentar, más que la mano de un simple usuario de los medios, su corazón de consagrado que da alma no sólo al compromiso pastoral que le es propio, sino al continuo flujo comunicativo de la " red".


"La pastoral en el mundo digital debe mostrar a las personas de nuestro tiempo y a la humanidad perdida de hoy que "Dios está cerca; que en Cristo todos nos pertenecemos mutuamente". (...) ¿Quién mejor que un hombre de Dios puede desarrollar y poner en práctica, a través de la propia competencia en el campo de los nuevos medios digitales, una pastoral que haga vivo y actual a Dios en la realidad de hoy?".


"Quien trabaja como consagrado en los medios, tiene la tarea de allanar el camino a nuevos encuentros, asegurando siempre la calidad del contacto humano y la atención a las personas y a sus auténticas necesidades espirituales. Le corresponde ofrecer a quienes viven éste nuestro tiempo "digital" los signos necesarios para reconocer al Señor; darles la oportunidad de educarse para la espera y la esperanza, y de acercarse a la Palabra de Dios que salva y favorece el desarrollo humano integral.


"Con el Evangelio en las manos y en el corazón, es necesario reafirmar que hemos de continuar preparando los caminos que conducen a la Palabra de Dios, sin descuidar una atención particular a quien está en actitud de búsqueda. (...) Así, una pastoral en el mundo digital está llamada a tener en cuenta también a quienes no creen y desconfían, pero que llevan en el corazón los deseos de absoluto y de verdades perennes, pues esos medios permiten entrar en contacto con creyentes de cualquier religión, con no creyentes y con personas de todas las culturas".
"El desarrollo de las nuevas tecnologías y, en su dimensión más amplia, todo el mundo digital, representan un gran recurso para la humanidad en su conjunto. (...) Pero constituyen también una gran oportunidad para los creyentes. Ningún camino puede ni debe estar cerrado a quien, en el nombre de Cristo resucitado, se compromete a hacerse cada vez más prójimo del ser humano. Los nuevos medios, por tanto, ofrecen sobre todo a los presbíteros perspectivas pastorales siempre nuevas y sin fronteras, que lo invitan a valorar la dimensión universal de la Iglesia para una comunión amplia y concreta; a ser testigos en el mundo actual de la vida renovada que surge de la escucha del Evangelio de Jesús".



"No hay que olvidar, sin embargo, que la fecundidad del ministerio sacerdotal deriva sobre todo de Cristo, al que encontramos y escuchamos en la oración; al que anunciamos con la predicación y el testimonio de la vida; al que conocemos, amamos y celebramos en los sacramentos, sobre todo en el de la Santísima Eucaristía y la Reconciliación. (...) Que el Señor os convierta en apasionados anunciadores de la Buena Noticia , también en la nueva "ágora" que han creado los nuevos medios de comunicación".
MESS/JORNADA COMUNICACIONES SOCIALES/... VIS 100125 (870)

sábado, 16 de enero de 2010

PROGRAMACION DE PEQUEÑAS COMUNIDADES





Aun cuando existe un Cronograma de Actividades para todo el año 2.010 de las Pequeñas Comunidades, realizado en la Reunión de diciembre 5 de 2009, convocada por nuestro Párroco el Padre Frey Martín Mancera L., M.S.A., se publica sólo el primer semestre de 2010, a fin de que sea facil bajar para impresión y consulta de cada uno de los miembros.

lunes, 11 de enero de 2010

EL BAUTISMO DE JESUS


DIOS SE HIZO VISIBLE ATRAVÉS DEL HOMBRE JESÚS Y DESDE DIOS SE PUDO VER LA IMAGEN DEL AUTÉNTICO HOMBRE.
Joseph Ratzinger


Con la presencia de la figura de Juan el Bautista y su mensaje profético, se anuncia de nuevo la acción de Dios en la historia; acción de justicia y salvación (Mt 3,15) (Jn 1,29); y con su predicación se hacen realidad las antiguas palabras de esperanza a su pueblo; se anuncia algo realmente grande por llegar.

