En la primera parte de la mañana, el Padre Pompilio de la Parroquia Divino Niño Jesús de Praga, realizó una predicación sobre “Preparación para la Misión” que fue muy edificante para todos los participantes. Su contenido se fundamentó en la Palabra y esto le dio un valor catequético y formativo en general. A manera de ejemplo y sin pretender resumir su predicación, recordamos su primer explicación que basó en Marcos 3, 13-19. Tres elementos fueron puestos en reflexión de esa cita bíblica:
· “Subió al monte y llamó a los que quiso”. Jesús siempre que iba a enseñar o a predicar, primero “se iba al monte”, una expresión que sugiere un lugar apartado para hacer oración, comunicarse con su Padre y pedir su ayuda. Llamó a los que quiso por su nombre. Jesús siempre nos llama por nuestro nombre. Todos somos hijos “de primera” importancia para Él.
· “Instituyó 12 para que estuvieran con Él y fueran a predicar”. Nadie puede ir a misionar sin ser enviado. La misión es parte central del carácter de la Iglesia.
· “Les dio poder para expulsar demonios y les dio un nombre a cada uno de sus discípulos” El Señor Jesús no nos envía solos a la Misión. Vamos de dos en dos y con poder para hacer el bien a los demás. Bien que va acorde con la estatura de nuestra fe.
Como en el ejemplo anterior, el Padre Pompilio hizo una interesante prédica alrededor de Mateo 28, 19-20, en el cual destacó que ser discípulo misionero es ser testigo de Jesús, ser testigo del amor de Dios. Así mismo hizo una interesante enseñanza de Mateo 14, 22-33 recordándonos que Pedro caminó sobre las aguas, sin hundirse, mientras tuvo la mirada puesta en Jesús. Tan pronto retiró la mirada de Él y observó la fuerza del oleaje se hundió. Con ello la Palabra nos muestra que los discípulos misioneros debemos ir a la Misión con nuestra mirada puesta en Jesús. Él nos da todo lo necesario para ir en su nombre a los demás.
En la parte final de su predicación el Padre Pompilio nos enseñó que escuchar implica:
· Acoger (que representa la atenta escucha)
· Asimilar (que representa hacer propio el mensaje, Es decir creer en la verdad que comunica)
· Obedecer (Dar una aceptación de corazón al mensaje y testimoniar el autentico interés o amor por el otro)
· Practicar (Hacer el anuncio a otros, testimoniando la experiencia de Dios en nosotros).
Fue muy interesante el discernimiento que se hizo entre los participantes de 1 Pedro 2,9 como una muestra del llamado que Dios nos hace a la santidad. “Pero vosotros sois linaje elegido, sacerdocio real, nación santa, pueblo adquirido, para anunciar las alabanzas de Aquel que os ha llamado de las tinieblas a su admirable luz”.
El Padre Martín nos invitó a identificar modelos de santidad en la vida cotidiana, en la convicción de que “Dios te deja en la masa” para que puedas ser buen fermento. Dios distribuye en cada uno de nosotros sus gracias.
Una propuesta interesante de esta predicación nos planteó que “sería bueno tomar en cuenta para ver cuantos años han pasado desde que Dios nos ha hecho el primer llamado, verificando en la fecha del Bautismo, para establecer cual y cuando ha sido nuestra respuesta a dicho llamado. Muchos de nosotros quizá aún no hemos respondido a dicho llamado y el Señor nos sigue convocando. Nuestra vida a menudo va por un lado y el llamado del Señor por otro. Finalmente se concluía que la santidad se alcanza cuando logramos equilibrio de la fe con nuestros actos de vida.
El mismo Jesús invito a la búsqueda de la santidad cuando nos dice en su Palabra:”Sed perfectos como perfecto es vuestro Padre”. Es decir, la santidad si es posible en la medida en que el mismo Jesús nos anima a buscarla, sin importar cuál sea nuestra profesión o actividad.
Luego de la hora del almuerzo, el Diacono Jaime Montealegre con el apoyo de Héctor León en la Secretaría de la Asamblea, procedió a escuchar los resultados alcanzados por todas y cada una de las comunidades en las respuestas a los tres bloques de preguntas que se habían formulado en la reunión inicial de mayo, con relación al “qué hay” en la Iglesia Católica de hoy respecto del Plan Global de Pastoral Arquidiocesano de Bogotá previsto para el período 1999 al 2008, así como el llamado de Aparecida en la V Conferencia Episcopal Latinoamericana. Cada grupo pastoral hizo una presentación sintetizada de sus respuestas. Un lugar común en la mayoría de las respuestas fue que, aunque se reconoce que hay formación general se requiere una formación complementaria más orientada a la Misión. Se habló igualmente de tener o participar en una Escuela de Evangelización de las que actualmente opera en Bogotá.
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