Juan bautizaba a la gente que a él acudía y reconocían y confesaban sus acciones pecaminosas, según el judaísmo de esos tiempos, superando esa existencia llevada hasta entonces y empezando una vida nueva.

Simbolizados en las diversas fases del bautismo, se trata de una purificación, de una liberación, de un nuevo comienzo, en general de un renacer.

Llegaban de Judea y Jerusalén para hacerse bautizar y a pesar que Jesús venía de otra zona geográfica (Nazareth de Galilea) para hacerse bautizar; lo nuevo es que se mezcla con la multitud de pecadores que esperaban. ¿De qué pecados se reconocía Jesús? ¿Cómo podría desprenderse de su vida anterior para entrar en una vida nueva?

Solo a partir de la crucificción y resurrección se puede entender el significado de este acontecimiento: Jesús ha cargado con los pecados y la culpa de la humanidad.

El bautismo es la anticipación de la muerte en la cruz y la voz del cielo que anuncia al hijo amado (Mc 2,17) es la anticipación de la resurrección.

NOTA: Basado en el capítulo 1 del libro “Jesús de Nazareth” de Joseph Ratzinger.
Colaboración de Stella Lázaro de Velasco (Barranquilla)

sábado, 9 de enero de 2010

VIDA DE LAS PEQUEÑAS COMUNIDADES

Tomado de catholic.net:

Todas las comunidades y grupos eclesiales darán fruto en la medida en que la Eucaristía sea el centro de su vida y la Palabra de Dios sea faro de su camino y su actuación en la única Iglesia de Cristo.

Las pequeñas comunidades pueden llegar a ser una gran fuente de vitalidad en la Iglesia latinoamericana cuando se mantienen en comunión con sus obispos y se insertan en la vida de las parroquias, teniendo a la Eucaristía como centro y la Palabra como alimento. Cuando surgieron las Comunidades eclesiales de base, tristemente algunas de ellas se vieron infiltradas por ideologías marxistas y muchos partidos políticos vieron en ellas una oportunidad de multiplicar esfuerzos fácilmente y de tergiversar el Evangelio en ideología.

Por estas razones Aparecida nos dice: “Medellín reconoció en ellas una célula inicial de estructuración eclesial y foco de fe y evangelización. Puebla constató que las pequeñas comunidades, sobretodo las comunidades eclesiales de base, permitieron al pueblo acceder a un conocimiento mayor de la Palabra de Dios, al compromiso social en nombre del Evangelio, al surgimiento de nuevos servicios laicales y a la educación de la fe de los adultos, sin embargo también constató que no han faltado miembros de comunidad o comunidades enteras que, atraídas por instituciones puramente laicas o radicalizadas ideológicamente, fueron perdiendo el sentido eclesial” (DA 178). Ante ésta pérdida del sentido eclesial, Aparecida aporta como solución: “Manteniéndose en comunión con su obispo e insertándose al proyecto de pastoral diocesana, las CEBs se convierten en un signo de vitalidad en la Iglesia particular” (DA 179).

Las CEBs no deben considerarse a sí mismas una iglesia paralela, sino insertarse en la única y verdadera Iglesia. Deben mirar más allá de sus fronteras, más allá de su pequeñez, proyectándose parroquial, diocesana y universalmente. Esa mirada creará un equilibrio, y un equilibrio de comunión, porque la CEB verá en la parroquia a la comunidad mayor que la congrega junto a otras comunidades y movimientos, verá en el Obispo a su pastor particular, verá en el plan pastoral diocesano líneas de acción que la involucran, y verá en la Iglesia universal al Cuerpo de Cristo del cual forma parte, un Cuerpo inmenso, con muchos miembros, diverso y único, múltiple y unido. Esa mirada que la quita de sus fronteras en pos de la comunión, hará que su vitalidad intrínseca se comparta y se contagie, se regale como don, se comunique.Hay un punto que destaca Aparecida: “Las comunidades eclesiales de base, en el seguimiento misionero de Jesús, tienen la Palabra de Dios como fuente de su espiritualidad” (DA 179).

Las Escrituras son centro y motivo de congregación para estas pequeñas comunidades, porque en torno a la Biblia comparten la cotidianeidad, la confrontan con la Palabra, se dejan iluminar, se dejan examinar, escuchan a Cristo y le responden desde la oración comunitaria. En la Palabra, las pequeñas comunidades no se desentienden del mundo que está fuera de la casa donde se reúnen, sino todo lo contrario, unifican Palabra y vida, encarnan las Escrituras como el Verbo también se hizo carne. Son Iglesia que, alimentada del Maestro, concretan su misión en el mundo del trabajo, en la familia, en las amistades, en los momentos de ocio, en las instituciones sociales, en la política, en la cultura misma. La Palabra es para las CEB la alegría actual de ser discípulos misioneros.

La relación tan íntima que forjan estas pequeñas comunidades con la Biblia no les permite separar, luego, el discipulado de la misión; escuchan al Maestro y anuncian lo que han escuchado. La misma comunidad, como grupo que se reúne entre vecinos, es foco de luz para su barrio, es la Verdad de la Palabra que se manifiesta entre los hombres y mujeres. Son comunidades vivaces y dinámicas cuando se mantienen en comunión con los obispos e insertos en la pastoral diocesana, porque en la Eucaristía y en la Palabra de Dios encuentran la Buena Nueva de la vida plena, la vida abundante, el manantial de la vida en Cristo.
Autor: Leonardo Biolatto.

viernes, 8 de enero de 2010

El discípulo misionero ¿solitario?




En noviembre pasado, el Director del periódico El Catolicismo, publicó el interesante artículo que transcribimos a continuación, bajo el título "El discipulado misionero ¿solitario?", que en el marco de reflexión de Aparecida nos señala un valor indiscutible de orden pastoral y misionero a las Pequeñas Comunidades Parroquiales.


A través de la Historia de la Iglesia encontramos la figura de misioneros intrépidos y audaces que solos han evangelizado regiones enteras. Aparecida hace énfasis en la experiencia primitiva de las comunidades cristianas y señala que la respuesta a la evangelización sigue el caminar cristiano en comunidad, es decir, un discipulado comunitario. La pastoral, no puede ser sino comunitaria y para la comunión misionera, pues esta es nuestra identidad más profunda, la esencia de la Iglesia.“No puede haber vida cristiana sino en comunidad: en las familias, las parroquias, las comunidades de vida consagrada, las comunidades de base, otras pequeñas comunidades y movimientos. Como los primeros cristianos, que se reunían en comunidad, el discípulo misionero participa en la vida de la Iglesia en el encuentro con los hermanos, viviendo el amor de Cristo en la vida fraterna solidaria”.Nuestra prioridad pastoral será, favorecer y cuidar la construcción y la vida de las pequeñas comunidades cristianas, que son como la célula de la gran comunidad y el ámbito primero y natural para vivir todas las dimensiones de la existencia cristiana.La comunidad cristiana es un grupo pequeño y estable de personas evangelizadas, centradas en Jesucristo y animadas por el Espíritu, que viven el seguimiento de Jesús en fraternidad, en la escucha de la Palabra y en la oración, celebran gozosamente la vida y la fe en la Eucaristía y los sacramentos, comparten lo que son y lo que tienen, corresponsables desde los carismas y ministerios, siempre dispuestos a anunciar la Buena Nueva, comprometidos por el Reino y por acercarlo a los pobres y excluidos, buscando la transformación evangélica del mundo“Según la experiencia pastoral de Aparecida, muchas veces, la gente auténtica que sale de nuestra Iglesia no lo hace por lo que los grupos ‘no católicos’ creen, sino fundamentalmente, por lo que ellos viven; no por razones doctrinales, sino vivenciales; no por motivos estrictamente dogmáticos, sino pastorales; no por problemas teológicos, sino metodológicos de nuestra Iglesia. Esperan encontrar respuestas a sus inquietudes.Buscan, no sin serios peligros, responder a algunas aspiraciones que quizás no han encontrado, como debería ser en la Iglesia”.Para enfatizar el discipulado comunitario en nuestra Iglesia debemos ofrecer a todos nuestros fieles un “encuentro personal con Jesucristo”, una experiencia religiosa profunda e intensa y el testimonio personal de los evangelizadores que lleve a una conversión personal y a un cambio de vida integral.


Nuestros fieles buscan comunidades cristianas en donde sean acogidos fraternalmente, se sientan valorados, visibles y eclesialmente incluidos. Es necesario que nuestros fieles se sientan realmente miembros de una comunidad eclesial, y corresponsables en su desarrollo.Junto con una fuerte experiencia religiosa y una destacada convivencia comunitaria, nuestros fieles necesitan profundizar el conocimiento de la Palabra de Dios y los contenidos de la fe, ya que es la única manera de madurar su experiencia religiosa. En este camino, acentuadamente vivencial y comunitario, la formación doctrinal no se experimenta como un conocimiento teórico y frío, sino como una herramienta fundamental y necesaria en el crecimiento espiritual, personal y comunitario.

sábado, 2 de enero de 2010

GRATITUD Y ESPERANZA: ACEPTACION DEL SER HUMANO Y DEL DON DE DIOS


(Pablo escribió:) "Por eso no nos desanimamos. Pues aunque por fuera nos vamos deteriorando, por dentro nos renovamos día a día. Lo que sufrimos en esta vida es cosa ligera, que pronto pasa; pero nos trae como resultado una gloria eterna mucho más grande y abundante. Porque no nos fijamos en lo que se ve, sino en lo que no se ve, ya que las cosas que se ven son pasajeras, pero las que no se ven son eternas.

Nosotros somos como una casa terrenal, como una tienda de campaña no permanente; pero sabemos que si esta tienda se destruye, Dios nos tiene preparada en el cielo una casa eterna, que no ha sido hecha por manos humanas. Por eso suspiramos mientras vivimos en esta casa actual, pues quisieramos mudarnos ya a nuestra casa celestial; así aunque seamos despojados de este vestido, no quedaremos desnudos. Mientras vivimos en esta tienda suspiramos afligidos, pues no quisieramos ser despojados, sino más bien ser revestidos de tal modo que lo mortal quede absorbido por la nueva vida. Y Dios es quien nos ha impulsado a esto, pues nos ha dado el Espíritu Santo como garantía de lo que hemos de recibir.

Por eso tenemos siempre confianza. Sabemos que mientras vivamos en este cuerpo estaremos como en el destierro, lejos del Señor. Ahora no podemos verlo, sino que vivimos sostenidos por la fe; pero tenemos confianza y quisieramos más bien desterrarnos de este cuerpo para ir a vivir con el Señor. Por eso procurams agradar siempre al Señor, ya sea que sigamos viviendo aquí o que tengamos que irnos. Porque todos tenemos que presentarnos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba lo que le corresponsa, según lo bueno o lo malo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo. (2 Cotintios 4. 16-18 - 5. 1-10)

Reflexión personal: ¿Qué razones tengo para desalentarme? ¿Hacia dónde me conduce el desaliento?

"Antes de quejarse, hay que llegar hasta donde permitan las fuerzas" Santa Teresita.

Dice el salmista: "Mi esperanza he puesto en Dios, a quien todavía seguiré alabando. ¡Él es mi Dios y Salvador!" (Salmo 42.11) Esta es la fórmula. ¡No más desanimo!